Dice que lo perdió de vista unos segundos mientras estaba en los juegos y no lo vio más. Una vecina lo recuperó a una cuadra, cuando otra mujer se lo llevaba. Analizan las cámaras de seguridad.
Lo que empezó como otra noche calurosa de juegos y mates en la plaza del barrio, se convirtió de pronto en una pesadilla. Bastaron unos segundos de desatención para que el peor temor de cualquier madre se hiciera realidad cuando Verónica Barba se dio cuenta de que su hijo Máximo, de 2 años, había desaparecido.
La desesperación fue intensa pero breve. Minutos después, mientras buscaba a su hijo ya en la esquina de la plaza, vio a una vecina que se lo traía de vuelta. Según le contó Verónica a El Diario, lo había recuperado casi una cuadra más lejos, cuando lo reconoció de la mano de una desconocida.
El hecho ocurrió este viernes por la noche, en la plaza Carumbé, en el límite entre Manuel Alberti y Tortuguitas, en Malvinas Argentinas, donde viven Verónica y su familia.
En la denuncia que radicó este sábado, ya con el ánimo repuesto, en la comisaría de Tortuguitas, Verónica hizo una descripción detallada de los hechos.
Eran cerca de las 21 cuando llegó a la plaza, ubicada en Los Caldenes, entre Santa Elena y Santa Teresa, con sus dos hijos menores, Morena (11) y Máximo (2).
Apenas llegaron al paseo, los tres fueron a los juegos para que Máximo se divirtiera en el tobogán, su favorito de la plaza.
Era tarde pero hacía calor. Como es habitual en el barrio, había varias familias en la plaza, por lo que los asientos en la zona de juegos estaban ocupados. Por eso, Verónica y su hija mayor se dirigieron a una zona de mesas y bancos, distante unos tres metros del área de juegos.
“Habíamos llevado el mate y Morena me pidió plata para comprarle pan casero a una señora que pasaba vendiendo. Yo busqué la plata para darle y cuando volví a mirar a los juegos, Máximo ya no estaba”, le contó Verónica a El Diario.
Primero pensó que se estaba escondiendo para jugar. Pero no aparecía. Entonces salió hacia la calla Santa Elena, por donde habitualmente van y vienen entre su casa y la plaza.
Al llegar a la esquina, se encontró con su vecina Graciela Peloso, que traía a Máximo de la mano. Mientras Verónica abrazaba a Máximo, la vecina le contó que se lo estaba llevando una mujer a la que no conocía. Por eso, cuando reconoció al bebé no dudó en confrontarla: “Conozco a ese chico, es el hijo de mi vecina”, le dijo, a lo que la raptora de lo entregó y apuró el paso para alejarse en dirección contraria.
“No puedo ni pensar cómo pudo actuar de esa manera ni qué quería. Si una madre ve un nene solo y piensa que está perdido, lo primero que hace es buscar a la mamá, no llevárselo”, reflexionó Verónica.
Por eso decidió hacer la denuncia, para que “esto que me pasó a mí no le pase a nadie más”.
Ahora, la policía de Malvinas Argentinas dio traslado a la fiscalía, que solicitará las grabaciones de las cámaras de seguridad para reconstruir el hecho y tratar de dar con la secuestradora. (Pilar a Diario).
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