jueves, mayo 20, 2021

Entrevista a la Dra. Dora Barrancos. Por Dra. Macarena Alonso.

 

“El feminismo es un camino sin retorno”.
Entrevista realizada e en el marco de los “Ciclos de Comunicación & Derecho” idea & producción Dra. Andrea Sosa, abogada laboralista.

Dora Beatriz Barrancos es investigadora, socióloga, Doctora en historia y feminista argentina. Es magister en Educación, profesora titular de la Universidad de Buenos Aires e Investigadora Principal del CONICET. Actualmente se desempeña como Asesora ad honorem del presidente de la Nación.

Macarena Alonso: -Usted ha dicho que “ninguna mujer nace feminista, en su caso ¿Cuál fue el disparador que la llevó a convertirse en feminista?-

Dora Barrancos: -Efectivamente, “nadie nace feminista” es una frase que sirve para parafrasear una célebre frase de Simone de Beauvoir, en su texto tan extraordinario que se llama “El segundo sexo” en el cual Simone elabora una frase que sirvió para numeroso análisis. Ella dice “No se nace mujer, no se nace varón”, eso debe interpretarse en el sentido que “nos hacemos” según las marcas culturales. No hay una óntica, no hay un ser paralizado, ni una muestra de conducta que debe repetirse en la condición masculina o femenina. Son construcciones socio históricas. Por eso mi parafraseo es “tampoco se nace feminista”. El feminismo es una corriente de emancipación humana, en el que se propende un “para sí” de las mujeres, para que la mujer reflexione acerca de su situación de discriminación, de segunda significación social y de formas de sometimiento real, que todavía existen.
La segunda cuestión de por qué me hice feminista, se lo debo al Código Penal Brasileño. Resulta que cuando estaba en el exilio había ocurrido una tragedia, una mujer de alta sociedad había sido ultimada a balazos en la plaza de Buzios por su compañero. Había una suerte de denostación sobre la conducta moral de la víctima en los medios, se le atribuían conductas sexuales que ustedes ya se podrán imaginar. Ahí es cuando veo en televisión al notable defensor del victimario, uno de los abogados penalistas más prestigiosos de Brasil. Cuando le preguntan cuál iba a ser la estrategia de la defensa, muy suelto de cuerpo y con toda impunidad alega: “muy fácil, invocando la legítima defensa del honor”. Eso me introdujo claramente en la impronta del feminismo: fue como si todas las hebras se unieron en ese momento, un estado de plena consciencia. Ese fue el inicio de un camino, ingresar al feminismo no tiene retorno.-

M. A: -Es interesante como durante la historia todos esos prejuicios se fueron pasmando en las legislaciones, como era hace un tiempo la regulación de la capacidad de la mujer casada. En este sentido ¿Qué significa la perspectiva de género tenga carácter de política de Estado? ¿Qué es la Ley Micaela?-

D. B: -Hemos andado ya un largo camino, no puedo dejar de pensar en la rehabilitación habida de los Derechos Humanos en América Latina, luego de los sacudones producidos por las dolorosas dictaduras. Esto tiene que ver con los feminismos surgidos en los ‘60/´70, con las luchas anti coloniales, contra la guerra de Vietman. Hubo un período de estancamiento después de la Segunda Guerra Mundial, en casi todos los países, una reinstalación de la mística femenina, del hogar, de lo cotidiano. De allá para acá los feminismos renacidos después de la dictadura argentina y los desarrollos más recientes están significando una mirada absolutamente crítica sobre la desigualdad humana de base que es la desigualdad de género. Eso tiene que ver con la instalación del modelo patriarcal, que se ve en muchas instituciones, en la organización de la medicina y también en la justicia. En este punto me detengo: En realidad nuestro orden jurídico se ha quebrantado respecto de la desigualdad de género. Hoy tenemos una nutrida cantidad de leyes, este país ha construido nada menos que la Ley de Identidad de género, es el primer país que lo hizo. Esto quiere decir que el orden jurídico ha sido retado fuertemente. Sin embargo, las operaciones corrientes de la justicia no se han adecuado a este salto cuántico: todavía hay un descompás. Con La ley Micaela hay una obligación que esperemos se encarne y no se trate solamente de una adecuación de superficie.-

M. A: -Totalmente, puede haber leyes perfectas, pero si en la práctica a una mujer que va a hacer una denuncia por violencia, luego no se la toman porque no tiene la marca de un golpe, entonces no sirve o sería suficiente.-

D. B: -Inclusive la misma organización de la Justicia, yo creo que nos espera una reforma judicial muy aquilatada. Esto lo expuse en la Cámara de Diputados: tenemos una matriz organizacional en torno a la familia ¿es lógico que la denuncia de violencia se atienda en el fuero de familia? Eso es un resorte patriarcal, porque quien denuncia es un sujeto más allá de donde este si en la familia o en el hospital. En esto tenemos que ser creativas, especialmente las jóvenes para que pensemos en por qué tiene que ser la mismidad, la repetición de lo mismo.
Estamos en un ciclo, en un momento a partir del Covid, las cosas se han puesto patas para arriba y es un momento para cuestionar en cómo funcionan nuestras instituciones.-

M. A: -Por muchos años fui asesora de menores e incapaces y me tocaba intervenir en los casos de violencia . Cuando se hacía un seguimiento del caso y resultaba que la víctima volvía a la casa del agresor era por una cuestión económica: porque no tenía donde ir, porque tenía muchos hijos, porque no conseguía trabajo, para no quedarse en la calle. ¿Cómo ve esta cuestión?-

D. B: -Eso es fundamental, lo que acabas de decir es de una obviedad que el no verla es de una total ceguera cognitiva. Pongámonos en un momento en la piel de las mujeres de los dos deciles más pobres: inhibidas de acceder al mercado de trabajo. Inhibidas porque las mujeres somos especialistas en hacer estos análisis rápidos ¿me conviene o no me conviene ir a trabajar? Para una mujer de los sectores populares con tres o cuatro chicos, a las que no se les alcanzó la suficiente protección del Estado, que está en esa circunstancia tenebrosa. Porque para una mujer de clase media es más fácil, la presencia de un padre o una madre que inmediatamente advirtiendo una situación de violencia claramente se interpone.
Ya no es posible eso que sucedía hace cincuenta años atrás, cuando un padre de clase media le decía a su hija “pero como te vas a separar”, felizmente eso no ocurre gracias a lo que hemos logrado cambiar las feministas.
Sin embargo, en los sectores más desabastecidos, llenos de precariedad y donde faltan las oportunidades que una sí ha tenido, es bastante común que a esa mujer le digan “cómo te vas a ir, con quien vas a dejar los chicos” y es inevitable este cálculo de costo y oportunidad. Por eso es fundamental habilitar el mercado laboral, porque es lo que empina a las mujeres, lo que les da más autoestima y mucho más vigor en la decisión de salir de la cárcel doméstica.
Las mujeres seguimos teniendo mayores dificultades para ingresar al mercado laboral, y luego para sostenernos en él, incluso para las profesionales. Una mujer de una barriada pobre, con tres chicos, que va a trabajar a una casa particular: dos horas para ir y dos horas para volver por un salario precarísimo. Lo que se deriva de ese análisis de costo y oportunidad es: me quedo en casa. Los varones no pasan por eso, las mujeres seguimos teniendo poli gerencia: nos vamos a trabajar afuera pero seguimos siendo gerentes de la vida doméstica y eso hace que hagamos todo el tiempo ese cálculo: me conviene o no me conviene.
Por eso el plan ACOMPAÑAR es fundamental. Es para mujeres y también para otras personas de otra diversidad, que pueden estar a merced de circunstancias muy violentas, y no dejo de pensar en las personas que hacen mutación sexo genéricas y que han sido muy hostigadas en sus propias familias, y tienen que salirse de sus hogares, por eso son personas a las que el Estado debe asistir en esa situación tan depredada.

M. A.: -¿Se le da valor al trabajo doméstico?-

D. B: -Hay un estudio muy conservador (porque toma es cuenta rubros estrictamente domésticos) que acaba de hacer la compañera Mercedes D´Alessandro da el 17% del producto bruto. Piensen y pongamos en valor lo que es limpiar, trapear, cocinar, buscar los niños a la escuela, hacer las compras, todo eso. Hay una investigación que se hizo en México, que abarca más rubros y arrojó casi un 23% del Producto Bruto. Siempre planteo, si hubiera en el mundo una huelga general de las amas de casa por tiempo indeterminado, saben lo que pasaría, imagínense en estos momentos con el trabajo a través de plataformas tenemos mucho más trabajo, lleva más tiempo y se superpone con la vida doméstica. Esa es la situación, pero yo soy muy optimista en este cambio de época, a pesar de las adversidades, a pesar de ese sistema de locución tan arcaico, tan conservador que lastima: esto que aluda de que las mujeres van a denunciar para cobrar un subsidio, es ni siquiera comprender el zócalo de la subjetividad femenina, es inmenso el salto que hay que dar.-


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