BUENOS AIRES, Setiembre 25, (PUNTO CERO-La Política OnLine) La semana pasada fueron las advertencias de los encargados de fiscalizar los comicios en la inmensa provincia de Buenos Aires en la que vota el 38 por ciento del padrón nacional y donde se definirá quien será el próximo presidente de la Argentina. El juez federal con competencia electoral Manuel Blanco y el camarista Leopoldo Schiffrin advirtieron que el escrutinio del comicio del 27 de octubre “va a ser muy complicado”.
Lo cierto es que ya sea parte de una estrategia deliberada o simple falta de conducción política, el kirchnerismo generó esta incertidumbre al permitir con su “concertación” que proliferen las candidaturas hasta el absurdo que revela hoy La Nación en tapa: se presentaron más de 20.000 postulantes.
El temido escenario de un domingo negro con una elección presidencial paralizada porque el escrutinio en la provincia de Buenos Aires no avanza y dispara las denuncias de fraude, ya es una hipótesis que preocupa gravemente a la Casa Rosada, tal cual reveló también hoy Ambito Financiero.
La durísima –y sorda- pelea interna que el kirchnerismo agigantó al permitir varias listas oficialistas en distritos claves como Lomas de Zamora, Lanús y tantos otros, también lleva a pensar que no sólo desde la oposición pueden surgir los reclamos de recuentos “voto a voto”, como ya sucede en Chaco y Córdoba.
Un escándalo de esa magnitud podría herir además seriamente la legitimidad de los eventuales triunfos de Cristina Kirchner y Daniel Scioli, y es la razón por la que los jueces con competencia electoral de todo el país
–pero principalmente los bonaerenses- se encuentran en virtual asamblea permanente tratando de encontrar alguna salida a esta situación.
No favorece a despejar las sospechas de fraude que el neurálgico Correo siga en manos del militante kirchnerista Eduardo di Cola, y que la coordinación del escrutinio sea atribución del muy cuestionado ministro del Interior Aníbal Fernández.
En ese sentido, contribuye aún más a inquietar los ánimos el inusitado incremento de electores habilitados –sólo en Buenos Aires habrá más de 300 mil nuevos votantes-, justo cuando el Ministerio del Interior es quien viene concretando desde hace tiempo un festival de reparto de nuevos DNI.
La provincia se encamina así con 30 mil mesas habilitadas y más de 20 mil candidaturas –plausibles de múltiples impugnaciones- a ser el corazón de un posible escándalo electoral de repercusión internacional.
Para dimensionar la magnitud del complejo entramado político que armó el kirchnerismo, La Nación reveló hoy que de los más de 20.000 candidatos que se inscribieron para competir por 2600 cargos bonaerenses, la mayoría de estos postulantes representan al Frente para la Victoria y sus partidos aliados. Alrededor de 4100 aspirantes confrontarán desde el espacio liderado por Néstor Kirchner, todos encolumnados detrás de la fórmula Daniel Scioli, Alberto Balestrini.
La Nación revela que efectivamente la multiplicidad de candidatos y partidos oficialistas que presentaron listas con denominaciones como Frente para la Victoria, Frente para la Victoria 2, Frente para la Victoria 3, Frente PJ, Frente Grande o el Partido de la Victoria encendió una luz de alerta en la justicia electoral, que teme una avalancha de impugnaciones.
Concretamente, esta situación se registra en 76 municipios en los que se enfrentan varios aspirantes a intendentes, concejales y consejeros escolares por el mismo espacio oficialista.
En 52 de estas comunas confrontan dos listas kirchneristas. En otros 24 distritos los aliados al Presidente que darán pelea son tres o más. El caso paradigmático es el de Lomas de Zamora, donde pelean cinco o cuatro –todavía ni siquiera está claro- candidatos a intendente por el espacio oficial. Pero situaciones similares también se registran en La Plata y Lanús, por ejemplo.
Lo cierto es que ya sea parte de una estrategia deliberada o simple falta de conducción política, el kirchnerismo generó esta incertidumbre al permitir con su “concertación” que proliferen las candidaturas hasta el absurdo que revela hoy La Nación en tapa: se presentaron más de 20.000 postulantes.
El temido escenario de un domingo negro con una elección presidencial paralizada porque el escrutinio en la provincia de Buenos Aires no avanza y dispara las denuncias de fraude, ya es una hipótesis que preocupa gravemente a la Casa Rosada, tal cual reveló también hoy Ambito Financiero.
La durísima –y sorda- pelea interna que el kirchnerismo agigantó al permitir varias listas oficialistas en distritos claves como Lomas de Zamora, Lanús y tantos otros, también lleva a pensar que no sólo desde la oposición pueden surgir los reclamos de recuentos “voto a voto”, como ya sucede en Chaco y Córdoba.
Un escándalo de esa magnitud podría herir además seriamente la legitimidad de los eventuales triunfos de Cristina Kirchner y Daniel Scioli, y es la razón por la que los jueces con competencia electoral de todo el país
–pero principalmente los bonaerenses- se encuentran en virtual asamblea permanente tratando de encontrar alguna salida a esta situación.
No favorece a despejar las sospechas de fraude que el neurálgico Correo siga en manos del militante kirchnerista Eduardo di Cola, y que la coordinación del escrutinio sea atribución del muy cuestionado ministro del Interior Aníbal Fernández.
En ese sentido, contribuye aún más a inquietar los ánimos el inusitado incremento de electores habilitados –sólo en Buenos Aires habrá más de 300 mil nuevos votantes-, justo cuando el Ministerio del Interior es quien viene concretando desde hace tiempo un festival de reparto de nuevos DNI.
La provincia se encamina así con 30 mil mesas habilitadas y más de 20 mil candidaturas –plausibles de múltiples impugnaciones- a ser el corazón de un posible escándalo electoral de repercusión internacional.
Para dimensionar la magnitud del complejo entramado político que armó el kirchnerismo, La Nación reveló hoy que de los más de 20.000 candidatos que se inscribieron para competir por 2600 cargos bonaerenses, la mayoría de estos postulantes representan al Frente para la Victoria y sus partidos aliados. Alrededor de 4100 aspirantes confrontarán desde el espacio liderado por Néstor Kirchner, todos encolumnados detrás de la fórmula Daniel Scioli, Alberto Balestrini.
La Nación revela que efectivamente la multiplicidad de candidatos y partidos oficialistas que presentaron listas con denominaciones como Frente para la Victoria, Frente para la Victoria 2, Frente para la Victoria 3, Frente PJ, Frente Grande o el Partido de la Victoria encendió una luz de alerta en la justicia electoral, que teme una avalancha de impugnaciones.
Concretamente, esta situación se registra en 76 municipios en los que se enfrentan varios aspirantes a intendentes, concejales y consejeros escolares por el mismo espacio oficialista.
En 52 de estas comunas confrontan dos listas kirchneristas. En otros 24 distritos los aliados al Presidente que darán pelea son tres o más. El caso paradigmático es el de Lomas de Zamora, donde pelean cinco o cuatro –todavía ni siquiera está claro- candidatos a intendente por el espacio oficial. Pero situaciones similares también se registran en La Plata y Lanús, por ejemplo.
Pero el kirchnerismo no es el único que cayó en esta lógica atomizante: el Frente Coalición Cívica, de Elisa Carrió, y la fuerza Una Nación Avanzada (UNA), de Roberto Lavagna, que competirán con distintas fórmulas de gobernador y miles de candidaturas para los otros cargos en juego. (PUNTO CERO-La Política OnLine).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario