La candidata de Cambiemos rompió todos los pronósticos y se impone al kirchnerismo. Aníbal y la propia Cristina no aparecen.
María Eugenia Vidal fue la estrella del domingo y logró revolucionar a la política argentina, al arrebatarle la provincia de Buenos Aires al peronista Aníbal Fernández por casi cinco puntos, con un 39,5% contra apenas el 34,5% del jefe de Gabinete de Cristina Kirchner.
El batacazo de Vidal logró que Macri prácticamente empatara con Scioli en torno a los 35 puntos, rompiendo todos los sondeos previos y confirmando que el gobernador de la provincia de Buenos Aires hizo una de las peores elecciones de la historia del peronismo.
Escrutados más del 67% la noticia conmocionó al mundo político que ya había entrado en alerta roja por la demora de casi seis horas en entregar datos oficiales, cuando crecían los rumores del resultado que finalmente se produjo.
La Cámpora y Aníbal Fernández, con evidente información, se habían recluido en el hotel Inter Continental y evitaron acercarse al Luna Park, donde dejaron a Scioli hablar en soledad, acompañado únicamente por sus funcionarios y un demudado Carlos Zannini. Tampoco se vio a ningún gobernador en el escenario.
La derrota del kirchnerismo es tan profunda que en la provincia pierden intendencias de a decenas y se quedan sin la provincia de Buenos Aires que había sido ideada como el refugio para contener a la tropa camporista, que ya se estaba repartiendo los ministerios.
La situación de paridad entre Macri y Scioli, dio vuelta la ecuación política y ahora hay dudas sobre si el oficialismo tendrá la fortaleza para encarar una segunda vuelta en la que aparece brutalmente derrotado.
De hecho, desde que empezaron a trascender los resultados, confirmados por Julio Alak poco después de la medianoche, no se tuvo más noticias no sólo de Scioli, que había prometido a la militancia en el Luna Park volver a hablar "en una hora", sino de la propia Cristina Kirchner y de Aníbal Fernández.
En el bunker sciolista del Luna Park se veían imágenes de llantos, ante el shock de un triunfo que daban prácticamente por descontado, al punto que Scioli y se pasó todas las semanas previas a la elección anunciando ministros y otros funcionarios de su futuro gobierno.
La elección parece haberse definido en las últimas 48 horas, cuando los indecisos comenzaron a volcarse masivamente hacia Vidal y Macri, que terminó sacando casi cinco puntos más que la suma de Cambiemos en las primarias, mientras que Scioli perdió por lo menos tres puntos.
La Cámpora al conocerse los primeros datos se entusiasmaba con cargar la culpa del mal resultado en Scioli por apartarse tibiamente del "modelo", pero la aplastante derrota de Aníbal Fernández los deja sin discurso y confirma lo que había anticipado LPO: Scioli empezó a perder votos por su kirchnerización, justo cuando debía marcar distancia.
Posicionamiento político, que acaso ya sin reflejos, esta noche volvió a ratificar. Lo que está claro es que si Scioli quiere tener alguna chance ahora sí deberá tomar distancia del cristinismo duro, ya que el grueso de la sociedad parece haber dejado atrás el ciclo kirchnerista. (La Política OnLine).
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