jueves, septiembre 29, 2016

Ejercer los derechos políticos contribuye al bienestar social.


Los ciudadanos somos miembros de una comunidad política que tienen derechos y obligaciones en virtud de su condición. En los países democráticos ejercer los derechos políticos contribuye al bienestar social de todos. Esta participación tiene diferentes cauces, bien sea directamente como consecuencia de la candidatura a algún cargo público, o bien indirectamente ejerciendo el derecho al voto. Por otro lado, el bien común es el conjunto de condiciones sociales que permiten y favorecen el desarrollo integral de todos los miembros de la comunidad. Desarrollar este bien común necesita de la participación de todos para llegar a las metas propuestas. Queremos enfatizar la importancia de la democracia y de la participación en la vida social y política de nuestro país. Esta participación es un derecho y un deber que surge de la misma convivencia con otras personas que buscan la solución de sus problemas.

Biblicamente podemos mirar al Profeta Amós quien se dirige a los ricos que se entregan a la comodidad y al lujo y que sólo se preocupan por sacarle a la vida todo el jugo que ésta pueda ofrecer.
Los describe ociosos y acomodados en sus divanes -bebiendo y cantando- sin preocuparse por el país que va a la ruina. Entonces Amós les profetiza: ‘Por eso irán al destierro a la cabeza de los cautivos. Se acabó la orgía de los disolutos’. Esta profecía -explica el prelado- se cumplió treinta años después sobre el pueblo de Israel y se constituyó en una de las muchas lecciones históricas sobre la ruina social y política que causa la decadencia moral.
La actual civilización del bienestar y del consumismo no parece haberlo comprendido. Mirando con más profundidad, esta lectura encierra una reflexión más importante: la vida encerrada en los estrechos horizontes de los placeres terrenos es de por sí negación de la fe, es impiedad y ateísmo práctico con el consiguiente desinterés por las necesidades del prójimo y el bien común.
En pocas palabras: es el camino para la ruina en el tiempo y en la eternidad.
Dr. Carlos Víctor Zalazar.

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