Esta es una de esas notas, que dejan mucha tela para cortar, pero que como primer dato, muestra que mientras la realizábamos, la gente pasaba, miraba y saludaban al entrevistado, quién? El doctor Angel Pérez Moreno, o simplemente el Dr. Pérez como todo el mundo lo conoce. Y que tuvo la gentileza de atendernos y darnos parte de su tiempo.
Periodista: -Buen día doctor Pérez. ¿Cómo está?-
Se levanta y saluda. Y dice sobre quienes lo saludan: -”a algunos los conozco, otros no se quienes son. Deben ser los hijos o familiares de alguien que atendí, y por eso me saludan.-
Pero lo disfruta. Son caricias para El.
Nieto e hijo de españoles, nacidos en Salamanca.
Ángel Pérez Moreno, nació el 12 de mayo de 1930, entre Ramos Mejia y Ciudadela.
Recuerda a su hermana Ana, con mucha emoción.
Estudio medicina en la Universidad de Buenos Airez, y luego de seis años, 1959-1964, se recibió de medico clínico-pediatra.
Su practica la realizo en San Isidro.
Instalo su consultorio en Ingeniero Pablo Nogues. Dos años después, se casó con Sara, maestra de alma, con quien tuvo cuatro hijos, David, Paula, Martin y Sebastián.
El escenario, Ingeniero pablo Nogués, no era el mejor, pero era un visionario que aposto al progreso de la zona, y el tiempo le dio la razón.
Hizo el servicio militar, en Campo de Mayo. Allí fue asistente del coronel Muzzio, en el hospital militar. Los seis años que paso en ese lugar, despertaron su vocación final. Antes había pensado en seguir ciencias económicas.
Los recuerdos vuelven y los cuenta. De día atendía casos de todo tipo. Pero cuando llegaba la noche, "me venían a buscar de lugares donde no había luz ni asfalto. Cuando llovía me ponía el piloto y las botas de lluvia y allá iba. En mi maletín llevaba todo lo que necesitaba. Partos, traumatismos, quemaduras, mordidas, eran habituales en mis pacientes.
A veces cobraba y otras no.
Pero aprendí a estar preparado para atender las necesidades de la gente.
El doctor Pérez, dejo de atender pacientes hace 20 años. Pero la gente lo recuerda cada día, como si siguiera en actividad.
Trabajo también en la Municipalidad de Tigre, donde fue jefe del Departamento Médico.
Preguntamos por su auto, que es un falcón 75, color amarillo, que luce impecable, como recién salido de fábrica. Pero acota que ya no conduce. Prefiere caminar mucho todos los días, porque le hace muy bien.
Esta pisando los 90 años, pero esta lúcido y pensante como si tuviera 20.
Un pionero que dejo su marca imborrable en la zona.
Salud doctor, se lo quiere y serespeta.
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