El detenido poseía desde el 16 de abril del año pasado un pedido de captura nacional e internacional solicitado por el Juzgado interviniente, que ahora lo imputó del delito “homicidio en ocasión de robo”, que prevé una pena 10 a 25 años de prisión.
Un hombre de 43 años, con pedido de captura nacional e internacional, fue detenido acusado de asesinar de una puñalada a un empleado de Telecom en su vivienda del barrio porteño de Saavedra en marzo del 2020, informaron fuentes policiales y judiciales.
Se trata de Daniel Sebastián Ocampo (43), acusado del crimen de Juan Domingo Grillo (45), empleado de la empresa de comunicaciones Telecom, quien fue asesinado de una puñalada cuando se hallaba en su vivienda con su esposa y sus dos pequeñas hijas de 2 y 7 años.
Según señalaron las fuentes a Télam, Ocampo, alías “Pichicha”, fue detenido en una casa ubicada en la calle Hernández al 3100 de la localidad bonaerense de Tortuguitas, partido de Malvinas Argentinas, por efectivos de la División Captura y Búsqueda de Prófugos de la Policía de la Ciudad.
Un vocero judicial indicó que desde la Secretaría de Prófugos se inició una búsqueda que dio con la dirección del domicilio donde residía el acusado, por lo que se inició una investigación para lograr su detención.
La investigación estuvo a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 18, de Pablo Ormaechea, Secretaría 156, de Marcelo Scheinsohn en coordinación con la Unidad Fiscal Especializada en Investigación Criminal Compleja, cuyo titular es el fiscal José María Campagnoli.
Ocampo poseía desde el 16 de abril del año pasado un pedido de captura nacional e internacional solicitado por el Juzgado interviniente, que ahora lo imputó del delito “homicidio en ocasión de robo”, en perjuicio de Grillo, que prevé una pena 10 a 25 años de prisión.
El hecho ocurrió cerca de las 3.30 de la madrugada de 4 de marzo de 2020 en un chalet de la calle Conde al 4300, entre Correa y Ruiz Huidobro, en el barrio porteño de Saavedra.
La casa de dos plantas que estaba en plena remodelación, con el frente sin revoque y cubierto con andamios y, según los vecinos, la familia se había mudado el último fin de semana a la propiedad.
Fuentes policiales aseguraron a Télam que todo comenzó cuando Ocampo violentó la reja de una ventana de la casa que da a la calle, desde donde logró ingresar a la vivienda.
"La casa no tenía aún puestas las rejas exteriores y apenas tenía algunas medidas de seguridad porque estaba en plena remodelación", explicó a Télam un investigador en aquel momento.
Una vez adentro, el asaltante se dirigió a uno de los dormitorios y sorprendió a su dueño durmiendo junto a su esposa, informaron las fuentes policiales.
En ese momento Grillo pretendió resistirse e intentó forcejear con el delincuente, pero recibió un puntazo en el tórax del lado derecho, lo que le provocó la muerte unos minutos más tarde.
Ante esa situación, el delincuente decidió abandonar el lugar sin robar nada, explicaron las fuentes.
Por el mismo hecho fue detenida una mujer, con quien convivía Ocampo, que según pudo comprobar la justicia, actuó como campana.
Para el juez de instrucción, la mujer fue partícipe necesaria de ese asesinato ya que su rol era de “auxilio y resguardo para que la incursión criminal pudiera tener éxito”.
Al repasar las pruebas contra la acusada, los integrantes de la Sala IV de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional recordaron que a las pocas horas del crimen, efectivos de la Comuna 12 de la Policía de la Ciudad recorrieron el Barrio Mitre, ubicado en las cercanías, y recopilaron dichos de testigos que aseguraron que un hombre apodado “Pachicha” habría cometido el delito y que la mujer con la que vivía actuó de “campana”.
Los mismos testigos dijeron que antes lo habían visto por el barrio con un arma tipo cuchillo y que amedrentaba a quienes se pusieran en su camino.
Los magistrados destacaron las filmaciones obtenidas en el expediente, con las que se estableció el recorrido que realizaron tanto la imputada como su cómplice hasta llegar a la casa de la víctima.
Allí también se observa el momento en el cual la mujer se va de la vivienda y se saca una prenda para quedarse en musculosa.
Por otra parte, Ocampo fue juzgado por un “robo simple en grado de tentativa” cometido en Vicente López en 2001 y por una causa por “resistencia a la autoridad”, por la que fue condenado a 11 meses de prisión en 2011 por el Tribunal Oral en lo Criminal 21.
En diciembre de 2012 se lo imputó como “coautor del delito de robo con armas cuya aptitud para el disparo no pudo ser acreditada”, por lo que cumplió una pena efectiva de tres años, según el expediente del Tribunal Oral en lo Criminal 17, al que tuvo acceso Télam.
Por este mismo hecho, en agosto de 2013 fue concedido con el beneficio de libertad condicional y fijó como lugar de residencia el domicilio de Tortuguitas, donde finalmente fue detenido. (Télam).
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