CHIVILCOY, Enero 07, (PUNTO CERO-La Razón de Chivilcoy) El operativo policial que terminó con la clausura de un desarmadero y su propietario detenido dejó en evidencia que las cosas cambiaron en la Provincia en materia de seguridad.
La presencia en nuestra ciudad de la “recuperada” figura de jefe de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, a cargo del superintendente Daniel Salcedo, pareció decir que la policía “está de regreso”. La pregunta es, ¿adónde se regresó?
El anterior ministro de Seguridad, León Arslanián había suprimido ese cargo para dejar en claro que el jefe de la policía era él, y que dicho organismo estaba decididamente bajo el poder civil. Y no sólo eso, reestructuró y fundó distintas fuerzas policiales, además de exonerar a centenares de oficiales y suboficiales, para sanear a la vieja y “maldita” bonaerense.
Tras la asunción del gobernador Daniel Scioli, la primera medida del nuevo ministro de Seguridad Carlos Stornelli fue volver a contar con un jefe policial. Además, amenazó con disolver la Policía Comunal, una creación que Arslanián realizó con el concepto de que esta fuerza debía depender del poder político.
Aunque Stornelli no avanzó públicamente en su decisión de hacer desaparecer esta fuerza, lo que ocurrió en Chivilcoy es una muestra de lo que va a venir. El operativo fue realizado por la Dirección de Investigaciones de Mercedes y Bragado, y allanaron este desarmadero ubicado en la calle Maipú donde encontraron partes de dos autos con pedido de secuestro de hace más de 10 años, y algunos bloks con la numeración limada, además de centenares de autopartes oxidadas, autos semidestruidos o desarmados por doquier cuya procedencia es dudosa, pero fue mucho despliegue para un operativo que bien podría haberse efectuado con la décima parte del personal policial que se movilizó.
Y aunque estuvo presente, la Policía Comunal de Chivilcoy quedó “pintada”. Ni hablar de las autoridades municipales, responsables de la seguridad en el orden local, que se enteraron del operativo en horas de la tarde cuando comenzó a correrse la voz que iba a venir el mismísimo ministro de Seguridad Carlos Stornelli a observar los resultados del procedimiento. No vino Stornelli pero sí el Jefe de la Policía Daniel Salcedo, que arribó al mejor estilo Felipe Solá en un helicóptero que aterrizó en el Polideportivo Municipal.
Por su parte, Franetovich habría tomado conocimiento de lo que estaba pasando en la ciudad desde horas de la mañana cuando estaba en una reunión por el tema de las viviendas en Buenos Aires a media tarde. Por supuesto que no le causó ninguna gracia que le efectuaran un operativo de trascendencia nacional y provincial en el patio de la casa, con funcionarios de alta jerarquía. Ninguna gracia en el diccionario Franetovich quiere decir, enojo con epítetos irreproducibles.
Es importante señalar que la Policía local es la responsable de controlar desarmaderos, casas de repuestos y todo lo relacionado con la compra y venta de automóviles y autopartes. En el caso del desarmadero allanado, había sido clausurado años atrás en varias oportunidades, pero igual siguió funcionando, lo que podría significar que la DDI Bragado le vino a hacer el trabajo que Chivilcoy debió realizar.
Claro que este desarmadero, ni cerca sería el lugar donde se reducen los cientos de automóviles y camionetas último modelo que se roban en la Provincia y en la región. Y es ahí donde se efectuó este “exitoso” operativo que hasta Scioli ponderó.
Sin entrar a desmerecer el trabajo realizado por los investigadores y de aclarar que para cortar con el robo de autos se debe controlar noche y día los desarmaderos, lo ocurrido en Chivilcoy pareció más una operación que un operativo. ¿Es la jerarquía policial la que ganó terreno en el manejo de la seguridad por sobre el poder político?
La presencia en nuestra ciudad de la “recuperada” figura de jefe de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, a cargo del superintendente Daniel Salcedo, pareció decir que la policía “está de regreso”. La pregunta es, ¿adónde se regresó?
El anterior ministro de Seguridad, León Arslanián había suprimido ese cargo para dejar en claro que el jefe de la policía era él, y que dicho organismo estaba decididamente bajo el poder civil. Y no sólo eso, reestructuró y fundó distintas fuerzas policiales, además de exonerar a centenares de oficiales y suboficiales, para sanear a la vieja y “maldita” bonaerense.
Tras la asunción del gobernador Daniel Scioli, la primera medida del nuevo ministro de Seguridad Carlos Stornelli fue volver a contar con un jefe policial. Además, amenazó con disolver la Policía Comunal, una creación que Arslanián realizó con el concepto de que esta fuerza debía depender del poder político.
Aunque Stornelli no avanzó públicamente en su decisión de hacer desaparecer esta fuerza, lo que ocurrió en Chivilcoy es una muestra de lo que va a venir. El operativo fue realizado por la Dirección de Investigaciones de Mercedes y Bragado, y allanaron este desarmadero ubicado en la calle Maipú donde encontraron partes de dos autos con pedido de secuestro de hace más de 10 años, y algunos bloks con la numeración limada, además de centenares de autopartes oxidadas, autos semidestruidos o desarmados por doquier cuya procedencia es dudosa, pero fue mucho despliegue para un operativo que bien podría haberse efectuado con la décima parte del personal policial que se movilizó.
Y aunque estuvo presente, la Policía Comunal de Chivilcoy quedó “pintada”. Ni hablar de las autoridades municipales, responsables de la seguridad en el orden local, que se enteraron del operativo en horas de la tarde cuando comenzó a correrse la voz que iba a venir el mismísimo ministro de Seguridad Carlos Stornelli a observar los resultados del procedimiento. No vino Stornelli pero sí el Jefe de la Policía Daniel Salcedo, que arribó al mejor estilo Felipe Solá en un helicóptero que aterrizó en el Polideportivo Municipal.
Por su parte, Franetovich habría tomado conocimiento de lo que estaba pasando en la ciudad desde horas de la mañana cuando estaba en una reunión por el tema de las viviendas en Buenos Aires a media tarde. Por supuesto que no le causó ninguna gracia que le efectuaran un operativo de trascendencia nacional y provincial en el patio de la casa, con funcionarios de alta jerarquía. Ninguna gracia en el diccionario Franetovich quiere decir, enojo con epítetos irreproducibles.
Es importante señalar que la Policía local es la responsable de controlar desarmaderos, casas de repuestos y todo lo relacionado con la compra y venta de automóviles y autopartes. En el caso del desarmadero allanado, había sido clausurado años atrás en varias oportunidades, pero igual siguió funcionando, lo que podría significar que la DDI Bragado le vino a hacer el trabajo que Chivilcoy debió realizar.
Claro que este desarmadero, ni cerca sería el lugar donde se reducen los cientos de automóviles y camionetas último modelo que se roban en la Provincia y en la región. Y es ahí donde se efectuó este “exitoso” operativo que hasta Scioli ponderó.
Sin entrar a desmerecer el trabajo realizado por los investigadores y de aclarar que para cortar con el robo de autos se debe controlar noche y día los desarmaderos, lo ocurrido en Chivilcoy pareció más una operación que un operativo. ¿Es la jerarquía policial la que ganó terreno en el manejo de la seguridad por sobre el poder político?
Tal como el lugar allanado, esta nueva política viene a “desarmar” lo que se avanzó en los últimos años. Que sea el poder civil el que controle la política de seguridad. (PUNTO CERO-La Razón de Chivilcoy).
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