LUJAN. Noviembre 22, (PUNTO CERO-El Civismo). Rubén Minotti y Graciela Sarube recibieron penas de un año y seis meses.
La mujer ya había sido condenada en el mes de julio a siete años de prisión por haber instigado el crimen del actual secretario general del gremio.
En un hecho que registra pocos antecedentes, un sindicalista fue condenado por manejos irregulares de fondos. Se trata del ex secretario general del Centro Empleados de Comercio (CEC), Rubén Minotti, y de quien fuera durante años la tesorera del sindicato, Graciela Sarube. Ambos fueron condenados a la pena de un año y seis meses de prisión al ser encontrados culpables de delito de “defraudación por administración fraudulenta” en perjuicio del sindicado mercantil.
Así lo estableció el Tribunal en lo Criminal Nro. 4 de Mercedes el pasado 28 de octubre cuando se dio a conocer el fallo. Si bien Minotti no tendrá que cumplir la condena en la cárcel debido a que la pena recibida es excarcelable, distinta es la situación de Sarube, quien desde el 2002 se encuentra en la Unidad Penitenciaria 5 de Mercedes al haber recibido la pena de siete años de cárcel por haber contratado junto a su marido Jorge Jordan a dos sicarios para matar al por entonces tesorero del gremio y actualmente secretario general Sergio Gauna.
De todos modos, Minotti y Sarube deberán afrontar las costas del juicio, según lo determinado por el servicio de Justicia que intervino en la causa.
Cabe recordar que Sarube ya había sido condenada en julio de este año por “tentativa de homicidio” tras determinarse que junto a su marido habían sido los instigadores de un crimen que por milagro no llegó a concretarse. Por este hecho, también fueron condenados en el marco del mismo juicio los autores materiales que fallaron en el encargo: Carlos Castellano y Jorge Barigozzi, quienes recibieron la pena de ocho años de prisión.
Con el fallo contra Minotti y Sarube se confirma que el motivo de los planes pergeñados por la ex tesorera y su esposo tenía un trasfondo económico más que político.
Gauna, la víctima del hecho, había sido electo como tesorero, desplazando a Sarube del cargo. Sin embargo, la mujer no dejó el cargo fácilmente y fue interponiendo todo tipo de excusas para retener el puesto a medida que Gauna empezaba a intuir manejos de dinero del gremio de manera irregular.
Esta presunción fue corroborada por Gauna una vez que pudo asumir el cargo de tesorero. A los pocos meses, las amenazas y el hostigamiento en su contra dieron lugar a un artero ataque a balazos efectuado por un sujeto en la puerta de su casa mientras cambiaba la rueda de su auto.
Pero el plan de Sarube y Jordán falló. Gauna se recuperó de las heridas y el matrimonio al poco tiempo fue detenido. Abrumados por las pruebas, el Tribunal en lo Criminal 3 los halló culpables. El fallo fue unánime.
El monto exacto de la defraudación nunca se pudo establecer con precisión aunque oscilaría entre los 600 mil y el millón y medio de pesos.
Distintos perfiles
Hasta el 2002, antes de estallar el escándalo en el CEC, Graciela Sarube era una anónima empleada que había trabajado toda una vida en el gremio. En silencio y sobre todo en los últimos años, fue amasando una fortuna que se tradujo en motos de alta cilindrada y varios vehículos de último modelo que utilizaban su esposo y otros familiares, algunos de los cuales prestaban servicio para la señal de cable TV Luján, cuyo primer director fue justamente su marido Jorge Jordán. Además, Sarube llevaba un nivel de vida que no condecía con el sueldo que tenía en el gremio, con el agravante de que era el sostén de todo un grupo familiar amplio, tal como salió a luz durante el juicio oral y público llevado a cabo a mitad de este años en los Tribunales de Mercedes.
En cambio, Minotti tenía mayor exposición pública no sólo por salir en los medios cada vez que el CEC organizaba alguna actividad o existía repercusión por alguna noticia relacionada por el sector, sino por desempeñarse durante varios años como presidente del Club Santa Elena del barrio El Quinto donde es un conocido vecino.
La mujer ya había sido condenada en el mes de julio a siete años de prisión por haber instigado el crimen del actual secretario general del gremio.
En un hecho que registra pocos antecedentes, un sindicalista fue condenado por manejos irregulares de fondos. Se trata del ex secretario general del Centro Empleados de Comercio (CEC), Rubén Minotti, y de quien fuera durante años la tesorera del sindicato, Graciela Sarube. Ambos fueron condenados a la pena de un año y seis meses de prisión al ser encontrados culpables de delito de “defraudación por administración fraudulenta” en perjuicio del sindicado mercantil.
Así lo estableció el Tribunal en lo Criminal Nro. 4 de Mercedes el pasado 28 de octubre cuando se dio a conocer el fallo. Si bien Minotti no tendrá que cumplir la condena en la cárcel debido a que la pena recibida es excarcelable, distinta es la situación de Sarube, quien desde el 2002 se encuentra en la Unidad Penitenciaria 5 de Mercedes al haber recibido la pena de siete años de cárcel por haber contratado junto a su marido Jorge Jordan a dos sicarios para matar al por entonces tesorero del gremio y actualmente secretario general Sergio Gauna.
De todos modos, Minotti y Sarube deberán afrontar las costas del juicio, según lo determinado por el servicio de Justicia que intervino en la causa.
Cabe recordar que Sarube ya había sido condenada en julio de este año por “tentativa de homicidio” tras determinarse que junto a su marido habían sido los instigadores de un crimen que por milagro no llegó a concretarse. Por este hecho, también fueron condenados en el marco del mismo juicio los autores materiales que fallaron en el encargo: Carlos Castellano y Jorge Barigozzi, quienes recibieron la pena de ocho años de prisión.
Con el fallo contra Minotti y Sarube se confirma que el motivo de los planes pergeñados por la ex tesorera y su esposo tenía un trasfondo económico más que político.
Gauna, la víctima del hecho, había sido electo como tesorero, desplazando a Sarube del cargo. Sin embargo, la mujer no dejó el cargo fácilmente y fue interponiendo todo tipo de excusas para retener el puesto a medida que Gauna empezaba a intuir manejos de dinero del gremio de manera irregular.
Esta presunción fue corroborada por Gauna una vez que pudo asumir el cargo de tesorero. A los pocos meses, las amenazas y el hostigamiento en su contra dieron lugar a un artero ataque a balazos efectuado por un sujeto en la puerta de su casa mientras cambiaba la rueda de su auto.
Pero el plan de Sarube y Jordán falló. Gauna se recuperó de las heridas y el matrimonio al poco tiempo fue detenido. Abrumados por las pruebas, el Tribunal en lo Criminal 3 los halló culpables. El fallo fue unánime.
El monto exacto de la defraudación nunca se pudo establecer con precisión aunque oscilaría entre los 600 mil y el millón y medio de pesos.
Distintos perfiles
Hasta el 2002, antes de estallar el escándalo en el CEC, Graciela Sarube era una anónima empleada que había trabajado toda una vida en el gremio. En silencio y sobre todo en los últimos años, fue amasando una fortuna que se tradujo en motos de alta cilindrada y varios vehículos de último modelo que utilizaban su esposo y otros familiares, algunos de los cuales prestaban servicio para la señal de cable TV Luján, cuyo primer director fue justamente su marido Jorge Jordán. Además, Sarube llevaba un nivel de vida que no condecía con el sueldo que tenía en el gremio, con el agravante de que era el sostén de todo un grupo familiar amplio, tal como salió a luz durante el juicio oral y público llevado a cabo a mitad de este años en los Tribunales de Mercedes.
En cambio, Minotti tenía mayor exposición pública no sólo por salir en los medios cada vez que el CEC organizaba alguna actividad o existía repercusión por alguna noticia relacionada por el sector, sino por desempeñarse durante varios años como presidente del Club Santa Elena del barrio El Quinto donde es un conocido vecino.
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