Esta es una nueva etapa, un año mas, en la que cada uno habrá de hacer el balance. Ver con responsabilidad que proyectos se cumplieron y cuales no, averiguar muy dentro nuestro primeramente porque no se realizaron. De la sinceridad de este examen de conciencia de cada uno se podrá sacar realmente el resultado. Porque si empezamos una nueva etapa con falsas expectativas no conseguiremos nada más que fracasos. La única verdad es la realidad, pero la realidad es la que se mira con la razón y el corazón.
No es un tarea fácil reconocer que muchos de nuestros proyectos no se realizan por nuestros errores que suelen ser siempre los mismos, soberbia, altanería, egoísmo, intolerancia, pereza, inconstancia, propias de quienes no se toman el trabajo de conocerse, de mirarse hacia adentro; porque es allí donde se encuentra la verdadera solución a todos los inconvenientes.
Deberíamos todos aprenden a tomarnos cinco minutos para preguntarnos cada mañana cual es nuestra misión, como podemos hacer para eliminar de nuestro camino diario las piedras y espinas, pedir al Dios supremo fortaleza para aceptar que, «antes del querer cambiar al mundo, debemos ser nosotros los que debemos cambiar».
Pequeñas actitudes desde el seno de cada hogar, de cada lugar de trabajo, o sea en todos los lugares en que nos encontremos. Dicen que nuestro destino lo tenemos marcado, pero con seguridad dependerá de nosotros hacerlo más llevadero. Nuestro camino están llenos de personas como nosotros, con sus dificultades y sus alegrías, respetarlas de la misma forma que nos gustaría que nos respeten a nosotros es una buena manera de comenzar.
A nivel político este año debemos volver a votar, Dios quiera que seamos capaces de volcar en las urnas nuestras continuas quejas y aprobaciones. No vaya a ser que después digamos hipócritamente «no se como ganó si ni yo... ni yo... ni nadie la/lo votó.
Ojalá la coherencia le gane a la hipocresía; la perseverancia, a la rápida desilusión; la verdad a la mentira, la autocrítica al chusmerío fácil; el agradecimiento a la envidia; el amor al odio.
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