Según pudo saber NOVA, ni siquiera la profundización de la puja salarial cortó los canales de diálogo personal entre el gremialista y el gobernador. Baradel es un asiduo concurrente a Villa La Ñata, donde disfruta de los asados que brinda el ex motonauta.
“Va siempre a comer con él”, le dijo a este portal una fuente del peronismo bonaerense que lo conoce bien. Esa es la razón por la que la ecuación no cierra. Si el titular de Suteba conversa con frecuencia con Scioli por la vía informal, ¿por qué se muestra tan combativo públicamente?
Esa es también la línea que dejó entrever, a su estilo, el propio Scioli. “Me llama la atención, me resulta extraño”, dijo el gobernador sobre la posición intransigente del Frente Gremial, que comandan Baradel y la titular de FEB, Mirta Petroccini. La última oferta de la provincia fue del 30,9 por ciento. Pero los gremios no se moverán del 35. Y ni siquiera acataron la conciliación obligatoria.
Haciendo números, en el gobierno bonaerense se sorprenden. Indigna a ambos lados del mostrador el doble discurso de Baradel, que se muestra duro ante los medios pero asiste a los asados en Villa La Ñata. Esa misma acusación le hacen desde las fracciones opositoras de Suteba y la CTA.
Política y pasión
¿Pero cómo juega políticamente Baradel? Como secretario general de la CTA bonaerense, el gremialista responde a nivel nacional a Hugo Yasky. Con matices por reclamos puntuales, ambos tienen buena sintonía con el gobierno de Cristina Kirchner. De hecho, más de una vez se vio al titular de Suteba en la Casa Rosada. Es que a grandes rasgos Baradel siempre fue un filo-kirchnerista.
Pero en el plano bonaerense asoma una contradicción. A la hora de discutir salario, “Roby” –como lo llaman los periodistas obsecuentes— siempre se plantó como un opositor furioso. Aunque lo haga ante el mismo gobierno al que dice apoyar en el ámbito nacional.
Muchos recuerdan también la reunión “semi-pública” que mantuvo con Néstor Kirchner durante la campaña de 2009, en el marco de un acto en el Estadio Único de La Plata. Muy entusiasmados se los vio a ambos a un costado del escenario, mientras la Presidenta ponderaba sobre las bondades del “modelo”, que en esa oportunidad no resultaría ganador en las urnas.
Pero también lo acusan de acercarse a Sergio Massa. Hoy es moneda corriente el reproche a Baradel por las fotos “de campaña” que los dos se sacaron, sonrientes, en Tigre. “Juega para él”, le dicen desde la oposición de Suteba.
Hay una última lectura. En el fondo muchos observadores ven en Roberto Baradel a un sciolista “moderado”, incluso por sobre los vaivenes de la puja salarial. Lo de los asados reforzaría esta tesis. El empecinamiento en el rechazo de cada una de las ofertas de la Provincia es lo que tendría desconcertado al gobernador, que espera explicaciones más temprano que tarde. Porque las aulas siguen vacías. (Agencia NOVA).
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