lunes, enero 16, 2017

Repitiendo los errores del pasado. Por Katty Altimari.

Escuchamos a los ministros y secretarios responsables de la cartera de empleo vendiendo al pueblo una nueva flexibilización laboral y reducción de los aportes, cargas e impuestos que corren por cuenta del empleador. El argumento es que si una empresa puede contratar y despedir libremente se sentirán más confiadas de tomar nuevos empleados. Y si contratar un empleado en blanco es algo más barato que antes, entonces preferirá hacerlo en "blanco".

Experiencias de este tipo las hemos vivido reiteradas veces y siempre tuvieron el mismo resultado porque en sí mismas son una trampa y porque no persiguen otra lógica que para las empresas sea barato despedir mientras que el costo social de una persona desempleada lo terminara cubriendo el Estado, o sea los 40 millones de argentinos. Otra vez el cuento de privatizar las ganancias y socializar las perdidas.

En los 90´ también se flexibilizaron las relaciones laborales, el resultado fue que el desempleo y la precariedad crecieron sistemáticamente.

Según la OIT, si analizamos los 10 países de América latina que menor carga impositiva tienen sobre el salario tenemos a Honduras en el primer puesto. Según la lógica del Ministro de Trabajo de Argentina, es entonces Honduras el país que menos empleo informal debería tener. Sin embargo, Honduras es el país con mayor empleo informal del continente entero. El 71% de las personas que trabajan lo hacen de manera informal. Si repasamos la lista confeccionada por la OIT veremos coincidencias de este tipo en reiterados casos, por ejemplo en Perú que es el 4to país con menos carga impositiva al salario y también es el 2do con mayor empleo informal. Ecuador es el 5to país con menor carga impositiva y también es el 7mo con mayor empleo informal. Así podríamos seguir con muchos más ejemplos.

Cuanto es el costo impositivo para el empleador en Argentina? 34.6% del salario del empleado. Ahora miremos la foto completa: si pusiéramos a 100 empleados en una fila, de diferentes nacionalidades, desde México hasta Argentina, y tomáramos cualquiera de ellos lo más probable es que el costo impositivo de su salario sea del 30% o más. En el caso Argentino el 60% del 34.6% de impuestos van a parar a la ANSES de una u otra forma.

Argentina tiene el costo impositivo más alto de América latina, estamos de acuerdo. Pero, también es Argentina donde existe la mayor cobertura pública para jubilados. Aproximadamente el 95% de los jubilados recibe cobertura, que si bien no es la calidad deseada es mejor que el sistema privado y mejor que dejarlo librado al azar. También de dicha lista de países somos los únicos que proveemos servicios de educación terciaria y universitaria gratuita, pública y de calidad. Ergo, si reducimos los impuestos al trabajo no solo no se obtendrán los resultados que se prometen sino que además nos veremos obligados indefectiblemente a reducir la asistencia a los jubilados y, porque no, limitando los presupuestos universitarios.

Son dos caras de la misma moneda, para bajar los impuestos a alguien hay que también bajarles las prestaciones del Estado a otros. En este caso vamos a bajar los impuestos al trabajo y flexibilizar las relaciones laborales, esto no va a hacer crecer el empleo sino los despidos y además no va a tener ningún efecto sobre la informalidad. Siendo esto así, la ANSES deberá hacer recortes de los cuales ya tuvimos noticias. Ahora recortan medicamentos, mañana aumentan la edad jubilatoria para las mujeres y así hasta cubrir el costo del recorte impositivo.

Cuando los efectos de la medida se empiecen a hacer notar y las empresas en vez de contratar despidan, la ANSES deberá volver a recortar los beneficios porque hay menos empleados contribuyendo al sistema. Me pregunto que será la próxima vez? Recortar las jubilaciones un 13% nuevamente?. Esta receta ya se usó y este fue el resultado. Si hacemos siempre lo mismo obtendremos resultados similares.

Se pueden bajar impuestos en una economía que crece. En una economía en clara declinación es suicida, Y si le agregamos el punto de vista no solo economicista sino fundamentalmente humano lo único que vemos es que castigar al pobre y gobernar para el más rico es la receta elegida.

Durará lo que dure la paciencia de las mayorías. La clase media y los trabajadores son los que más tarde pegan, pero cuando lo hacen son los que más democráticamente y fuerte pegan.

No falta mucho para verlo en las urnas, este es un año electoral.

Buena semana.

No hay comentarios.: