La estación Panamericana fue construida como parte de un emprendimiento inmobiliario que se suspendió al quedar envuelto en una trama de lavado de dinero narco. Originalmente pensada con andenes altos para un servicio diferencial, Dietrich calificó de elitista el proyecto y ordenó que se hiciera con andenes bajos. Al poco tiempo se decidió elevar los andenes de toda la línea, pero las obras nunca comenzaron. Un elefante blanco y el futuro de la línea.
Entre las estaciones Del Viso y Villa Rosa, las vías del Ferrocarril Belgrano cruzan por debajo del ramal Pilar de la Autopista Panamericana (RN 8), a la altura del kilómetro 46,5 de esta última, en la localidad pilarense de La Lonja. Se trata de una zona que ha tenido un gran desarrollo urbanístico y comercial desde la década de 1990 merced al crecimiento de barrios cerrados y centros de compras. Desde hace varios lustros se suceden proyectos y versiones sobre la construcción de una estación ferroviaria en la zona, sin que la concesionaria Ferrovías tomara la iniciativa.
En 2012 un oscuro consorcio privado, Pilar Bicentenario, propuso hacerse cargo de construir una estación sobre la traza del Belgrano Norte a cambio de que el Estado sumara esa parada al servicio de la línea. Las negociaciones habían comenzado durante la gestión del entonces secretario de Transporte Juan Pablo Schiavi y fueron formalizadas mediante un convenio firmado en diciembre de 2012 entre Pilar Bicentenario, Ferrovías, la Municipalidad de Pilar y el Ministerio del Interior y Transporte.
La lógica empresaria era implementar un servicio de tipo park & ride que fomentara a los automovilistas de la zona a dejar sus vehículos en un complejo de estacionamientos que se construiría en un terreno lindero.
La iniciativa no tuvo avances hasta que en 2014 fue reflotada en el marco un proyecto más amplio, que contemplaba construir otras estaciones para sumar al Belgrano Norte: Aeroparque –luego cancelada-, Ciudad Universitaria –la única construida y habilitada-, Libertador, Panamericana, Ruta 6 y Parque Industrial Pilar, esta última como resurrección de un antiguo apeadero.
El consorcio Pilar Bicentenario habría de construir una estación de andenes elevados desde la que se prestaría un servicio expreso diferencial a Retiro usando cochemotores Alerce. A tal fin, en el transcurso de 2015 se instalaron andenes provisorios elevados en algunas estaciones de la línea y el servicio diferencial comenzó a funcionar en julio de ese año desde la estación Del Viso, pendiente de la construcción de Panamericana.
La decisión de construir la nueva estación con andenes elevados estaba vinculada a comenzar a preparar la línea para material rodante de andén alto (así se hizo, por ejemplo, en Ciudad Universitaria) y respondía al proyecto de electrificación que Ferrocarriles Argentinos había incluido en su Plan Quinquenal, lanzado a fines del 2015.
El emplazamiento de la estación, definido en función de la ubicación del emprendimiento privado, no era quizás el mejor: 300 metros al sudeste del cruce de las vías con la Panamericana y sin acceso peatonal directo desde la autopista. De un lado, la estación estaría flanqueada por Pilar Parking, el estacionamiento de Pilar Bicentenario; del otro, por los fondos del barrio Los Tilos, extensión del barrio Pinazo, uno de los más carenciados del partido de Pilar. Se priorizó la posibilidad de reunir la estación con los estacionamientos en lugar de proyectarla bajo la traza misma de la Panamericana -permitiendo la combinación con líneas de colectivos- o aún desplazada hacia el noroeste, del otro lado de la autopista, donde se suceden centros comerciales y edificios de departamentos.
La construcción apenas mostraba algunos movimientos de tierra cuando se produjo el cambio de gobierno. El Plan Quinquenal rápidamente fue abandonado. En un giro insólito, el nuevo ministro Dietrich denunció el carácter elitista de la iniciativa de la estación Panamericana: “No vamos a impulsar ningún tren diferencial para la gente que vive en los countries”, dijo, mientras medios afines machacaban contra la “estación VIP”. Las nuevas autoridades del Ministerio de Transporte renegociaron con Pilar Bicentenario para que la nueva estación se construyera con andenes bajos, permitiendo la detención de los trenes comunes que todavía utiliza la línea: tracción diésel y coches remolcados construidos por distintas empresas de la FIAT entre las décadas de 1960 y 1970.
En febrero de 2017 Transporte anunciaba la pronta inauguración de Panamericana con andenes bajos. Pero la estación nunca llegó a utilizarse, porque apenas un mes más tarde la misma gestión de Dietrich decidió elevar los andenes de todas las estaciones de la línea, incluyendo a la nonata estación Panamericana. El proyecto, sin embargo, no estuvo acompañado de ningún anuncio de electrificación ni de recambio del material rodante.
Pocos meses más tarde explotó un escándalo: el presidente y cara visible de Pilar Bicentenario, Mateo Corvo Dolcet, fue detenido por la Justicia como responsable del lavado de dinero de un narcotraficante colombiano que también era accionista del consorcio. La construcción de Pilar Parking, un complejo de estacionamientos de varios pisos, se convirtió desde entonces en un elefante blanco.
En 2018 todas las estaciones originales de la línea Belgrano Norte fueron cerradas para llevar adelante la obra de elevación de andenes y reemplazadas por plataformas provisorias elevadas. Los trabajos durarían seis meses; casi dos años después, sólo han sido habilitados los andenes definitivos de un puñado de estaciones (tres andenes de Retiro, Ciudad Universitaria y Carapachay) y algunas no registran siquiera avance alguno.
Los cochemotores Alerce del diferencial fueron dados de baja del Belgrano Norte y transferidos a servicios regionales en Salta, Córdoba y hasta la línea Belgrano Sur. Los viejos trenes fueron adaptados para circular con las nuevas plataformas: los andenes bajos de Panamericana ya no sirven. No se construyeron en este caso andenes provisorios. Y tampoco comenzaron nunca los trabajos de elevación, a pesar de que en noviembre de 2017 fueron adjudicados junto con los de la estación Villa Rosa a la empresa Herso. Al margen de la suerte de Corvo Dolcet y Pilar Bicentenario, la estación propiamente dicha siempre fue propiedad de Ferrocarriles Argentinos, porque está construida en terrenos ferroviarios.
De haberse construido con andenes elevados Panamericana ya podría estar operativa, aún sin articular con el malogrado estacionamiento privado. Se hizo con andenes bajos, pero tampoco comenzaron nunca los trabajos de elevación. El resultado son dos andenes yermos que ven pasar decenas de trenes por día sin que ninguno se detenga.
El 31 de marzo próximo vence la prórroga otorgada por el macrismo a la concesionaria Ferrovías y el servicio del Belgrano Norte debería volver a manos del Estado, como las demás líneas, siempre y cuando no se avance con la polémica reprivatización que dejó en curso la gestión de Dietrich. Junto con esa herencia envenenada, las nuevas autoridades de Transporte recibieron también una estación fantasma sobre la que deberá tomarse alguna decisión. Claro que, en ese sentido, el futuro de la estación está atado al futuro de la línea. (Enelsubte).
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