En principio se hablaba del 60 % de la población con las dos dosis pero el porcentaje subió por las nuevas variantes, como Delta. Hay expertos más escépticos que dudan de ese número.
La inmunidad de rebaño, esa posibilidad de tener a un número alto de población inmunizada que permita frenar el avance del coronavirus, resultó desde el inicio la meta a alcanzar. Pero se fue corriendo.
Los especialistas suponían que se llegaría con un 60% de la gente vacunada con dos dosis. La aparición de nuevas variantes, entre ellas, de Delta, modificaron el panorama. “Al principio asociábamos la inmunidad de rebaño con un 60% de la población vacunada. Eso pasaba con la variante original, de Wuhan. Ahora nos enfrentamos a una mayor carga viral e infectividad”, afirma a Clarín Arnaldo Casiró, jefe del servicio de Infectología del Hospital Álvarez.
Dice que la estrategia de dar una sola dosis y diferir la segunda, en el marco de la escasez de vacunas, sirvió para disminuir la mortalidad, no para lograr la inmunidad grupal ya que muchos se siguen contagiando.
Para Casiró, la clave hoy sería tener vacunada con dos dosis al 80% de la población. “Eso lo digo en este momento, con las variantes que conocemos. La situación es muy dinámica y puede modificarse”, advierte y aclara que luego habrá que ver cuánto dura esa inmunidad lograda y si será necesario un refuerzo.
“La tercera dosis, sobre la que ya trabajan algunos desarrolladores como Pfizer y Moderna, puede que se tenga que dar como booster para aumentar el nivel de anticuerpos que pueda ir cayendo o para enfrentar más mutaciones”, destaca.
Según el Monitor Público de Vacunación, Argentina llevaba distribuidas ayer 35.510.374 dosis de las cuales aplicó cerca de 29.723.228. Del total, apenas 6.008.542 personas completaron su esquema. Lo que equivale a poco más del 16%.
De nuestra región, Chile tiene al 62% de su población y Uruguay, al 61%. En el otro extremo, está Venezuela con el 3,8 y Paraguay con 2%.
Israel, uno de los países tomados como ejemplo, tiene a más del 58% de su población con dos dosis y Reino Unido logró el 55%, según los datos recopilados en la Universidad de Medicina Johns Hopkins. España va por el 53%; Estados Unidos, 49%, e Italia, 47%. Por encima están Malta con el 72% e Islandia con el 70%. En Mozambique sólo se llegó a 0,99%.
Entre los obstáculos,señala el atraso en la llegada del componente 2 de la Sputnik V, que llevó a que muchas personas ya superaran el plazo máximo recomendado de 90 días.
Otro impedimento tiene que ver con la vacunación de los menores. “Incluso con la recomendación de la Agencia Europea de Medicamentos para el uso de emergencia de Moderna en adolescentes, aún deberíamos recibir muchas más vacunas para cubrir ese segmento”, considera.
Casiró prefiere no poner fecha, aunque adelanta que lo más probable es que la inmunidad de rebaño se consiga en 2022.
“Igualmente, la vida de antes no va a volver. Ni siquiera con la inmunidad grupal”, pide aclarar.
“Es probable que con el 80% de la población vacunada bajen muchísimo las muertes y se pueda circular en espacios abiertos sin barbijo e incrementar el aforo en lugares cerrados. También abrir las fronteras. Pero todo lo masivo en sitios sin buena ventilación no va a regresar”, resalta.
Y agrega: “Es probable que tengamos pequeños brotes, como le ocurrió a Israel con la variante Delta. Acá también vamos a tener mucha prueba y error”.
Eduardo López, infectólogo del Hospital Gutiérrez y miembro del comité que asesora al presidente, dice: “Se requiere el esquema completo y el porcentaje aumentó con la llegada de las mutaciones. Deberíamos ubicarnos entre un 70% y un 80%”.
“De cada 10 vacunas que se aplican, 8 son primeras dosis y 2, segundas. En el mejor escenario podríamos alcanzar los números en tres o cuatro meses”, indica. Y destaca que habría que ver cuántos recuperados recibieron una dosis, ya que “la inmunidad generada por la enfermedad también importa”.
No está claro cuánto puede durar la inmunidad. “Entre los recuperados sabemos que al menos 9 meses y entre los vacunados seguramente, más.
El otro punto es que no aparezcan mutaciones como para generar una nueva cepa que requiera otra vacuna”, suma.
Jorge Quarleri, bioquímico e investigador principal del Conicet, indica que no sabe si con el 80% de vacunados alcanzará. “Tenemos que pensar que cerca del 30% de la población argentina -unos 13.000.000 de personastiene menos de 18 años y no sabemos cuándo se van a poder vacunar. Del otro 70% apenas un 12% ya recibió las dos dosis”, apunta.
Como trabas, señala la demora en la llegada de la segunda dosis de la Sputnik V que se va a solucionar cuando se confirme la posibilidad de combinarla con otra vacuna, afirma. Y se refiere a un nuevo estudio con AstraZeneca, que mostró que al espaciar sus dosis por más de 70 días la efectividad baja 5 veces, según publicó en junio la revista científica The Lancet.
“Las fallas que podamos tener en relación a la eficacia por lo que hicimos con los intervalos entre dosis es posible que también impacten. Por ahora, Sputnik V y Sinopharm no presentaron información al respecto”, sostiene. Y advierte: “En un mundo globalizado la inmunidad de rebaño no es un fenómeno nacional. La OMS ya lo dijo: hay que llegar a los países más pobres porque si no van a aparecer variantes que se burlarán de los que tengan hasta 6 dosis”.
La cantidad de menores inmunizados es otro factor central, indican especialistas. (Asteriscos TV).
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