BUENOS AIRES, Setiembre 06, (PUNTO CERO) Al caer la tarde y con la melancolía que produce el frío de agosto, las tensiones en la Casa de Gobierno de La Plata, comenzaron a aflojarse. La jornada estuvo cruzada por versiones de cambios en el gabinete de Felipe Solá, con eje en el despido del ministro de Gobierno, Florencio Randazzo.Se habló concretamente de su reemplezo por el titular de Justicia, Eduardo Di Rocco, aunque existe el inconveniente subsanable, pero molesto al fin, de que se trata de un íntimo amigo de Randazzo.Sin embargo, allegados al ministro de Gobierno afirmaron a La Política Online que luego de un encuentro "esclarecedor" entre Solá y su funcionario, se habría resuelto la continuidad de su jefe. "Florencio tuvo tiempo atrás un enfrentamiento con Felipe, pero ya aceptó el intento reeleccionista y hoy hay buen diálogo, sino fuera así no seguiría en el cargo", explicó a La Política Online un allegado del ministro, quien reconoció que el gran dilema es "¿Hasta cuando hay que esperar para saber si va a poder ser o no candidato?".
La verdad es que son pocos los que creen seriamente en La Plata que la relación entre Randazzo y Solá tenga retorno y su ida del gobierno sólo sería una cuestión de tiempo. "Felipe quiere que renuncia y Randazzo quiere que lo hechen junto a varios más, para no irse solo", explicó a La Política Online un veterano dirigente del peronismo bonaerense.
El despido de Randazzo formaría parte de un cambio más amplio del gabinete bonaerense, que de concretarse implicaría un rotundo triunfo de los halcones reeleccionistas de Felipe Solá, encabezados por el piquetero Emilio Pérsico.
La buena estrella de Randazzo fue opacado cuando el ministro enfrentó el conflicto interno de todos los "delfines" cuando al llegar su hora, el momento por el que soportaron tantas cosas, el jefe les vuelve a postergar la ilusión con la excusa de que seguirá "sólo una vez más".
Randazzo esta convencido que el problema con la estrategia de Solá es que en caso de fracasar, dejaría al "felipismo" sin tiempo para imponer un candidato (es decir él) a la Casa Rosada y entonces deberían resignarse a perder el control político de la principal provincia del país.
Lo cierto es que este contador de la agrícola ciudad de Chivilcoy era la principal espada política de Solá -fue el ideólogo inicial de la ruptura con Duhalde-, hasta que su proyecto de disputar la gobernación el año próximo, se tropezó con el intento reeleccionista del gobernador, que empezó como una idea marginal del piquetero y vicejefe de Gabinete, Emilio Pérsico, y terminó consolidándose como la razon de Estado de la actual gestión bonaerense.
Las versiones de renuncia de hoy consignaban el posible alejamiento de la directora de Cultura y Educación, Adriana Puiggrós; la ministra de la Producción, Débora Giorgi; el secretario General de la Gobernación, Ricardo Bossani y el secretario de Prensa, Enrique Mouján.
Conviene separar la paja del trigo. Por estas horas quien aparece más complicado es "Quique" Mouján, a quien Felipe Solá, pese a la relación personal que mantienen, no le perdonaría ciertos "errores" de comunicación que entiende que afectan su imagen y la de su gobierno. Aunque también se habla de ciertos cortocircuitos entre Mouján y la ex esposa de Solá, Teresa González, quien estaría interesada en manejar ciertos aspectos de la relación con la prensa, o al menos, algunos de ellos.
Mouján es un experimentado hombre de prensa que fue vocero durante años del jefe de Gabinete de Carlos Menem, Eduardo Bauzá; y que presidió la agencia estatal Télam durante el menemismo, función que debió abandonar en medio de un desafortunado episodio que en su momento ayudó a difundir un escandalizado Gerardo Sofovich.
En segundo lugar, se menciona como posible la ida de Ricardo Bossani, a quien se le cuestionan ciertas ineficiencias "administrativas". En el organigrama bonaerense el secretario General es quien tiene la facultad clave de aprobar todas las contrataciones de la gobernación. De allí que injustamente se acuse a quien ejerce ese cargo de "cajero", tal vez en un tardío reflejo por épocas en las que se solía cobrar una "comisión" a la hora de cerrar los contratos más jugosos.
Bossani es un incondicional de Solá, que supo estar al frente de otro cargo clave de la gobernación también muy vinculado a las cuestiones dinerarias: la presidencia de Lotería de la provincia.
Este funcionario es hoy blanco de críticas de los intendentes -indispensables en todo proyecto reeleccionista- quienes sostienen que desde que asumió el cargo se recluyó en La Plata y dejó de atender sus "requerimientos", y limitó su círculo de relaciones a los necesarios para sostener su eventual candidatura a senador provincial.
Lo divertido es que la posible salida de Bossani viene acompañada del regreso de la intimidad de Solá del mítico José María "Toco" González Fernández, ex cuñado del gobernador y hombre clave en todo lo vinculado al manejo económico durante la gestión del actual mandatario como secretario de Agricultura de Carlos Menem y en el Senado bonaerense como vicegobernador de Carlos Ruckauf.
Luego de la separación de Solá de su esposa Teresa, llegó el momento del declive de "Toco". Pero al parecer en las horas críticas del proyecto reeleccionista, el gobernador se habría dado cuenta que necesita para tan difícil emprendimiento de la eficacia de "Toco", a quien en las últimas semanas se lo vio con cierta regularidad por La Plata. Este regreso por esas casualidades de la vida coincidió con la aorpresiva aparición pública de Teresa Solá defendiendo la reelección de su ex pareja.
Ya sobre el final las versiones de renuncia de Puiggrós son un clásico de los rumores no cumplidos prácticamente desde que asumio, y dificilmente el gobernador cambia a su ministra en medio de complejos procesos abiertos en el área como la contrareforma bonaerense, la nueva ley de educación federal y el conflicto permanente con los docentes por los salarios.Debora Giorgi por su parte es una de las últimas y más prestigiosas incorporaciones de Solá y si bien su jefe político es Randazzo, hasta ahora ha cumplido un rol estrictamente técnico y estaría fuera del fuego político. (PUNTO CERO).
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