BUENOS AIRES, Mayo 30, (PUNTO CERO) “Si quieren, paran el país”. Esta frase de una fuente sindical revela el poder que la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) tiene como núcleo gremial, un ente prácticamente desconocido hasta aquí pero que opera bajo el ala de un actor fundamental del andamiaje sindical y su relación con el gobierno: Hugo Moyano.
Esta confederación cuenta el aval jurídico, la posibilidad de un estatuto, de manejar caja propia y, sobre todo, con un poder que cualquier líder sindical quisiera tener bajo su control: la posibilidad de parar el transporte de todo el país sin siquiera acordar o rendir cuentas a la mismísima CGT. “No es un agrupación, o una reunión de dirigentes agrupados en un nombre que se juntan para operar. Es una Confederación, un ente autárquico donde distintos gremios se reúnen bajo un mismo sello, ajeno al de la CGT”, advirtieron voceros sindicales.
Funciona en una oficina ubicada sobre la calle Lima. Había sido disuelta en épocas de la última dictadura militar, pero el mismo Moyano la reactivó y la regularizó hace algunos, transformándose por su fuerza como herramienta gremial en el as de espadas del hoy titular de la CGT, quien todavía no necesitó ponerlo sobre la mesa.
En medio de la gran interna que vive hoy la CGT, donde el mismo Moyano y el gastronómico Luís Barrionuevo discuten el futuro de la central obrera como una pulseada personal trasformada en disputa del poder, la CATT aparece como un eje estratégico que aún no necesitó intervención. “Habrá que ver cual es el bautismo de fuego de la Confederación. Hasta aquí, se mantiene a la sombra”, explicaron las fuentes.
Si esta interna acabara, por ejemplo, con Moyano fuera de la CGT, o su poder derruido o fuertemente golpeado, el líder de los camioneros podría “normalizar” su poder sobre la CATT, algo que hasta aquí es cosa juzgada pero no oficialmente, ya que su cargo al frente de la máxima agrupación gremial del país no le permite ejercer a la vez la titularidad de la confederación de transportistas. “Pero igual –esbozaron las fuentes sin dudar- Moyano maneja la CATT, son todos gremios moyanistas”.
Esta confederación cuenta el aval jurídico, la posibilidad de un estatuto, de manejar caja propia y, sobre todo, con un poder que cualquier líder sindical quisiera tener bajo su control: la posibilidad de parar el transporte de todo el país sin siquiera acordar o rendir cuentas a la mismísima CGT. “No es un agrupación, o una reunión de dirigentes agrupados en un nombre que se juntan para operar. Es una Confederación, un ente autárquico donde distintos gremios se reúnen bajo un mismo sello, ajeno al de la CGT”, advirtieron voceros sindicales.
Funciona en una oficina ubicada sobre la calle Lima. Había sido disuelta en épocas de la última dictadura militar, pero el mismo Moyano la reactivó y la regularizó hace algunos, transformándose por su fuerza como herramienta gremial en el as de espadas del hoy titular de la CGT, quien todavía no necesitó ponerlo sobre la mesa.
En medio de la gran interna que vive hoy la CGT, donde el mismo Moyano y el gastronómico Luís Barrionuevo discuten el futuro de la central obrera como una pulseada personal trasformada en disputa del poder, la CATT aparece como un eje estratégico que aún no necesitó intervención. “Habrá que ver cual es el bautismo de fuego de la Confederación. Hasta aquí, se mantiene a la sombra”, explicaron las fuentes.
Si esta interna acabara, por ejemplo, con Moyano fuera de la CGT, o su poder derruido o fuertemente golpeado, el líder de los camioneros podría “normalizar” su poder sobre la CATT, algo que hasta aquí es cosa juzgada pero no oficialmente, ya que su cargo al frente de la máxima agrupación gremial del país no le permite ejercer a la vez la titularidad de la confederación de transportistas. “Pero igual –esbozaron las fuentes sin dudar- Moyano maneja la CATT, son todos gremios moyanistas”.
Entre los poderes avalados jurídicamente, están el de tomar medidas de fuerza paralelas, sin consultar a la CGT. “Cada miembro que integra la CATT puede tener un conflicto y buscar respaldo allí sin necesidad de caer en el círculo burocrático de la CGT”. (PUNTO CERO).
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