BUENOS AIRES, Diciembre 26, (PUNTO CERO-Empresas News) Según un informe publicado por Idesa en el interior del país los últimos datos difundidos por el Indec sugieren que se mantiene la reducción de la tasa de desempleo y de la incidencia del empleo no registrado.
El empleo no registrado fue calculado por el organismo oficial para el tercer trimestre del 2007 en el 40,9% del empleo asalariado total. Este dato se refiere sólo al interior del país dado que el instituto no logró relevar los hogares de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires. Comparando los mismos con respecto al mismo período del año anterior aparece que la informalidad disminuyó en 2,6 puntos porcentuales. En igual sentido y con la misma limitación, reportó que el desempleo se redujo desde el 8,4% al 7,3%.
Aunque se trata de información muy parcial, según el reporte, los datos permiten aproximar las tendencias prevalecientes en la dinámica laboral. Así, entre el tercer trimestre del 2006 e igual período de 2007 se observa que en los 27 grandes aglomerados del interior del país se ha producido una caída en la desocupación implica que hay 67 mil desempleados menos, se generaron 102 mil empleos asalariados registrados más, y se destruyeron 98 mil empleos asalariados no registrados.
Sin embargo, un análisis más detallado sugiere que los problemas laborales están lejos de haber sido superados. En primer lugar, el 84% en la reducción en la cantidad de desocupados se explica por una fuerte caída en la participación laboral. Es decir, se trata de personas que hace un año declaraban estar buscando un empleo y ahora declaran no tener empleo ni lo están buscando. De las 68 mil personas que declaraban ser desempleadas hace un año y ahora han dejado de serlo, 57 mil son personas que pasaron a la inactividad, es decir, que no trabajan ni buscan trabajo. En su mayoría se trata de mujeres. La tasa de participación femenina en los aglomerados relevados cayó en un año del 45% al 44%.
Por otro lado, el aumento del empleo total fue apenas de 11 mil trabajadores. Este incremento se conforma por 4 mil trabajadores asalariados adicionales –que surgen de restar a la creación de 102 mil empleos asalariados registrados, la destrucción de 98 mil empleos asalariados no registrados– y 7 mil trabajadores no asalariados. La tasa de crecimiento en el empleo total se habría ubicado –al menos en el interior del país– en la modesta cifra del 0,2% anual. Esto implica que el mecanismo de mejora en la calidad del empleo se basó en reemplazar empleo asalariado no registrado por empleo asalariado formal.
El empleo no registrado fue calculado por el organismo oficial para el tercer trimestre del 2007 en el 40,9% del empleo asalariado total. Este dato se refiere sólo al interior del país dado que el instituto no logró relevar los hogares de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires. Comparando los mismos con respecto al mismo período del año anterior aparece que la informalidad disminuyó en 2,6 puntos porcentuales. En igual sentido y con la misma limitación, reportó que el desempleo se redujo desde el 8,4% al 7,3%.
Aunque se trata de información muy parcial, según el reporte, los datos permiten aproximar las tendencias prevalecientes en la dinámica laboral. Así, entre el tercer trimestre del 2006 e igual período de 2007 se observa que en los 27 grandes aglomerados del interior del país se ha producido una caída en la desocupación implica que hay 67 mil desempleados menos, se generaron 102 mil empleos asalariados registrados más, y se destruyeron 98 mil empleos asalariados no registrados.
Sin embargo, un análisis más detallado sugiere que los problemas laborales están lejos de haber sido superados. En primer lugar, el 84% en la reducción en la cantidad de desocupados se explica por una fuerte caída en la participación laboral. Es decir, se trata de personas que hace un año declaraban estar buscando un empleo y ahora declaran no tener empleo ni lo están buscando. De las 68 mil personas que declaraban ser desempleadas hace un año y ahora han dejado de serlo, 57 mil son personas que pasaron a la inactividad, es decir, que no trabajan ni buscan trabajo. En su mayoría se trata de mujeres. La tasa de participación femenina en los aglomerados relevados cayó en un año del 45% al 44%.
Por otro lado, el aumento del empleo total fue apenas de 11 mil trabajadores. Este incremento se conforma por 4 mil trabajadores asalariados adicionales –que surgen de restar a la creación de 102 mil empleos asalariados registrados, la destrucción de 98 mil empleos asalariados no registrados– y 7 mil trabajadores no asalariados. La tasa de crecimiento en el empleo total se habría ubicado –al menos en el interior del país– en la modesta cifra del 0,2% anual. Esto implica que el mecanismo de mejora en la calidad del empleo se basó en reemplazar empleo asalariado no registrado por empleo asalariado formal.
Cambiando empleo asalariado “en negro” por empleo asalariado formal a razón de 100 mil trabajadores por año, llevaría aproximadamente 15 años terminar con el problema. Queda claro que es necesaria una dinámica de creación de empleos de calidad mucho más enérgica que la observada hasta ahora. Para ello, el crecimiento económico debe ser acompañado con una mejor organización del mercado de trabajo. Como ejemplo sirve observar que la tasa de empleo entre las personas mayores de 14 años en los 15 países más desarrollados de la Unión Europea es de 66%, mientras que en Argentina apenas llega al 53%. Semejante brecha sólo puede ser acortada con un ritmo menos parsimonioso en la creación y la mejora del empleo. (PUNTO CERO-Empresas News).
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