(Lanoticia1). Desde el viernes descendientes de pueblos indígenas resisten en el terreno del cementerio mientras esperan la intervención oficial.
El predio denominado "Punta Querandíes" situado en la localidad de Tigre fue antiguamente un cementerio indígena y hoy es un espacio público ya que por allí pasaba un ramal ferroviario. Ese terreno, que incluso el Senado consideró patrimonio cultural y que debía ser protegido, hoy está amenazado por máquinas topadoras y resguardado solo por la voluntad de unos cuantos descendientes de pueblos originarios que resisten en el lugar desde el viernes.
Blanca Márquez es ranquel, etnia que forma parte de la cultura mapuche. En diálogo con lanoticia1.com, contó la desesperación que siente ante la posibilidad de que ese terreno, al que ellos tenían acceso libre, como cualquier otro ciudadano, y donde descansan los restos de sus antepasados, pueda transformarse en el día de mañana en la base de una gran vivienda. Es que ese es el objetivo del empresario que dice haber adquirido las tierras, aunque solo muestra un boleto de compra y venta de dudosa legalidad.
Márquez no está sola. Cuenta que desde hace un tiempo vienen denunciando una situación extraña, cuando descubrieron que el terreno había sido alambrado. Sin embargo, nadie les dio respuesta. Hoy son 20 personas las que permanecen pacíficamente, enfrentándose con la palabra a topadoras, abogados, empresarios e ingenieros que solo quieren llevar a cabo la obra por la cual fueron contratados.
Clara Romero es otra de las descendientes de pueblos originarios que resiste en el predio, aunque esta mañana dejó su puesto en el cementerio para viajar a pedir apoyo del Congreso. El resto espera impaciente que las noticias sean buenas, que lleguen refuerzos, que se haga justicia, que no sigan apoderándose de su territorio.
Parece increíble, pero Márquez sostiene que están defendiendo ese lugar no sólo por ellos, sino por el resto de los ciudadanos ya que se está violando el patrimonio público, cultural e histótrico. Y parece mentira porque justamente esa sociedad que ellos defienden les de la espalda sin acompañarlos en esta lucha.
El predio denominado "Punta Querandíes" situado en la localidad de Tigre fue antiguamente un cementerio indígena y hoy es un espacio público ya que por allí pasaba un ramal ferroviario. Ese terreno, que incluso el Senado consideró patrimonio cultural y que debía ser protegido, hoy está amenazado por máquinas topadoras y resguardado solo por la voluntad de unos cuantos descendientes de pueblos originarios que resisten en el lugar desde el viernes.
Blanca Márquez es ranquel, etnia que forma parte de la cultura mapuche. En diálogo con lanoticia1.com, contó la desesperación que siente ante la posibilidad de que ese terreno, al que ellos tenían acceso libre, como cualquier otro ciudadano, y donde descansan los restos de sus antepasados, pueda transformarse en el día de mañana en la base de una gran vivienda. Es que ese es el objetivo del empresario que dice haber adquirido las tierras, aunque solo muestra un boleto de compra y venta de dudosa legalidad.
Márquez no está sola. Cuenta que desde hace un tiempo vienen denunciando una situación extraña, cuando descubrieron que el terreno había sido alambrado. Sin embargo, nadie les dio respuesta. Hoy son 20 personas las que permanecen pacíficamente, enfrentándose con la palabra a topadoras, abogados, empresarios e ingenieros que solo quieren llevar a cabo la obra por la cual fueron contratados.
Clara Romero es otra de las descendientes de pueblos originarios que resiste en el predio, aunque esta mañana dejó su puesto en el cementerio para viajar a pedir apoyo del Congreso. El resto espera impaciente que las noticias sean buenas, que lleguen refuerzos, que se haga justicia, que no sigan apoderándose de su territorio.
Parece increíble, pero Márquez sostiene que están defendiendo ese lugar no sólo por ellos, sino por el resto de los ciudadanos ya que se está violando el patrimonio público, cultural e histótrico. Y parece mentira porque justamente esa sociedad que ellos defienden les de la espalda sin acompañarlos en esta lucha.
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