Los pilotos Posse y Barrientos la pasaron mal en Le Touquet.
Las máquinas invaden todos los años las playas y las zonas de médanos de la costa.
Desde hace 17 años, Villa Gesell recibe una invasión de motos y cuatriciclos, cuyos pilotos llegan desde todo el país deseosos de participación en la ya tradicional prueba Enduro de Verano (EDV), también conocida como Le Touquet Argentina. Pero esta vez la carrera, quizás la más espectacular de América latina, no sólo tuvo un costado deportivo, sino también policial, y con tucumanos damnificados.
"Estábamos descansando después de correr el día anterior. Y cuando nos despertamos, nos dimos cuenta de que habíamos sido víctimas de un robo", comentó Juan Bustos, preparador de motos que acompañó a los pilotos Cristian Moreno, José Ortega y Martín Posse. El que sacó la peor parte fue este último, a quien le sustrajeron una flamante Honda CRF 450cc comprada para esta carrera. Ya la semana anterior, a Hugo Barrientos le habían robado una Yahama WR 450, por lo que ni siquiera pudo correr.
"Fuimos a la comisaría de Villa Gesell y nos dimos con dos situaciones: eran más de 40 las motos robadas, pero la Policía prácticamente ni se inmutó. Sentimos una gran impotencia: hicimos un esfuerzo para participar y no es justo pasar por una situación tan dura. Los que hicieron esto están bien organizados y actuaron con impunidad", denunció Bustos.
Las máquinas invaden todos los años las playas y las zonas de médanos de la costa.
Desde hace 17 años, Villa Gesell recibe una invasión de motos y cuatriciclos, cuyos pilotos llegan desde todo el país deseosos de participación en la ya tradicional prueba Enduro de Verano (EDV), también conocida como Le Touquet Argentina. Pero esta vez la carrera, quizás la más espectacular de América latina, no sólo tuvo un costado deportivo, sino también policial, y con tucumanos damnificados.
"Estábamos descansando después de correr el día anterior. Y cuando nos despertamos, nos dimos cuenta de que habíamos sido víctimas de un robo", comentó Juan Bustos, preparador de motos que acompañó a los pilotos Cristian Moreno, José Ortega y Martín Posse. El que sacó la peor parte fue este último, a quien le sustrajeron una flamante Honda CRF 450cc comprada para esta carrera. Ya la semana anterior, a Hugo Barrientos le habían robado una Yahama WR 450, por lo que ni siquiera pudo correr.
"Fuimos a la comisaría de Villa Gesell y nos dimos con dos situaciones: eran más de 40 las motos robadas, pero la Policía prácticamente ni se inmutó. Sentimos una gran impotencia: hicimos un esfuerzo para participar y no es justo pasar por una situación tan dura. Los que hicieron esto están bien organizados y actuaron con impunidad", denunció Bustos.
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