El 15 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Linfoma, que es una iniciativa de la Lymphoma Coalition (red de organizaciones no gubernamentales y sin fines de lucro conformadas por pacientes y familiares de pacientes con diagnóstico de linfoma), cuyo objetivo es fomentar el conocimiento sobre este tipo de cáncer de la sangre, permitiendo identificar los síntomas y poder así realizar un diagnóstico precoz.
En Argentina, los datos más recientes respecto de la incidencia y prevalencia del Linfoma datan de 2012. Para el linfoma de Hodgkin, se estiman alrededor de 600 casos nuevos por año y alrededor de 3100 para los linfomas No-Hodgkin, no existiendo diferencias entre varones y mujeres. La mortalidad para ambos sexos por estas patologías es de alrededor de 1700 personas/año, agrupando tanto linfomas Hodgkin como Linfomas No-Hodgkin. Los linfomas representan en nuestro país el 4% de la incidencia de todos los cánceres, siendo los 5 tipos de tumores más frecuentes, los de próstata, mama, pulmón, colorrectal, vejiga y riñón.
Existen más de 60 tipos de linfomas
Cuando hablamos de linfomas, nos referimos a diferentes cánceres originados en los linfocitos, un tipo de glóbulo blanco, que forma parte de nuestro sistema inmune. Este es un complejo sistema conformado por diferentes órganos y células que permiten defendernos de los potenciales agresores (virus, bacterias, hongos, parásitos, células neoplásicas). Dentro de las patologías de estas células efectoras del sistema inmune se encuentran los linfomas. Existen al menos 60 tipos diferentes de linfomas. Por lo cual, el término Linfoma, agrupa numerosas patologías de distinto origen, comportamiento y tratamiento.
Dos grandes grupos de linfomas
Debido a que los linfocitos circulan por todo nuestro organismo y se encuentran linfocitos en todos los órganos del cuerpo, los linfomas pueden afectar potencialmente cualquier órgano. Comúnmente se pueden separar en dos grandes grupos: los llamados linfomas de Hodgkin y los Linfomas No-Hodgkin. A su vez, cada uno de estos dos grandes grupos, contienen diferentes tipos de linfomas con presentaciones clínicas y comportamientos muy diversos.
Enfermedades multicausales
Los linfomas aumentan su prevalencia con la edad, sobre todo luego de los 65 años. No obstante, algunos tipos tienen picos de incidencia en adultos jóvenes, como por ejemplo, el Linfoma de Hodgkin. No existe una causa única responsable de su aparición; son enfermedades multicausales. No obstante ello, algunas infecciones virales son necesarias y/o se vinculan en la fisiopatogenia de algunos tipos de linfomas. Probablemente, factores medioambientales, hereditarios y tóxicos también contribuyan al aumento en la incidencia y prevalencia de estas patologías oncohematológicas, que ha ocurrido en los últimos 20 años a nivel mundial (tabaco, radiaciones, tóxicos medioambientales, entre otros).
Síntomas variables
Como se mencionó anteriormente y dado que los linfomas pueden potencialmente comprometer cualquier órgano, los síntomas pueden ser muy variables. Frecuentemente pueden observarse aumento de algún grupo ganglionar, no relacionado a ningún proceso infeccioso que lo justifique. Este aumento ganglionar suele ser indoloro y persistir en el tiempo. Pueden ocurrir fiebres o sudoraciones predominantemente vespertinas, descenso de peso, entre otros síntomas muy variables. Todos estos síntomas no son específicos de los linfomas, por lo cual es muy importante que ante su aparición, consulte a su médico de cabecera para ser evaluado adecuadamente.
Avances en los tratamientos
Respecto de los tratamientos, nos referimos en forma general ya que existen muchos subtipos de linfomas con distinto comportamiento (más o menos agresivos) y pronóstico, pero con enormes avances en los últimos años. El eje terapéutico común está dado por la inmuno-quimioterapia, que es la combinación de una anticuerpo específicamente dirigido a la célula maligna, asociado con drogas antieneoplásicas y conforma una asociación muy eficiente en la mayoría de los casos. No son enfermedades que se traten con cirugía porque responden en general muy bien a los tratamientos mencionados con una alta tasa de remisiones prolongadas y muchas veces de curación. En algunos pacientes se contempla el uso de radioterapia y trasplante de células progenitoras tanto autólogo como alogénico. Como mencionamos previamente, el avance de las nuevas terapéuticas con drogas dirigidas a blancos moleculares o la modulación del sistema inmune han provocado una verdadera revolución en el tratamiento de estas patologías.
Dra. Carolina Mahuad
M.N. 117083
Médica Hematóloga del Servicio de Hematología del Hospital Alemán.
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