Se tratan de 170 medias reses que habían sido decomisadas por no ser aptas para el consumo, y guardadas en una cámara de un frigorífico. Pero un veterinario privado autorizó que sean liberadas.
El intendente Nicolás Ducoté despegó a la Comuna del escándalo de la carne contaminada, unas 170 medias reses que habían sido confiscadas por el Municipio pero más tarde fueron liberadas por un privado.
El mandatario local expuso que fue gracias al Municipio que se detectó la violación de fajas y precintos de la mercadería que había sido determinado, en principio, que no era apta para el consumo.
En un control que realizaron en conjunto las áreas de Tránsito y Bromatología, a fines de agosto, se constató que un camión sin habilitación y refrigeración circulaba con la mercadería, con destino a un frigorífico de Pilar.
Juzgado de Faltas presentó una denuncia penal porque se liberó carne que estaba decomisada
Al detectarse que la carne era trasladada, en promedio, a más de 20 grados, cuando los estándares indican que debe ser a no más de 8 grados, Bromatología decidió destruir unas 5 medias reses, las que estaban cerca de unos tachos de achuras por presunta contaminación cruzada, pero el resto se decidió que fuera guardada en una cámara de frío, casualmente las mismas del frigorífico de destino, cuando hasta ese momento la Comuna siempre decidía destruir la mercadería en su totalidad.
Según pudo saber Pilar de Todos, se decidió esperar un poco más hasta obtener resultados más pormenorizados sobre la carne, pese a que los hisopados concretados en el lugar indicaban que la carne no era apta para el consumo.
De hecho, los primeros movimientos de la Comuna apuntaban a destruir y enterrar toda la carne, pero sorpresivamente se decidió, por orden de Bromatología, ser más cautos y enviar la carne a enormes heladeras, hasta tanto se realizaban controles enviados al SENASA.
Esos resultados llegaron, e indicaron que en efecto la carne no es apta para el consumo como mercadería fresca, y que previamente debía ser, en todo caso, sometida a un proceso térmico para eliminar bacterias.
Pero la sorpresa fue más grande aun cuando días después se detectó que la carne había sido liberada, tras romper las fajas y precintos, aparentemente por un veterinario privado contratado por el frigorífico, quien no solo no esperó los resultados finales, sino que, según señalaron desde la Comuna, no aclaró que la carne debía ser sometida a un proceso especial.
“Hemos hecho la denuncia penal y la propia Jueza de Faltas (Virginia Short) fue parte del proceso de decomiso. Logramos evitar que más carne contaminada llegue a los consumidores, y cada vez que se da un mal manejo por parte de los privados, tenemos que sancionar e investigar hasta las últimas consecuencias, para saber por qué las cosas se dan en estas condiciones inapropiadas o delictivas. Y que sepan que todos los que quieran transportar sustancias alimenticias en Pilar van a ser monitoreados y controlados con el mayor nivel de exigencia. Había un precinto, y un privado que incumplió con una orden. El Estado no tiene un policía en la puerta de cada comercio; y descubrir la comisión de este delito fue gracias a las acciones del Estado Municipal”, concluyó Ducoté. (Pilar de Todos).
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