El siempre polémico Carlos Arroyo apoyó la idea de implementar un servicio cívico “sin armas”, que incluya a mujeres y a personas discapacitadas, con la finalidad de “darles una razón para vivir”. Hubo un fuerte repudio.
El intendente de Mar del Plata, Carlos Arroyo, volvió a escandalizar con declaraciones públicas. Esta vez fue al ser consultado respecto de la iniciativa que promueve una suerte de educación cívica a manos de la Gendarmería, y que tiene el impulso de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
En declaraciones a Canal 8 de Mar del Plata, se mostró a favor de un servicio cívico “sin armas” para educar a jóvenes que no estudian ni trabajan. Es que, para el alcalde, “hay una enorme juventud que no tiene nada que hacer, no tiene un oficio; andan dando vueltas en vez de estar aprendiendo a cuidar la soberanía argentina, están en plazas drogándose o tomando cerveza”.
Hasta ahí, Arroyo compartía los lineamientos de personajes de la política como la propia Bullrich, el diputado Alfredo Olmedo y hasta el intendente de José C. Paz, Mario Ishii, que responden a espacios políticos diferentes. Pero el marplatense subió la apuesta y generó un verdadero escándalo.
“Estoy totalmente a favor del servicio militar. Lo digo para todo el mundo, hasta para las mujeres. Y además lo haría también para los discapacitados”, agregó, buscando un perfil inclusivo para su propuesta. Cuando se lo consultó respecto de la inclusión de personas con discapacidad, la embarró todavía más.
“Si usted incluye a los discapacitados les daría un motivo para vivir, para hacer cosas un oficio. Creo que hay que ser inclusivos, no separar a la gente, sino incluirla toda y que cada uno dentro de su función pueda hacer algo”, dijo.
Esas declaraciones le valieron un hondo repudio de parte de la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (ASDRA). La entidad le recordó a Arroyo que “las personas con discapacidad pueden tener diversos intereses o vocación, y que pueden y tienen derecho a desarrollarse plenamente en todo ámbito”.
Por lo cual, subrayaron, “asumir que no tienen razones para vivir o que necesitan un espacio de encierro para aprender orden, disciplina e higiene por el simple hecho de tener una discapacidad, es una gravísima afirmación, sobre todo en boca de un funcionario público”. (Infocielo).
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