miércoles, marzo 25, 2020

AMBA, el territorio donde el virus puede causar estragos. Por Jorge Joury.

Pronto los bonaerenses vamos a escuchar con frecuencia hablar del AMBA. Las presunciones indican que va a ser el territorio de mayor riesgo para el avance del coronavirus.

Es la zona urbana común que conforman CABA y 40 municipios de la Provincia de Buenos Aires. Se trata de una megaciudad que se extiende desde Campana hasta La Plata, con límite físico en el Rio de la Plata e imaginario en la Ruta Provincial 6, y recorre una superficie de 13.285 km2 donde habitan 14.800.000 habitantes, que representan el 37% de los habitantes de la Argentina.

Algunos dicen para más allá de Semana Santa. Será para evitar que la pandemia explote de lleno en el conurbano bonaerense y la Capital Federal. Pero el Presidente, aún no decidió la cantidad de días de su ampliación efectiva. Todo dependerá del número de contagiados hasta fines de marzo. Como vengo recalcando desde hace tiempo, todo hace presumir que el Gran Buenos Aires será el peor escenario para estar, cuando aún no comenzamos a ver todavía los verdaderos efectos de este enemigo invisible.

Lo que se plantea como prioridad en los laboratorios del gobernador Axel Kicillof, es que la Provincia necesita conseguir dinero de donde sea para contener el avance del virus, porque todo es poco frente a lo que está por venir.

Una noticia que se conoció en las últimas horas pone los pelos de punta: se detectó que muchos médicos -principalmente los mayores de 60 años- que están asustados por el avance de la pandemia, no se presentaron en sus lugares de trabajo por temor al contagio. No es aquí, pero las alarmas se dispararon en el Chaco. Allí hubo un caso emblemático, en el marco de las iniciativas para descentralizar los testeos de casos sospechosos de coronavirus.

Se dispuso un laboratorio especial para analizar las muestras. En el primer día de funcionamiento de la nueva sede, no se presentó ningún profesional a trabajar por temor a contagiarse la enfermedad. Frente a esta dramática realidad, que acelera múltiples y variados escenarios, las autoridades sanitarias temen que esto se replique en varios puntos del territorio.

EL LLAMADO DE ATENCIÓN DE CICOP
El bajo salario y el desgaste laboral hace que los profesionales le escapen al sistema público. Y ahora, en el marco de una pandemia, ese desgaste va a aumentar”, alertó Pablo Maciel, el secretario gremial de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (CICOP).

El dirigente señaló que “tenemos una enorme preocupación. Nos preparamos para una situación extrema. En las próximas semanas va a haber un aumento exponencial de los casos confirmados y estamos convencidos de que nuestro personal va a ser el más expuesto”. Maciel aclaró que se vienen meses difíciles y que, a pesar de que el decreto nacional de aislamiento social preventivo y obligatorio es positivo, hay un tema en el que las autoridades bonaerenses deben pisar el acelerador: la falta de profesionales y suministros sanitarios capaces de afrontar de forma adecuada el avance del coronavirus.

Según un relevamiento que hizo CICOP, en la provincia de Buenos Aires hacen falta entre 2000 y 2500 profesionales de la salud y la carencia más grande se registró en el conurbano.

El gobierno nacional tomo nota y analiza otorgar un bono a todos los profesionales del sistema. Se trata de una suma extra que giraría en torno a los $30 mil y se pagaría en tres cuotas. Beneficiaría a unas 750 mil personas. La idea es que lo reciban desde los doctores hasta las personas que trabajan en tareas administrativas o en mantenimiento.

Mientras tanto, siempre tomando como soporte datos estadísticos, hay que decir que el gobierno bonaerense necesita sumar de manera urgente 18 mil camas para mayo, cuando llegue el pico de la pandemia. Tampoco alcanzan los respiradores. En la Provincia hay mil de estos aparatos y por lo menos se necesitan dos mil.Por ejemplo, en La Plata profesionales del sector comentan que hay 250.

El gobernador Axel Kicillof ya fue informado por su ministro de Salud, Daniel Gollán que lo que viene será extremadamente duro, una verdadera guerra contra un enemigo invisible. Pero el gran desafío será poner en marcha la operatoria en los hospitales bonaerenses, que acarrean un deterioro de muchos años, donde muchas gestiones irresponsablemente les retacearon recursos.

El gobierno bonaerense ahora aspira a sumar 18 mil camas más y acondicionar hospitales, hoteles, clubes y regimientos para atender a los pacientes.

RELEVAMIENTO DEL COMITE DE CRISIS
El comité de crisis que encabeza el gobernador Axel Kicillof realizó esta semana un relevamiento en los 135 municipios para saber la cantidad de camas disponibles en cada uno de los distritos.

La Provincia cuenta actualmente con 1900 camas en terapia intensiva y estiman que para afrontar el pico de la pandemia, en principio, serán necesarias al menos mil más: 500 ya fueron adquiridas y comenzarán a llegar a los hospitales esta semana. Pero también se necesitarán 3 mil camas para cuidados simples y unas 14 mil para aislamiento de los casos leves.

Por un lado, el gobierno nacional planifica poner a punto y reabrir los dos hospitales que están en La Matanza y que fueron abandonados en los últimos cuatro años: el «René Favaloro», ubicado en Rafael Castillo, y el «Néstor Kirchner» de Gregorio de Laferrere. Además, se construirán cinco hospitales móviles modulares en el Conurbano, en los distritos de Florencio Varela, Quilmes, Tres de Febrero, Hurlingham y Moreno. Algunos serán montados en los terrenos dependientes de las Unidades de Pronta Atención (UPA).

La gestión provincial avanzará también con la creación de nuevos Centros de Emergencia para la Pandemia Coronavirus (CEPAN) como el que fue inaugurado en el hospital Rubén «Cacho» Caporaletti de José C. Paz para sumar camas de terapia intensiva y de cuidados progresivos, equipados especialmente para atender la enfermedad.

En tanto, el laboratorio estatal provincial “Tomás Perón” también está abocado a la pandemia, ya que duplicó la fabricación de alcohol en gel y ahora espera los reactivos para comenzar a realizar los test de coronavirus.

LA OTRA GUERRA, LA DE LOS RECURSOS
En un artículo anterior di cuenta que el 75% de los hospitales bonaerenses presentan graves carencias. Este detalle no es menor, para entender la lógica sanitaria que necesita ser mirada de cerca en la provincia de Buenos Aires, pero sobre todo porque estamos frente a la geografía de mayor concentración poblacional de la Argentina.

La convivencia de hospitales municipales, provinciales y nacionales dentro de una misma jurisdicción parece, aunque suene increíble en estos tiempos, no ser una solución que agilice el problema. Es que, en el fondo, hay una discusión sobre recursos y logística que se maneja con criterios distintos. La pandemia del Coronavirus tal vez ayude, una vez que transcurra el drama, a repensar el sistema..

Debemos entender que nuestro país no tiene el sistema sanitario de Dinamarca. Todo lo contrario, los médicos y enfermeras deben hacer malabares para contener a los pacientes y brindarles la mejor asistencia, en muchos casos sin los insumos básicos.

Esto fue advertido hace unos días por los tres gremios de la salud de la Provincia, que marcaron claramente la falta de profesionales y camas para hacer frente a la pandemia.

HOSPITALES DE PRIMERA Y DE SEGUNDA
La diferencia entre la tecnología y las prestaciones de unos y otros nosocomios, son notorias. El hospital provincial acusa efectos de tiempos de mucha dejadez. Producto de varios gobiernos. En eso se apalanca Kicillof para reiterar que la herencia recibida va más allá de lo económico. Y además, el problema es otro. Si un intendente quisiera auxiliar con recursos a un hospital que administra otra jurisdicción podría ser juzgado por utilizar mal ese dinero. ¿insólito? Sí, pero es así. Veremos ahora como se corrige.

Una vez un intendente me confesó que logró con mucho esfuerzo municipalizar el hospital local, porque de lo contrario, toda la recaudación no le alcanzaba para cubrir los gastos.

De allí, que durante muchos años, la puja política y económica entre los propios alcaldes hizo foco en la manera que la provincia de Buenos Aires reparte por ley la coparticipación.

No es una cuestión antojadiza. Se toman en cuenta indicadores como la población, al caudal turístico, a la capacidad potencial absoluta y per cápita de los Municipios por la recaudación de tasas que le son propias y determinados efectores de salud, como la capacidad de internación de los hospitales municipales.

LA TRANSFERENCIA DE RECURSOS EN LA MIRA
Es ello lo que explica, por ejemplo, que un distrito como Malvinas Argentinas tenga el tercer mayor nivel de coparticipación provincial más alto. Aún por encima de distritos con mayor densidad de población y kilómetros cuadrados. Malvinas, durante la gestión del ex intendente Jesús Cariglino, desarrolló un polo sanitario municipal de referencia nacional y provincial.

La clave fue el desarrollo en todos los niveles de atención pero el aumento de la capacidad en alta complejidad fue central para el incremento de los recursos que, a su vez, permitieron la reinversión en nuevos centros sanitarios y más tecnología.

Las transferencias de recursos de un distrito a otro provocó, como era lógico de esperar, tensión entre los propios intendentes quienes de todas maneras no dudaban en enviar allí a los pacientes graves que no podían resolver en su momento.

El ejemplo de Malvinas Argentinas se propagó a partir del 2015 y algunos replicaron para su metodología. Es por eso que distritos como José C. Paz, Tigre, Escobar, San Fernando, Hurlingham, Merlo, General Rodriguez y Pilar levantaron nuevos hospitales. El que recorrió Kicillof hace una semana en José C. Paz, en los pagos del intendente Mario Ishii es uno de ellos.

Es más, hasta se habría dado un diálogo telefónico entre el gobernador y el ex secretario de salud para conocer cuál es su mirada basada en la experiencia de lidiar con la actividad sanitaria hace muchos años en el Gran Buenos Aires.

En estos momentos, aquellos que cuestionaban la inversión en alta complejidad sanitaria quizá revean su mirada, más allá de la importancia de la prevención y el primer nivel de atención.

SOSTIENEN QUE NO HAY PLATA QUE ALCANCE
Hoy el gran desafío es: ¿Cómo lograr dejar en sus casas a muchos bonaerenses que viene casi en la marginalidad y el día a día? La caída del consumo y la actividad económica golpeará fuerte en las arcas locales que empiezan a ver con preocupación otro fenómeno que, tratarán de controlar y que es la tensión social.

“No sirve ahora estar atentos a ver si hay un caso de coronavirus en tal o cual distrito, todos los van a tener en su momento, nadie quedará exento. Mucho más cuando avance el otoño y el invierno”, asegura un secretario de salud municipal que está convencido de armar centros de referencia regionales para atender pura y exclusivamente el coronavirus.

La salud de Provincia de Buenos Aires está en manos de los intendentes, en muchos casos. De la totalidad de las prestaciones sanitarias, el 65% recae de manera directa en las comunas y el resto en la administración provincial, con un porcentaje muy bajo afectado a la Nación.

Con su economía en estado desfalleciente, el gobierno bonaerense acaba de hacer un giro cercano a los $300 millones, una torta de la que cada municipio recibió menos dinero del que dice necesitar, a causa de la caída estrepitosa de la recaudación.

Por ello, crece el consenso entre muchos alcaldes del Conurbano sobre la necesidad de un refuerzo económico y sanitario a sus arcas de parte del gobierno nacional.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP y analista político. (AgenHoy)

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