martes, mayo 26, 2020

La experiencia de cuatro intendentes: cómo viven la pandemia.

(La Tecla). Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Néstor Grindetti (Lanús), Mariano Cascallares (Almirante Brown) y Gustavo Posse (San Isidro) hablan de sus cuidados, las relaciones con los familiares cercanos, lo que extrañan y lo que esperan para el día después.
Cómo viven puertas adentro la llegada del COVID-19. Qué les cambió a ellos, que, además de cuidarse y de cuidar a los suyos, velan por miles de personas en el superpoblado y complejo Conurbano bonaerense. La Tecla convocó a cuatro intendentes de la región metropolitana para hablar de sus experiencias particulares, de las medidas que toman para protegerse, las expectativas sobre el tiempo que viene y la gambeta a la grieta. Aceptaron el convite dos jefes comunales del peronismo, Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas) y Mariano Cascallares (Almirante Brown), uno de la Primera y otro de la Tercera; y dos de Juntos por el Cambio, Gustavo Posse (San Isidro) y Néstor Grindetti (Lanús), uno de la zona norte y otro de la zona sur, uno radical, uno del PRO. -Kicillof dijo que nada será como antes. ¿Qué es lo que cree que va a cambiar en su distrito? -Gustavo Posse: El ciento por ciento de la salud pública en San Isidro es municipal. Los tres hospitales, el área de epidemiología y el área social trabajan juntos, y eso nos está dando muy buen resultado. En el futuro vamos a seguir invirtiendo. Yo no estoy con la mente tan puesta en qué pasará cuando esto termine, en realidad, lo que pienso es que todo lo que preparamos tiene que dar resultado, porque para eso hicimos semejante inversión. Me parece que el desafío es qué es lo que va a hacer la gente; si resulta que la gente tiene actitud ciudadana, vocación hacia el otro y hacia sí misma, el contagio va a ser gradual y todos van a tener la atención que merecen Leonardo Nardini: Van a cambiar algunos hábitos que antes no teníamos, como lavarse las manos continuamente, usar alcohol en gel, mantener la distancia en época invernal; habrá algunos recaudos que van a tener que tomar los comerciantes en su tarea cotidiana, los bancos. Hay un montón de costumbres que se van a ir modificando a causa de esta pandemia. Néstor Grindetti: Por lo pronto hay muchas cosas que van a cambiar en la convivencia social. Desde que nos vamos a acostumbrar a usar el zoom para reuniones que antes hacíamos presenciales hasta la forma de saludarnos. Hay muchas cosas que tienen que ver con el cuidado sanitario que las vamos a seguir teniendo en cuenta. No hay dudas de que en la convivencia no va a ser lo mismo; no sé si vamos a llegar al extremo de que no nos vamos a abrazar más entre amigos, pero el saludo del codo va a quedar hasta como algo pintoresco. Y van a cambiar las formas de las reuniones en las oficinas, las formas de producción. Se están haciendo modificaciones de infraestructura en algunas fábricas que van a quedar. Empieza una historia totalmente nueva para todo el mundo. Mariano Cascallares: Ya está cambiando. Por ejemplo, en Almirante Brown duplicamos la capacidad de respuesta del sistema sanitario. Construimos centros de aislamiento para pacientes leves; junto a Nación instalamos un hospital con 72 camas de terapia intensiva e intermedia en un mes; montamos dos centros modulares de emergencia; transformamos a los centros de atención primaria de la salud en CAPS COVID-19; instalamos modulares sanitarios, y hasta cámaras térmicas y cortinas sanitarias para cuidar al personal de Salud. Y más allá de todo eso, lo que están cambiando son los hábitos, y todos debemos ser más responsables, respetar el aislamiento social y cuidarnos, porque es la mejor forma de cuidar al otro. -¿Dónde ve el mayor desafío para el futuro? Cascallares: En estos meses avanzamos muchísimo en lo que respecta al sistema sanitario local. Se sumó infraestructura, equipamiento, insumos y capital humano como nunca antes. Debemos seguir trabajando muy fuerte en la infraestructura con las obras de cloacas y agua potable, con los asfaltos y articulando con Provincia en la prevención del delito. Por eso, la semana pasada le entregamos al ministro Sergio Berni 15 motos de alta cilindrada y nuevos móviles. Grindetti: Primero, en recomponer la cuestión productiva y económica y que, poco a poco, recomience la actividad. Creo que eso, en el corto plazo, es lo más importante. Y después, también como enseñanza, mostrar que la humanidad en general, frente este tipo de cosas, está muy indefensa. Cuando le ganemos a este bicho puede aparecer otro; entonces, me parece que a los sistemas sanitarios hay que repensarlos y reformularlos. Pero lo inmediato, sin lugar a dudas, es la recomposición de la situación económica. Nardini: Hay que reactivar el país en general. Eso depende del esfuerzo de todos, de toda la dirigencia política. Hay que tratar de reactivar la economía para que vuelva a ser circular y virtuosa, reactivar la industria, general empleo. Va a ser algo complejo, porque está pasando en todo el mundo, y Argentina tiene, además, la crisis que ya venía arrastrando.

Posse: Lo que miro hacia delante es cuál va a ser la actitud de la sociedad, si en mi casa vamos a seguir cumpliendo con todo esto para que cuando se den los contagios se den de manera gradual. Y de ahí podré pensar cuál es la sociedad del futuro. -Se trabaja bien con los intendentes de otro color político. ¿Es una oportunidad para saldar la grieta o eso es una utopía impulsada por la coyuntura? Grindetti: Definitivamente. Creo que es la oportunidad. Siempre fui un combativo de la grieta, porque me parece que los extremos, lo único que hacen son daños; los ataques con golpes abajo del cinturón complican la política. Esta es una gran oportunidad y, de hecho, se está dando un trabajo en conjunto que por ahí en otro momento no se daba. Igual, creo que falta; todavía, en ambos extremos no se está priorizando lo que se debe priorizar, que es que tenemos adelante un enemigo invisible que mata. Yo nunca voy a pensar igual que, por ejemplo el Gobernador, pero cuando nos sentamos a hablar del tema del coronavirus, en un punto nos ponemos de acuerdo, porque buscamos hacer cosas buenas para la gente; después discutimos lo ideológico. Posse: Por parte de los que gobernamos, sí se trabaja bien. Los que gobernamos, de todos los partidos políticos, nunca hicimos uso de ninguna grieta. Ahora, en el caso de los que no gobiernan, siempre va a haber una oportunidad para encontrarle la debilidad al gobierno que sea. Eso no va a cambiar. Además, esto no va a salir perfecto; si sale medianamente bien cerramos negocio ya. Nardini: Respecto a la pandemia se viene trabajando bastante fluido con los intendentes de todos los partidos, que, de hecho, es algo que nos marca el Presidente. Al principio, cuando era todo preocupante y no sabíamos cómo lo íbamos a llevar adelante, nos juntó a los 24 intendentes del AMBA, al jefe de la Ciudad y al Gobernador, y se sigue juntando. Y nosotros tratamos de hacerlo de manera regional con los distritos vecinos, y funciona bastante bien, tratando de aportar ideas, de consensuar cuestiones que hacen a la vida cotidiana. A veces, los límites son líneas imaginarias, y la gente, todo el tiempo, va de un lado al otro sin discriminar distritos. Cascallares: En mi trabajo diario como intendente, no hay lugar para ninguna grieta. La prioridad es trabajar y dar respuesta a los vecinos y las vecinas. Articulamos con Nación y con Provincia todo el tiempo. Y con los municipios vecinos trabajamos perfectamente como lo hicimos hasta diciembre con los organismos nacionales o provinciales que estaban dispuestos a gestionar con nosotros. Si se trata de generar cosas positivas para nuestra gente, las puertas están abiertas siempre.  NESTOR GRINDETTI “Con algunos matrimonios amigos nos juntamos a cenar por zoom” -¿Cómo es el contacto con sus familiares que no viven en su casa? -Hay cosas que a uno le duelen. Hace dos meses que no veo a mis hijos, a mi nieta y a mi vieja. Y no lo hago porque tengo miedo de llevarles un problema, por ejemplo a mi vieja, que tiene 85 años. Con ella hablo por teléfono, no tengo otra alternativa. Con mi nieta, que tiene doce años y maneja muy bien la tecnología, nos comunicamos por WhatsApp y nos vemos un rato. Ella cumplió los años el otro día y le hicimos un festejo virtual. Y una cosa muy interesante es que tenemos un grupo de tres o cuatro matrimonios amigos y una vez cada tanto nos juntamos por zoom y cenamos todos juntos; cada uno pone su vinito y charlamos ahí. Por lo menos sabemos lo que le está pasando al otro y no perdemos el vínculo.

-¿Qué hace cuando vuelve a su casa del trabajo? -Con este tema del zoom terminamos de trabajar más tarde que antes, porque, como es fácil armarlo, hay más reuniones. Y en casa tengo algunos cables a tierra. Uno es que estudio italiano una horita por día, a la noche; día por medio cocino; y me gusta mucho la fotografía, pero ahora puedo trabajar alguna en la computadora pero no puedo sacar. Y extraño el fútbol, ya vi varias veces el mismo partido. -¿Se planteó en algún momento hacer la cuarentena o alejarse de quienes viven con usted? -Mi rutina ha cambiado. Si es necesario voy a la oficina hasta las dos o tres de la tarde y después sigo manejando todo por zoom desde mi casa, y si no es imprescindible la reunión presencial, lo manejo desde casa. Trato de respetar la cuarentena al máximo con mi señora, que es funcionaria en la Ciudad de Buenos Aires y trabaja también desde casa todo lo que se puede. Y para ver cómo está Lanús, en términos de gente en la calle, me subo al auto, recorro y no me bajo. Lo que hay que evitar es el contacto cercano de más de dos o tres personas y tomar las medidas sanitarias; estamos en cuarentena, por más que uno salga por una cuestión puntual. Trato de estar adentro la gran parte del día. GUSTAVO POSSE “Con mi mamá charlamos: ella desde la puerta y yo en el capot del auto” -¿Qué le ha cambiado la cuarentena en su vida cotidiana? -Que estamos más cerca con mis hijos, en familia. En eso ganamos mucho. -¿Qué hace cuando vuelve a su casa del trabajo? -Tenemos un lugar donde nos sacamos la ropa, un lugar donde nosotros mismos nos lavamos la ropa. De planchar, ni hablar, salvo alguna camisa que vayas a necesitar. No sé planchar, y eso no tiene arreglo. Al personal de la casa, como debe ser, les pagamos el sueldo pero merecen estar cuidados en sus casas y nosotros en la nuestra. No sé cuánto hace que no me lavaba una ropa, cien años. De chico me hacían atender la pileta, me hacía la cama y eso, pero no conocía lo otro, que ahora me toca.

-¿Cómo es el contacto con sus familiares que no viven en su casa? -A mí mamá la veo todos los días, en lo posible. La llamo por teléfono antes y paso por la casa. Ella sale hasta la puerta, no toca la vereda, y yo me siento en el capot del auto y charlamos. Ella amaga como para acercarse y yo le digo: “No, no, aguantá, aguantá”. Lo mismo hacen mis hijos. Mi mamá busca un horario y da un par de vueltas a la manzana; va a la panadería, pero no al supermercado, que se lo resuelvo yo con mis hijos. Y ellos hacen lo mismo con la abuela materna. Además se comunican por Skipe y WhatsApp. Lo llevamos bien. -¿Se planteó en algún momento hacer la cuarentena o alejarse de quienes viven con usted? -Básicamente, lo que hacemos con mis hijos es que todas las noches cenamos juntos. Mi hijo se dedica a las finanzas y, salvo un día a la semana, trabaja desde la casa. Mi hija es abogada y está más en la calle. Pero todos guardamos la situación y ellos cuidan mucho el tema de los abuelos.  LEONARDO NARDINI “Estaba acostumbrado a salir mucho a la calle, y ahora lo he perdido” -¿Qué le ha cambiado la cuarentena en su vida cotidiana? -Yo estaba acostumbrado a salir muchísimo a la calle, a recorrer obras, a charlar con los vecinos, a compartir un mate, a entrar en una casa; y eso lo he perdido en los últimos dos meses. Es algo que me gusta desarrollar en la tarea cotidiana, y hoy veo lejano que se pueda hacer en lo inmediato. Y creo que es una de las cosas que van a cambiar a futuro, por los mismos hábitos que desarrollamos todos, como seguir compartiendo el mate normalmente, como es la costumbre argentina. Otra cuestión son las medidas que uno se autoimpone cuando llega a la oficina o a casa y que antes no hacía. -¿Cómo es el contacto con sus familiares que no viven en su casa? -Con mis padres, el contacto es telefónico o a través de videollamadas por WhatsApp, que aprendieron a manejarlo ahora. Mi papá ronda los 80 años y mi mamá arrancando los 70, no estaban acostumbrados al uso de la tecnología y ahora la tienen que usar. Y hace más de dos meses que están en su casa, porque antes que se imponga la cuarentena les dijimos que se queden adentro. Y con los demás familiares, primos, tíos, suegra, suegro, lo mismo. -¿Qué hace cuando vuelve a su casa del trabajo? -Lo primero son las medidas de higiene: cambiarme la ropa, lavarme bien las manos y la cara con jabón y ponerme alcohol en gel. Y después saludar a mi hija y tratar de estar con ella y con mi esposa. Charlar de cómo fue el día y poder jugar con la nena un rato. Pero nunca sin dejar la conexión vía telefónica de las cuestiones laborales, porque este es un trabajo que te lo llevás a casa todo el tiempo y termina siendo parte de tu vida. -¿Se planteó en algún momento hacer la cuarentena o alejarse de quienes viven con usted? -Sí, me lo planteé en algún momento, porque todos teníamos dudas y desconocimiento de cómo se transmitía el virus. Y el miedo, no tal vez porque uno se contagie, porque está mucho más expuesto, sino también de contagiárselo a mi hija o a mi esposa. Cuando hubo un poco más de información, no lo hice, pero sí, en un momento se me ocurrió hacerlo. MARIANO CASCALLARES “Comenzamos a planificar cómo sería aislarme en mi oficina en el Municipio” -¿Qué le ha cambiado la cuarentena en su vida cotidiana? -Todos los días arrancamos realizando una reunión de gabinete virtual con todo el equipo municipal. Allí repasamos el informe del día del COVID-19 en el distrito, repasamos cómo viene la vacunación (ya aplicamos casa por casa 60 mil dosis de antigripal), seguimos de cerca la entrega de ayuda social y los temas de gestión del día. Y a las nueve ya está todo el mundo trabajando, por lo menos hasta las 21 horas.

-¿Cómo es el contacto con sus familiares que no viven en su casa? -Trato de ayudarlos pero sin correr riesgos. Un domingo les hago las compras en un negocio de proximidad y les llevo la mercadería. Y mucha comunicación virtual y por teléfono, especialmente a la noche, cuando queda tiempo. Tengo, por ejemplo, a mi tía, a quien ayudo a pasar la cuarentena. -¿Qué hace cuando vuelve a su casa del trabajo? -Creo que lo que hacemos todos quienes cumplimos tareas esenciales: desinfectar y lavar toda la ropa y objetos, desde llaves hasta celular, lavado de manos y baño. Incluso en mi casa trato de mantener la distancia social con mis seres queridos. -¿Se planteó en algún momento hacer la cuarentena o alejarse de quienes viven con usted? -En los últimos días, cuando nos enteramos de casos de colegas intendentes que podrían estar contagiados, comenzamos a planificar cómo sería aislarme en mi oficina en el Municipio. Lo importante es tomar todos los recaudos y protocolos mientras seguimos trabajando. (La Tecla).

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