viernes, diciembre 17, 2021

Comenzaron a descubrir la fachada de la Iglesia de Pilar.

Los trabajos de restauración están llegando a su etapa final. Las obras se enmarcan dentro del proyecto de embellecimiento de los alrededores de la Plaza 12 de Octubre, que incluye el desarrollo del Paseo del Centro.

Después de cuatro meses de trabajos de restauración, comenzaron a descubrir la fachada de la Iglesia del Pilar. En las últimas horas fue retirada la media sombra que cubría la parte central y la torre derecha y se espera que en los próximos días culminen las tareas de forma definitiva.

Las obras comenzaron el 21 de agosto, el mismo día del bicentenario del inicio de la construcción de la parroquia. Las refacciones contemplaron la fachada frontal y lateral, la cúpula, así como veredas, patio y galería.

Incluyeron trabajos de hidrolavado, reparaciones exteriores, impermeabilización, intervenciones en carpintería de metal, hierro y madera y restauración de aberturas. También se pintó y se aisló el templo y se realizaron mejoras en la instalación eléctrica.

Los trabajos sobre la parroquia forman parte del denominado Paseo del Centro cuyas obras ya alcanzaron las calles Lorenzo López entre Rivadavia y San Martín e Hipólito Yrigoyen entre las mismas entrecalles. En este sentido, la restauración de la iglesia incluye la puesta en valor de la plaza 12 de Octubre, con veredas más anchas y al mismo nivel de las calles, mejor iluminación y la eliminación del cableado aéreo en las veredas del espacio verde.

Inicios
Cabe señalar que el 21 de agosto de 1821 fue la fecha en que el arquitecto José Villa dirigió los inicios de la obra, por lo que ayer se cumplió el bicentenario del comienzo de la construcción. Este año se cumplen también los cien años de la finalización del templo, con la construcción de una nueva torre. Además de tener un importante valor arquitectónico, el templo alberga una gran cantidad de tesoros artísticos y litúrgicos.

La propietaria de los terrenos era Josefa Pérez de la Rosa, vecina del pueblo y bisnieta de Marías Cabezas, precisamente quien había donado las tierras para aquella primera capilla junto al Río Luján, en el siglo XVIII.

Otro de los mentores fundamentales para la construcción del templo fue Lorenzo López (quien fuera alcalde, además de héroe de la Batalla de Perdriel durante las invasiones inglesas): el prócer local aportó 1.000 pesos de su propio peculio, más allá de los 10 mil pesos fuertes que se pidieron al Estado nacional. A su vez, López donó los terrenos circundantes a la actual iglesia, parcela que constaba de 6 manzanas de frente por 9 de fondo. Por si fuera poco, donó todas las herramientas y materiales adquiridos para la construcción del edificio. (Pilar a Diario).


 

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