Hay una problemática evidente que con los años afecta un poco más la calidad de playas de Miramar y por lo tanto también atenta directamente contra la calidad del servicio turístico
La erosión costera es una prioridad a atender ya que potenciada con la acción del mar determinaron la amplia reducción de los espacios de baño, formando desniveles peligrosos sobre todo en la zona del centro, aunque de a poco ese efecto fue también trasladándose hacia el sector norte.
Paralelamente, una gran cantidad de las escolleras fueron quedando obsoletas para contener el oleaje. Esto obliga a pensar en determinaciones concretas para disminuir esa acción nociva.
Ante esta situación, recientemente el diputado provincial, Germán Di Cesare (FdT), estuvo reunido con el ministro de Obras Públicas bonaerense, Leonardo Nardini, para analizar, entre otras cosas, la situación del frente marítimo.
Durante 2021, se realizó un paneo aéreo y relevamiento topográfico de las playas donde a través de imágenes y otros datos se pudo comprobar la cantidad y altura de arena acumulada para luego desarrollar una alternativa viable para mejorar esa realidad.
Según pudo averiguar LA CAPITAL, se pusieron sobre la mesa dos tipos de proyectos, uno sería modificar las escolleras y su fisonomía, el cual llevaría mucho más tiempo e inversión para cristalizarlo ya que el formato actual acumula arena “tipo cajones”, produciendo pozos y, dependiendo de las condiciones del mar, generando riesgos en zonas de baño.
No obstante, lo más probable, se trata de trasladar con maquinaria específica, arena de un lugar a otro, aplanando la superficie y realizando una distribución más equitativa. Se espera que tras los últimos detalles técnicos, esta alternativa salga a licitación, con el objetivo de realizarse previamente a la próxima temporada estival.
Esto, según se informó, es un trabajo que puede “tener una vida útil de 6 a 7 años”, mientras tanto se busca una solución más sostenible en el tiempo ya que el impacto adverso de las defensas rocosas actuales es real, generándose una peligrosa pendiente cada vez mayor que atenta contra la seguridad de los bañistas. (La Capital).
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