BUENOS AIRES, Junio 23, (PUNTO CERO) "Un viaje presidencial es importante o no dependiendo del contexto y de la agenda. En este caso el contexto es importante, porque no solo España recibe a un Kirchner políticamente consolidado –no como el que fue en 2003 a poco de asumir- sino porque además el mensaje de la madre patria es: “ya te dimos tiempo, ahora cúmplenos lo que nos vienes prometiendo”. Por eso el diario El País, un día antes de la llegada de Kirchner, le endilga que no tiene proyecto. Cualquier sabe en España que el principal diario tiene muchas relaciones empresariales e ideológicas con el partido de Rodríguez Zapatero. La advertencia es clara: a qué estamos jugando?
Más allá de que en este viaje el presidente va a ser más cuidadoso con el empresariado, lo cierto es que el santacruceño logró estirar la cuerda y es recibido en Madrid con un ramillete de promesas de aumento de tarifas, pero sin cumplirlas.
Entonces ¿es políticamente importante el viaje? Sí, lo es, pero no necesariamente por los buenos motivos. El presidente puede regresar floreado de anuncios de inversiones, que no siempre se concretarán, pero que le sirven para mostrar en la opinión pública argentina que “no solo no les cumplí, sino que además me regalaron cosas”.
Pero claro: lo importante no es el suceso, sino el proceso. En el largo plazo, estos incumplimientos se pagan, de alguna u otra forma, aún cuando se guarden las formas (e independientemente de si Kirchner tiene o no razón en operar de esa manera).El gobierno español, como el de Bush, nunca terminan de entender al presidente. No saben si es o se hace. Esa es una ventaja de Kirchner, ya que un viejo consejo chino dice que “todo lo que puede ser definido, puede ser vencido”. K es indescifrable. Lo que no queda claro es si eso le sirve a la Argentina en el largo plazo." (PUNTO CERO).
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