BUENOS AIRES, Junio 20, (PUNTO CERO) En el Periódico La Nación del 18 de mayo de 2006, se publicó una nota sobre los “riesgos y beneficios de seleccionar embriones”.
En ella, la Dra. Susana Sommer, de la UBA, recomienda que las personas estén bien informadas y que tengan elementos de análisis antes de encarar distintos tipos de estudios, en particular, aquellos relativos al diagnóstico genético preimplantatorio o PGD, y por otro lado, recomienda que los médicos discutan cuáles son los límites éticos ante ciertos pedidos que exceden los designios originales.
En primer lugar, voy a tomarme el atrevimiento de participar activamente en informar a la población.
Cuando hablamos de EMBRIONES, nos estamos refiriendo a NIÑOS DE MICROSCOPICO TAMAÑO, a PERSONAS, con todos los derechos que nuestra Legislación Civil y Constitucional atribuye a las personas nacidas.
No estamos hablando de un cúmulo de células.
De hecho, si nadie mete la mano, ese embrión, nacerá a los 9 meses y será un bebé. Ese bebé igualito al que usan en la publicidad de pañales y fórmulas alimenticias.-
¿Cómo despejar la eugenesia de la selección de seres humanos?
¿Las leyes que penalizan la discriminación por razones de raza, sexo, religión, no se aplican a los embriones?
¿Con qué cara criticamos las técnicas hitlerianas de selección de la raza, cuando estamos proponiendo legalizarlas para matar niños indefensos?
¿Por qué confundimos el objetivo de la medicina, si este es curar y cuando no se puede curar, tan sólo calmar el dolor?
¿Por qué atribuirle a los médicos el rol de verdugos, bajando la guillotina sobre las cabezas microscópicas de niños a quienes sus padres, una vez concebidos, deciden matarlos?
Nuevamente sobre el tapete: DERECHO A LA VIDA VERSUS CALIDAD DE VIDA.
Con este hilo de razonamiento, y tendiendo a mejorar la CALIDAD DE VIDA, cuando nosotros estemos viejos, discapacitados y enfermos, y nos hagamos pis encima, nuestros hijos tendrían todo el derecho de proteger su calidad de vida, y exterminarnos.
Creo, que de legalizarse el diagnóstico genético preimplantatorio, este debería ser utilizado solamente a efectos informativos, y de ninguna manera, como “bill de indemnidad” para asesinar niños.
Por otro lado, la discusión sobre la legalización de esta técnica, no puede quedar en manos de quienes la practican, porque tenemos instituciones, legisladores, que son los responsables de sancionar las leyes.
El único beneficio que puede arrojar esta tecnología, es el de preparar a los padres para el nacimiento de un niño con determinadas características, o bien preparar la ayuda médica necesaria para afrontar un nacimiento con dificultades, siempre pensando en el derecho a la vida y a nacer del embrión, pero de ninguna manera, debe ser utilizada como medio para dar “mayor comodidad a los padres, sacándose de encima un niño que quizá o no, sea más o menos diferente que los demás”.
Porque tampoco hay que olvidar que “cada ser humano es único e irrepetible”.
No podemos transformar los centros de fertilidad asistida en verdaderos campos de concentración y de exterminio de embriones.
Por último, ¿Para quién será el potencial benéfico? ¿Para el bebé? ¿Para la madre? ¿Para el médico? ¿Para el sistema sanitario? ¿Para la compañía de seguros? ¿Para el primer mundo?
Nuestro Derecho es individualista en el sentido de asegurar un lugar para cada persona en la sociedad. Ninguna razón de orden social puede amparar el desecho de un bebé.
El individuo goza de protección frente al Estado y a los particulares. No puede una razón de orden social erigirse en determinante del derecho de nacer o no de una persona.
Nuestro sistema es liberal y democrático. No podemos instaurar una dictadura biológica. Nuestra Constitución garantiza el derecho a la vida desde la concepción, y la concepción para nuestro derecho se inicia cuando el espermatozoide penetra al óvulo.
¿Quién determinará la justificación social?
A veces, los diagnósticos prenatales pueden fallar.
¿Estamos trabajando para no discriminar?
En Argentina se creó el Instituto Nacional contra la Discriminación.
¿Para qué invertir el gasto público allí, si se recomendará asesinar al niño real o potencialmente afectado por algún desorden múltiple?
Especial atención merece el hecho de que el niño enfermo pueda alterar el futuro estilo de vida o hacer sufrir estigmatización o discriminación a sus padres, y que estas tonterías puedan justificar dar muerte a un niño, porque entonces no podrían nacer los petisos, los pelirrojos, los pecosos, los gordos, los chuecos, los narigones, los miopes, etc...
Y existen un montón de adultos bien parecidos, sanos y fuertes, que son capaces de estigmatizar a toda la humanidad pasada, presente y futura.
Creo que la locura es total. Primero se esteriliza (seguir proyectos en debate en el Congrso Nacional) y asesina y aborta la fecundidad natural y después se destina toda una infraestructura médica para fabricar niños en el laboratorio.
En realidad, la tendencia político-biológica internacional apunta a otorgar una licencia para procrear, donde sólo los "elegidos" de acuerdo con el standard de calidad genética y social requerido por el poder de turno, podrán tener descendencia.
También es interesante reflexionar sobre el deseo del hijo perfecto.
¿Qué pasaría si los hijos legitimaran su derecho de tener padres perfectos? ¿Podrían asesinar a aquellos que no lo fueran y también lograr su impunidad?
Conclusión:
Muchos legisladores se están esforzando por sancionar leyes de anticoncepción, aborto, fecundación asistida sin límites, ingeniería genética, cambio de sexo y eutanasia en nuestro país.
Estas recomendaciones forman parte de toda una postura bioética utilitarista anglosajona donde se pretende orientar la función médica como herramienta de selección y descarte humano para la dominación política y económica.
Se permitirá procrear, nacer y vivir a quien produzca para el gran recaudador del primer mundo y reúna las condiciones de calidad de vida establecidas por él.[1][1]
El ser humano no puede cosificarse al nivel de un producto genético al que se le adjudicarán funciones de robot en la gran fábrica de los países en desarrollo.
(1) Matozzo, Liliana Angela, COMO PROTEGER LA EVOLUCION BIOLOGICA NATURAL DE LA ESPECIE HUMANA FRENTE A LOS AVANCES DEL BIOPODER, (El Derecho, Nro. 9006, 22-mayo-l996) y HABITAT II o cómo deshabitar a los países en desarrollo (AICA-DOC 368, 29-mayo-l996), y El Derecho del 21 de febrero de 1997.Liliana Angela Matozzo, abogada. Doctora en Ciencias Jurídicas. Ex presidente Comisión Nacional de Biociencia. Presidente Fundación Proa a la Vida. (PUNTO CERO).
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