Convivir con la diabetes desde la infancia implica moderar hábitos alimenticios y seguir controles estrictos. El exceso de sed y el descenso de peso pueden ser signos de la enfermedad. En la Provincia, el 8 por ciento de la población es diabético.
Se estima que en Argentina la diabetes afecta a uno de cada 300 niños y adolescentes menores 18 años y, según datos de la Provincia de Buenos Aires alrededor del 8 por ciento de la población bonaerense padece esta enfermedad crónica que, si bien en todos los casos tiene un origen genético, sólo se desencadena cuando factores socio-ambientales colaboren para que aflore.
En el caso de los chicos, la forma más frecuente de diabetes es la que los especialistas denominan ‘tipo uno’, cuya principal característica es que el páncreas no elabora insulina, una hormona vital para el organismo porque se ocupa de que las células aprovechen los nutrientes presentes en los alimentos.
“Por lo tanto, cuando la insulina falta, la glucosa existente en lo que comemos queda en sangre y no nos aporta más que problemas”, comentó Viviana Balbi endocrinóloga del Hospital provincial Sor María Ludovica de La Plata donde se asisten unos 200 chicos con esta patología.
En el caso de los niños, las infecciones virales, sobre todo las que afectan al tracto gastrointestinal, suelen funcionar como detonantes de esta enfermedad. Además, algunos estudios internacionales prueban que existe relación entre la administración temprana de la leche de vaca y la aparición de la diabetes. En parte por eso, los especialistas insisten en extender todo lo posible la lactancia materna.
El viernes, como todos los 14 de noviembre, se conmemoró el Día Mundial de la Diabetes, fecha que recuerda el nacimiento de Frederick Banting, quien junto a Charles Best se atribuye el descubrimiento de la insulina. Durante este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo especial hincapié en que las autoridades sanitarias de cada jurisdicción se ocupen de difundir los alcances que puede acarrear este mal crónico en los más chicos y la relevancia de llevar a cabo un tratamiento adecuado.
Como primera medida, los endocrinólogos recomiendan a los padres estar atentos a tres síntomas básicos de la enfermedad: el exceso de sed, de ganas de hacer pis y el descenso de peso ya que la falta de un control disciplinado sobre la enfermedad puede acarrear severos problemas renales, ceguera y amputaciones.
“No es posible eludir el diagnóstico de la diabetes porque, lamentablemente, es una enfermedad donde el deterioro de la salud es notable en poco tiempo; el chico que la sufre se deshidrata y se descompensa rápidamente sino es tratado en forma adecuada”, señaló Balbi, y enfatizó que toda vez que una mamá observe que su hijo va muy seguido al baño, se despierta con sed varias veces en la noche y baja de peso debe consultar al pediatra y confirmar si se trata de una diabetes infanto-juvenil mediante un simple análisis de sangre.
El Prodiaba (Programa de Diabetes de la Provincia), que depende del Ministerio de Salud provincial, provee en forma gratuita de medicación, insulina, tiras reactivas, agujas y jeringas a 80 mil pacientes sin obra social de los cuales alrededor de 12 mil son menores de 20 años.
A diferencia de la diabetes tipo dos, asociada al exceso de peso y la vida sedentaria, la que se desencadena en la infancia requiere, desde el momento del diagnóstico, insulina inyectable. Y para facilitar la aplicación, la cartera sanitaria provincial entrega, desde este año, un aplicador especial que se rellena con la dosis justa para cada chico y se coloca rápidamente y sin dolor.
“Este tipo de aplicador es práctico para los chicos, a quienes resulta tan difícil mantener quietos cuando es necesario aplicarles una inyección, y también facilita la aplicación para los no videntes, porque ya tiene la dosis preestablecida y no corren riesgo de medicarse demás ni de menos”, detalló Alejandro Costa, director provincial de Medicina Preventiva
El Ministro de Salud provincial Claudio Zin recordó que para recibir los insumos que entrega el Prodiaba sólo se requiere solicitarlos en los hospitales públicos de la Provincia o bien en los Centros de Atención Primaria. “El único requisito es no tener cobertura de obra social y presentar la historia clínica en la que se deja constancia de que la persona es diabética”, explicó.
Se estima que en Argentina la diabetes afecta a uno de cada 300 niños y adolescentes menores 18 años y, según datos de la Provincia de Buenos Aires alrededor del 8 por ciento de la población bonaerense padece esta enfermedad crónica que, si bien en todos los casos tiene un origen genético, sólo se desencadena cuando factores socio-ambientales colaboren para que aflore.
En el caso de los chicos, la forma más frecuente de diabetes es la que los especialistas denominan ‘tipo uno’, cuya principal característica es que el páncreas no elabora insulina, una hormona vital para el organismo porque se ocupa de que las células aprovechen los nutrientes presentes en los alimentos.
“Por lo tanto, cuando la insulina falta, la glucosa existente en lo que comemos queda en sangre y no nos aporta más que problemas”, comentó Viviana Balbi endocrinóloga del Hospital provincial Sor María Ludovica de La Plata donde se asisten unos 200 chicos con esta patología.
En el caso de los niños, las infecciones virales, sobre todo las que afectan al tracto gastrointestinal, suelen funcionar como detonantes de esta enfermedad. Además, algunos estudios internacionales prueban que existe relación entre la administración temprana de la leche de vaca y la aparición de la diabetes. En parte por eso, los especialistas insisten en extender todo lo posible la lactancia materna.
El viernes, como todos los 14 de noviembre, se conmemoró el Día Mundial de la Diabetes, fecha que recuerda el nacimiento de Frederick Banting, quien junto a Charles Best se atribuye el descubrimiento de la insulina. Durante este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo especial hincapié en que las autoridades sanitarias de cada jurisdicción se ocupen de difundir los alcances que puede acarrear este mal crónico en los más chicos y la relevancia de llevar a cabo un tratamiento adecuado.
Como primera medida, los endocrinólogos recomiendan a los padres estar atentos a tres síntomas básicos de la enfermedad: el exceso de sed, de ganas de hacer pis y el descenso de peso ya que la falta de un control disciplinado sobre la enfermedad puede acarrear severos problemas renales, ceguera y amputaciones.
“No es posible eludir el diagnóstico de la diabetes porque, lamentablemente, es una enfermedad donde el deterioro de la salud es notable en poco tiempo; el chico que la sufre se deshidrata y se descompensa rápidamente sino es tratado en forma adecuada”, señaló Balbi, y enfatizó que toda vez que una mamá observe que su hijo va muy seguido al baño, se despierta con sed varias veces en la noche y baja de peso debe consultar al pediatra y confirmar si se trata de una diabetes infanto-juvenil mediante un simple análisis de sangre.
El Prodiaba (Programa de Diabetes de la Provincia), que depende del Ministerio de Salud provincial, provee en forma gratuita de medicación, insulina, tiras reactivas, agujas y jeringas a 80 mil pacientes sin obra social de los cuales alrededor de 12 mil son menores de 20 años.
A diferencia de la diabetes tipo dos, asociada al exceso de peso y la vida sedentaria, la que se desencadena en la infancia requiere, desde el momento del diagnóstico, insulina inyectable. Y para facilitar la aplicación, la cartera sanitaria provincial entrega, desde este año, un aplicador especial que se rellena con la dosis justa para cada chico y se coloca rápidamente y sin dolor.
“Este tipo de aplicador es práctico para los chicos, a quienes resulta tan difícil mantener quietos cuando es necesario aplicarles una inyección, y también facilita la aplicación para los no videntes, porque ya tiene la dosis preestablecida y no corren riesgo de medicarse demás ni de menos”, detalló Alejandro Costa, director provincial de Medicina Preventiva
El Ministro de Salud provincial Claudio Zin recordó que para recibir los insumos que entrega el Prodiaba sólo se requiere solicitarlos en los hospitales públicos de la Provincia o bien en los Centros de Atención Primaria. “El único requisito es no tener cobertura de obra social y presentar la historia clínica en la que se deja constancia de que la persona es diabética”, explicó.
Cómo comer
Uno de los contratiempos cotidianos que enfrentan los padres de niños con diabetes es decidir qué darles de comer y cómo evitar las golosinas que pueden provocarles peligrosos excesos de glucosa en sangre.
"Los hábitos de alimentación para un chico diabético están sujetos a lo que es adecuado para cualquier niño de igual sexo y de igual edad con la misma actividad física. El único reparo es que debe ser una alimentación balanceada y, preferentemente, que reemplace los azúcares por edulcorantes", advirtió Costa.
En cuanto a los dulces, el especialista dijo que es necesario que los adultos “sepan manejarlos con mesura, como en los chicos que no son diabéticos, pero en estos casos intentando ofrecer productos dietéticos, en los que se reemplaza el azúcar por edulcorantes”.
Lo ideal es que en las familias con niños diabéticos, todos sus miembros se eduquen para colaborar en el control de los niveles de azúcar en sangre. Además, una asistencia educativa por parte del médico proporciona el entrenamiento adecuado para la medición de glucosa y para aplicar insulinas de acción rápida que eviten las complicaciones.
Uno de los contratiempos cotidianos que enfrentan los padres de niños con diabetes es decidir qué darles de comer y cómo evitar las golosinas que pueden provocarles peligrosos excesos de glucosa en sangre.
"Los hábitos de alimentación para un chico diabético están sujetos a lo que es adecuado para cualquier niño de igual sexo y de igual edad con la misma actividad física. El único reparo es que debe ser una alimentación balanceada y, preferentemente, que reemplace los azúcares por edulcorantes", advirtió Costa.
En cuanto a los dulces, el especialista dijo que es necesario que los adultos “sepan manejarlos con mesura, como en los chicos que no son diabéticos, pero en estos casos intentando ofrecer productos dietéticos, en los que se reemplaza el azúcar por edulcorantes”.
Lo ideal es que en las familias con niños diabéticos, todos sus miembros se eduquen para colaborar en el control de los niveles de azúcar en sangre. Además, una asistencia educativa por parte del médico proporciona el entrenamiento adecuado para la medición de glucosa y para aplicar insulinas de acción rápida que eviten las complicaciones.
Lo que hay que saber:
Alimentos que suben el azúcar
· La leche y los yogures
· Todos los panes y las galletitas
· Las pastas simples o rellenas
· Los cereales ( arroz, polenta, avena)
· Las legumbres (porotos, garbanzos, lentejas)
· 5 vegetales: papa, batata, choclo, calabaza, mandioca.
· Dulces y postres en general
Estos alimentos deben consumirse en las 4 comidas diarias, respetando la cantidad indicada por el nutricionista.
Alimentos que suben el azúcar
· La leche y los yogures
· Todos los panes y las galletitas
· Las pastas simples o rellenas
· Los cereales ( arroz, polenta, avena)
· Las legumbres (porotos, garbanzos, lentejas)
· 5 vegetales: papa, batata, choclo, calabaza, mandioca.
· Dulces y postres en general
Estos alimentos deben consumirse en las 4 comidas diarias, respetando la cantidad indicada por el nutricionista.
Alimentos que no suben el azúcar
· Los líquidos: agua, soda, jugos o gaseosas dietéticas, amargos dietéticos, infusiones con edulcorantes, caldos
· Las verduras: acelga, achicoria, ajo, alcaucil, apio, berenjena, berro, brócoli, cardo, cebolla de verdeo, coliflor, chauchas, escarola, espárragos, espinaca, hinojo, hongos, lechuga, nabo, palmito, pimientos rojo y verde, puerro, rabanito, radicheta, repollos, repollitos de bruselas, remolacha, tomate, zanahoria y zapallitos
· Las carnes
· Los huevos
· Los quesos
· La sustancias grasas: aceite, manteca, margarina, mayonesa
· Los líquidos: agua, soda, jugos o gaseosas dietéticas, amargos dietéticos, infusiones con edulcorantes, caldos
· Las verduras: acelga, achicoria, ajo, alcaucil, apio, berenjena, berro, brócoli, cardo, cebolla de verdeo, coliflor, chauchas, escarola, espárragos, espinaca, hinojo, hongos, lechuga, nabo, palmito, pimientos rojo y verde, puerro, rabanito, radicheta, repollos, repollitos de bruselas, remolacha, tomate, zanahoria y zapallitos
· Las carnes
· Los huevos
· Los quesos
· La sustancias grasas: aceite, manteca, margarina, mayonesa
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