(La Política OnLine). En un encuentro en Tres de Febrero analizaron que el titular del peronismo bonaerense no puso demasiada resistencia al salvavidas de plomo que les puso el ex presidente con la reforma política en la provincia que unificó las internas abiertas y simultáneas locales con las nacionales. La estrategia de los jefes municipales para suspender la ley en 2011.
Los intendentes de la Primera Sección electoral de la provincia de Buenos Aires están furiosos con Néstor Kirchner, pero más aún con Alberto Balestrini. Con la reforma política que se terminó sancionando en la Legislatura local quedaron prisioneros a la suerte del ex presidente en distritos donde apenas tiene una intención de voto del 15%.
Por la intervención de Kirchner, la ley que impulsaba el propio Balestrini quedó dinamitada. Y con la explosión se fueron dos artículos claves para los municipios de la sección, el desdoblamiento de las elecciones provinciales de las nacionales y el aumento de la cantidad de legisladores que tendrían representándolos en el Parlamento bonaerense.
La iniciativa original, planteaba que la primera sección estaba subrepresentada en la Legislatura y aumentaba de 8 a 9 los senadores que asumían por ella y de 15 a 19 los diputados. Además, establecía que las internas abiertas y obligatorias no se harían en la misma fecha que las que se llevarán a cabo a nivel nacional.
La primera medida les daba a los dirigentes municipales un mayor margen para cerrar listas armando alianzas más fuertes, mientras que la segunda evitaba que los intendentes y sus fuerzas políticas compartieran la boleta con el candidato nacional en 2011. O sea, con Kirchner.
Es que el ahora diputado nacional tiene muy mala imagen y peor intención de voto en algunas secciones. En la Primera, donde se encuentran los municipios de Vicente López, San Isidro, San Fernando, Tigre, San Martín y Morón, el electorado es similar al de Capital Federal, el rechazo al ex presidente es de más del 80%.
La idea del peronismo bonaerense, con Balestrini a la cabeza, era despegarse lo más posible de Kirchner. Pero enterado de esta picardía, con un llamado de última hora, el ex mandatario hizo dar marcha atrás a las aspiraciones de la provincia de desdoblar las internas. Y el oficialismo no logró los 2/3 necesarios para modificar la cantidad de legisladores por sección.
Pese a que Balestrini acompañaba en un principio a los intendentes, los jefes municipales creen que no peleó contra Kirchner con todas sus armas para mantener su posición.
En una reunión que tuvieron en el partido de Tres de Febrero el sábado pasado, los principales mandatarios locales analizaban que el vicegobernador no necesita tanto como ellos despegarse de Kirchner. En su distrito, La matanza, el PJ sigue midiendo unos 30 puntos, con o sin el ex presidente. De esta manera, el titular del peronismo bonaerense mantienen su poder como dirigente ineludible para cualquiera que aspire a ser intendente o gobernador.
La estrategia de los intendentes
En esa misma cumbre en Tres de Febrero, los intendentes plantearon una solución momentánea para sacarse el salvavidas de plomo que les puso Kirchner con el aval de Balestrini.
La estrategia es simple. Acordaron no enfrentarse con el ex presidente y esperar al año que viene. Si su figura se mantiene débil y les da la correlación de fuerzas en la Legislatura bonaerense van a sacar una ley que simplemente diga que por esta única vez se deja sin efecto la reforma electoral o que la norma se empieza a aplicar a partir de la siguiente elección.
Los intendentes de la Primera Sección electoral de la provincia de Buenos Aires están furiosos con Néstor Kirchner, pero más aún con Alberto Balestrini. Con la reforma política que se terminó sancionando en la Legislatura local quedaron prisioneros a la suerte del ex presidente en distritos donde apenas tiene una intención de voto del 15%.
Por la intervención de Kirchner, la ley que impulsaba el propio Balestrini quedó dinamitada. Y con la explosión se fueron dos artículos claves para los municipios de la sección, el desdoblamiento de las elecciones provinciales de las nacionales y el aumento de la cantidad de legisladores que tendrían representándolos en el Parlamento bonaerense.
La iniciativa original, planteaba que la primera sección estaba subrepresentada en la Legislatura y aumentaba de 8 a 9 los senadores que asumían por ella y de 15 a 19 los diputados. Además, establecía que las internas abiertas y obligatorias no se harían en la misma fecha que las que se llevarán a cabo a nivel nacional.
La primera medida les daba a los dirigentes municipales un mayor margen para cerrar listas armando alianzas más fuertes, mientras que la segunda evitaba que los intendentes y sus fuerzas políticas compartieran la boleta con el candidato nacional en 2011. O sea, con Kirchner.
Es que el ahora diputado nacional tiene muy mala imagen y peor intención de voto en algunas secciones. En la Primera, donde se encuentran los municipios de Vicente López, San Isidro, San Fernando, Tigre, San Martín y Morón, el electorado es similar al de Capital Federal, el rechazo al ex presidente es de más del 80%.
La idea del peronismo bonaerense, con Balestrini a la cabeza, era despegarse lo más posible de Kirchner. Pero enterado de esta picardía, con un llamado de última hora, el ex mandatario hizo dar marcha atrás a las aspiraciones de la provincia de desdoblar las internas. Y el oficialismo no logró los 2/3 necesarios para modificar la cantidad de legisladores por sección.
Pese a que Balestrini acompañaba en un principio a los intendentes, los jefes municipales creen que no peleó contra Kirchner con todas sus armas para mantener su posición.
En una reunión que tuvieron en el partido de Tres de Febrero el sábado pasado, los principales mandatarios locales analizaban que el vicegobernador no necesita tanto como ellos despegarse de Kirchner. En su distrito, La matanza, el PJ sigue midiendo unos 30 puntos, con o sin el ex presidente. De esta manera, el titular del peronismo bonaerense mantienen su poder como dirigente ineludible para cualquiera que aspire a ser intendente o gobernador.
La estrategia de los intendentes
En esa misma cumbre en Tres de Febrero, los intendentes plantearon una solución momentánea para sacarse el salvavidas de plomo que les puso Kirchner con el aval de Balestrini.
La estrategia es simple. Acordaron no enfrentarse con el ex presidente y esperar al año que viene. Si su figura se mantiene débil y les da la correlación de fuerzas en la Legislatura bonaerense van a sacar una ley que simplemente diga que por esta única vez se deja sin efecto la reforma electoral o que la norma se empieza a aplicar a partir de la siguiente elección.
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