(La Política Online). Es el ex diputado Pablo Garate, presidente del PJ de Tres Arroyos, quien se declaró enemigo de Kirchner luego de que no lograra renovar su banca por sus desencuentros con el diputado Carlos “Cuto” Moreno, coterráneo suyo e íntimo del patagónico. En diciembre rechazó ocupar un cargo en Arba, coqueteó con Duhalde y ahora Scioli le ofreció un lugar en el Ministerio de Justicia y Seguridad.
En su afán por sumar aliados que apoyen su reelección, para la que todavía no cuenta con la venia total del Néstor Kirchner, Daniel Scioli no ahonda demasiado en el pasado más reciente de sus eventuales aliados.
La muestra es que le ofreció un lugar en el Ministerio de Seguridad a Pablo Garate, presidente del PJ de Tres Arroyos, donde mantiene una dura interna con el diputado Carlos “Cuto” Moreno, uno de los más leales a Néstor Kirchner y de los mayores defensores de las políticas del Gobierno en el Congreso.
No conforme con los nombres en danza, en 2008 el “Cuto” se abrió de la interna del PJ de Tres Arroyos, donde hubo cuatro candidatos y un triunfador sorpresivo como Garate, con pasado en el Frente Grande.
La suerte estaba de su lado: a los pocos meses asumió como diputado ante la muerte de Gerardo Rattero, quien le había antecedido en la lista del Frente para la Victoria del 2005.
Pero el Cuto no se le haría fácil y lo marginó de la lista del año pasado y su paso por la Legislatura terminó el 10 de diciembre. Durante la campaña, Moreno le demostró su bronca cuando ni siquiera le reservó un lugar en el escenario cuando Néstor Kirchner visitó Tres Arroyos.
Garate terminó el año de la peor manera: el gobernador Daniel Scioli vetó la excepción a Tres Arroyos del aumento del impuesto inmobiliario rural, gestionada por el legislador de esas tierras.
El último desaire que le propicio el Cuto fue el pasado 2 de mayo, cuando se negó a asistir a la inaugración de la reformada sede del PJ, donde tampoco asistió el senador provincial Roberto Fernández, trearroyense y ahijado político del diputado nacional.
"Hubiéramos querido que el compañero (senador provincial) Roberto Fernández y el diputado nacional Carlos Moreno nos acompañaran en esta ocasión, porque son parte del peronismo y, a pesar de tener diferencias, queremos estar todos juntos", se lamentó ese día, ante la presencia de invitados locales y del intendente de La Plata Pablo Bruera.
Que vengan todos
Rencoroso, en diciembre Garate rechazó un cargo en Arba y se recluyó en su estudio de abogados de Tres Arroyos. Pronto lo convirtió en un búnker antikirchnerista: desde allí mantuvo contactos con Eduardo Duhalde y comenzó a figurarse como dirigente del PJ disidente.
En Tres Arroyos gobierna el vecinalista Carlos Sánchez, quien se diferencia de todas las fuerzas mayoritarias hasta el punto de que no tiene reparos en dejar su boleta suelta en el cuarto oscuro.
Scioli intentó varias veces sumarlo a las filas K sin éxito alguno. El último rechazo explícito fue reciente, cuando desde la Gobernación fogonearon la posibilidad de sumar vecinalistas al Frente para la Victoria. Por las dudas, Sánchez pidió que no contaran con él.
Frustrado, el gobernador respondió ofreciéndole a Garate un cargo en el flamante Ministerio de Justicia y Seguridad que conduce Ricardo Casal. El buscado tresarroyense atendió el teléfono desde Miami, donde se encontraba de descanso, y quedó en responder. Quizá no falte mucho para que llegue a la Gobernación un telefonazo de Olivos.
En su afán por sumar aliados que apoyen su reelección, para la que todavía no cuenta con la venia total del Néstor Kirchner, Daniel Scioli no ahonda demasiado en el pasado más reciente de sus eventuales aliados.
La muestra es que le ofreció un lugar en el Ministerio de Seguridad a Pablo Garate, presidente del PJ de Tres Arroyos, donde mantiene una dura interna con el diputado Carlos “Cuto” Moreno, uno de los más leales a Néstor Kirchner y de los mayores defensores de las políticas del Gobierno en el Congreso.
No conforme con los nombres en danza, en 2008 el “Cuto” se abrió de la interna del PJ de Tres Arroyos, donde hubo cuatro candidatos y un triunfador sorpresivo como Garate, con pasado en el Frente Grande.
La suerte estaba de su lado: a los pocos meses asumió como diputado ante la muerte de Gerardo Rattero, quien le había antecedido en la lista del Frente para la Victoria del 2005.
Pero el Cuto no se le haría fácil y lo marginó de la lista del año pasado y su paso por la Legislatura terminó el 10 de diciembre. Durante la campaña, Moreno le demostró su bronca cuando ni siquiera le reservó un lugar en el escenario cuando Néstor Kirchner visitó Tres Arroyos.
Garate terminó el año de la peor manera: el gobernador Daniel Scioli vetó la excepción a Tres Arroyos del aumento del impuesto inmobiliario rural, gestionada por el legislador de esas tierras.
El último desaire que le propicio el Cuto fue el pasado 2 de mayo, cuando se negó a asistir a la inaugración de la reformada sede del PJ, donde tampoco asistió el senador provincial Roberto Fernández, trearroyense y ahijado político del diputado nacional.
"Hubiéramos querido que el compañero (senador provincial) Roberto Fernández y el diputado nacional Carlos Moreno nos acompañaran en esta ocasión, porque son parte del peronismo y, a pesar de tener diferencias, queremos estar todos juntos", se lamentó ese día, ante la presencia de invitados locales y del intendente de La Plata Pablo Bruera.
Que vengan todos
Rencoroso, en diciembre Garate rechazó un cargo en Arba y se recluyó en su estudio de abogados de Tres Arroyos. Pronto lo convirtió en un búnker antikirchnerista: desde allí mantuvo contactos con Eduardo Duhalde y comenzó a figurarse como dirigente del PJ disidente.
En Tres Arroyos gobierna el vecinalista Carlos Sánchez, quien se diferencia de todas las fuerzas mayoritarias hasta el punto de que no tiene reparos en dejar su boleta suelta en el cuarto oscuro.
Scioli intentó varias veces sumarlo a las filas K sin éxito alguno. El último rechazo explícito fue reciente, cuando desde la Gobernación fogonearon la posibilidad de sumar vecinalistas al Frente para la Victoria. Por las dudas, Sánchez pidió que no contaran con él.
Frustrado, el gobernador respondió ofreciéndole a Garate un cargo en el flamante Ministerio de Justicia y Seguridad que conduce Ricardo Casal. El buscado tresarroyense atendió el teléfono desde Miami, donde se encontraba de descanso, y quedó en responder. Quizá no falte mucho para que llegue a la Gobernación un telefonazo de Olivos.
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