(La Política OnLine). Observan un buen momento de la economía argentina y les preocupa que la oposición no logra armarse para garantizar la gobernabilidad si ganan las elecciones de 2011. Así lo confesaron ante el asombro de Biolcati en la reunión que tuvo el G-7 en La Rural la semana pasada y en estos días lo reconocen en los pasillos del pre-coloquio de IDEA que se realiza en Rosario.
En los últimos días, los empresarios comenzaron a observar a los Kirchner como el mal menor o necesario, según se mire. Una vez más, el peronismo que ahora lidera el ex presidente, ofrece un único activo pero insoslayable: gobernabilidad.
Entre numerosos empresarios empieza a prevalecer un cálculo muy concreto sobre las preferencias ideológicas o hasta de estilos personales: reconocen que a nivel económico la Argentina está pasando por un buen momento en términos de actividad; pero sobre todo no ven en la oposición un trabajo consistente para tomar las riendas del país, con la complejidad actual.
Por otro lado, desde la mirada empresaria no entienden como la oposición que supuestamente va a gobernar, por el radicalismo, impulsa medidas que pueden desfinanciar el Estado -como la combinanción de suba jubilatoria y baja de retenciones-; mientras que los Kirchner que supuestamente se están despidiendo del poder, cuidan la caja como si fueran a quedarse cuatro años más.
Algo de esto se habló en el Pre-Coloquio de IDEA que se lleva a cabo en la ciudad santafesina de Rosario. El propio presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, pudo palpar ese clima durante el almuerzo que compartió el lunes en el restaurant central del predio de Palermo, con importantes referentes empresarios como Jorge Brito, Héctor Méndez, Carlos Wagner, Eduardo de la Vega, entre otros.
También se lo hicieron saber al senador mendocino Ernesto Sanz, en una incómoda charla que tuvieron la semana pasada.
En Idea, el escenario macro económico fue pintado por Ricardo Arriazu, para quien el fuerte crecimiento del PBI se basa en una excelente cosecha y en los precios internacionales, así como en el freno a la salida de los capitales y a los impulsos fiscales. Para el economista, el año próximo se seguirá creciendo aunque a menores tasas que las actuales y habrá que mirar con atención la evolución de las reservas y el tipo de cambio.
Según su visión, la tormenta se desatará en 2012, cuando habrá que pagar la fiesta. Por este motivo, su consejo a los empresarios que lo escucharon atentamente fue “no invertir para incrementar la capacidad de producción”. Es decir, les explicó las razones del buen marco actual, pero pronosticó nubarrones para los próximos tiempos.
Pero no todos los ejecutivos estuvieron de acuerdo en el consejo de Arriazu. Según el diario El Cronista, varios coincidieron en sostener que depende de cada sector, aunque hubo unanimidad en admitir que de todos modos, la incertidumbre política hace que los planes de inversiones sean “moderados” y que estén condicionados por los resultados de las presidenciales de 2011. Un diagnóstico que no necesariamente hay que interpretar en contra de los Kirchner.
“La mayoría de las empresas aprovecha el buen momento y piensa en invertir más, aunque es cierto que existe cierta cautela que proviene de la proximidad de la campaña electoral”, sostuvo Gustavo Ripoll, presidente de IDEA y gerente General de Dell.
El ejecutivo resumió de alguna manera el ánimo del resto de sus colegas presentes en este encuentro y agregó que la postal también se complementa con preocupaciones “porque no se disparen los salarios y por la falta de crédito para producir más”.
Y es allí donde no ven a los Kirchner como el mal menor. Es que la oposición no demostró hasta ahora que esté preparada para lidiar con actores como Hugo Moyano o las organizaciones de piqueteros, por poner dos casos bien gráficos que pueden presionar sobre la suba de salarios y el gasto.
La reunión que sorprendió a Biolcati
El lunes, se reunieron los principales dirigentes de establishment económico en La Rural. Reeditando lo que fue el G-7, el presidente de la SRA, Hugo Biolcati mantuvo un interesante almuerzo con Jorge Brito de la Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino (ADEBA), Carlos de la Vega de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Carlos Wagner de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), Héctor Méndez de la Unión Industrial Argentina (UIA), Adelmo Gabbi de la Bolsa de Comercio.
Allí se sorprendió al no encontrar eco para conformar una oposición dura contra el Gobierno y un lineamiento con la oposición de cara a las elecciones presidenciales de 2011.
Desencajado escuchó cómo sus invitados coincidieron en que en muchos sectores del poder económico avalan la idea de que los Kirchner ganen los próximos comicios, frente a la carencia de proyectos alternativos viables.
Esa opinión es la que se mantiene principalmente en el mundo de las finanzas, en toda la industria de construcción (pata fuerte del modelo económico kirchnerista) y en varios empresarios de la UIA.
Mal momento para Sanz
Biolcati no fue el único sorprendido. La semana pasada, el senador radical por Mendoza, Ernesto Sanz, mantuvo una incómoda conversación con algunos empresarios.
El legislador con buena llegada al sector tuvo que argumentar el impulso que su partido le estaba dando al ajuste de las jubilaciones al 82% móvil y la baja de las retenciones
Es que en el razonamiento empresario, lo que ven es una idea similar a la que pregonaba la frustrada Alianza en la campaña de 1999, bajar impuesto y aumentar gasto. Las cuentas de la oposición por ahora no parecen cerrarle a los empresarios.
En los últimos días, los empresarios comenzaron a observar a los Kirchner como el mal menor o necesario, según se mire. Una vez más, el peronismo que ahora lidera el ex presidente, ofrece un único activo pero insoslayable: gobernabilidad.
Entre numerosos empresarios empieza a prevalecer un cálculo muy concreto sobre las preferencias ideológicas o hasta de estilos personales: reconocen que a nivel económico la Argentina está pasando por un buen momento en términos de actividad; pero sobre todo no ven en la oposición un trabajo consistente para tomar las riendas del país, con la complejidad actual.
Por otro lado, desde la mirada empresaria no entienden como la oposición que supuestamente va a gobernar, por el radicalismo, impulsa medidas que pueden desfinanciar el Estado -como la combinanción de suba jubilatoria y baja de retenciones-; mientras que los Kirchner que supuestamente se están despidiendo del poder, cuidan la caja como si fueran a quedarse cuatro años más.
Algo de esto se habló en el Pre-Coloquio de IDEA que se lleva a cabo en la ciudad santafesina de Rosario. El propio presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, pudo palpar ese clima durante el almuerzo que compartió el lunes en el restaurant central del predio de Palermo, con importantes referentes empresarios como Jorge Brito, Héctor Méndez, Carlos Wagner, Eduardo de la Vega, entre otros.
También se lo hicieron saber al senador mendocino Ernesto Sanz, en una incómoda charla que tuvieron la semana pasada.
En Idea, el escenario macro económico fue pintado por Ricardo Arriazu, para quien el fuerte crecimiento del PBI se basa en una excelente cosecha y en los precios internacionales, así como en el freno a la salida de los capitales y a los impulsos fiscales. Para el economista, el año próximo se seguirá creciendo aunque a menores tasas que las actuales y habrá que mirar con atención la evolución de las reservas y el tipo de cambio.
Según su visión, la tormenta se desatará en 2012, cuando habrá que pagar la fiesta. Por este motivo, su consejo a los empresarios que lo escucharon atentamente fue “no invertir para incrementar la capacidad de producción”. Es decir, les explicó las razones del buen marco actual, pero pronosticó nubarrones para los próximos tiempos.
Pero no todos los ejecutivos estuvieron de acuerdo en el consejo de Arriazu. Según el diario El Cronista, varios coincidieron en sostener que depende de cada sector, aunque hubo unanimidad en admitir que de todos modos, la incertidumbre política hace que los planes de inversiones sean “moderados” y que estén condicionados por los resultados de las presidenciales de 2011. Un diagnóstico que no necesariamente hay que interpretar en contra de los Kirchner.
“La mayoría de las empresas aprovecha el buen momento y piensa en invertir más, aunque es cierto que existe cierta cautela que proviene de la proximidad de la campaña electoral”, sostuvo Gustavo Ripoll, presidente de IDEA y gerente General de Dell.
El ejecutivo resumió de alguna manera el ánimo del resto de sus colegas presentes en este encuentro y agregó que la postal también se complementa con preocupaciones “porque no se disparen los salarios y por la falta de crédito para producir más”.
Y es allí donde no ven a los Kirchner como el mal menor. Es que la oposición no demostró hasta ahora que esté preparada para lidiar con actores como Hugo Moyano o las organizaciones de piqueteros, por poner dos casos bien gráficos que pueden presionar sobre la suba de salarios y el gasto.
La reunión que sorprendió a Biolcati
El lunes, se reunieron los principales dirigentes de establishment económico en La Rural. Reeditando lo que fue el G-7, el presidente de la SRA, Hugo Biolcati mantuvo un interesante almuerzo con Jorge Brito de la Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino (ADEBA), Carlos de la Vega de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Carlos Wagner de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), Héctor Méndez de la Unión Industrial Argentina (UIA), Adelmo Gabbi de la Bolsa de Comercio.
Allí se sorprendió al no encontrar eco para conformar una oposición dura contra el Gobierno y un lineamiento con la oposición de cara a las elecciones presidenciales de 2011.
Desencajado escuchó cómo sus invitados coincidieron en que en muchos sectores del poder económico avalan la idea de que los Kirchner ganen los próximos comicios, frente a la carencia de proyectos alternativos viables.
Esa opinión es la que se mantiene principalmente en el mundo de las finanzas, en toda la industria de construcción (pata fuerte del modelo económico kirchnerista) y en varios empresarios de la UIA.
Mal momento para Sanz
Biolcati no fue el único sorprendido. La semana pasada, el senador radical por Mendoza, Ernesto Sanz, mantuvo una incómoda conversación con algunos empresarios.
El legislador con buena llegada al sector tuvo que argumentar el impulso que su partido le estaba dando al ajuste de las jubilaciones al 82% móvil y la baja de las retenciones
Es que en el razonamiento empresario, lo que ven es una idea similar a la que pregonaba la frustrada Alianza en la campaña de 1999, bajar impuesto y aumentar gasto. Las cuentas de la oposición por ahora no parecen cerrarle a los empresarios.
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