(Diario Hoy.net). En el Conurbano y el interior bonaerense, distintos jefes comunales están marcando la cancha en la interna peronista. Las peleas políticas en los distritos de Lomas de Zamora, San Miguel y General Villegas son casos emblemáticos
La Porta vs De la Torre
San Miguel: una pelea local con repercusión provincial
Tal vez fue un error que el gobernador dejó pasar, pero que puede salirle caro. El diputado provincial Franco La Porta, aún en el Frente para la Victoria-PJ y nada menos que el presidente de la comisión de Presupuesto, acrecienta día a día su disputa con Joaquín De la Torre, intendente de San Miguel, todavía con amparo de la Gobernación y la Casa Rosada.
La Porta no trasladó su guerra local a las pujas por candidaturas provinciales y nacionales, pero la hace sentir en la Cámara de Diputados, donde sus discusiones con las autoridades del bloque no cesan. No es para menos: el hombre de San Miguel es quizás el único de los 37 que no tiene ni siquiera una puerta abierta en el universo K para las elecciones del año que viene.
Así lo hizo saber en el bloque el año pasado, cuando desde la Gobernación presionaron hasta el hartazgo para modificar el régimen impositivo para los puertos, una idea de los recaudadores sciolistas para asegurarse más fondos en un tramo final de la gestión con un Parlamento en minoría.
Quizá para acallarlo, al momento de repartir comisiones a La Porta nadie le tocó la estratégica de presupuesto, por donde pasa la información que garantiza el funcionamiento de la Provincia. Pero su situación política no mejoró: De la Torre, su enemigo, sigue con la puerta abierta en los despachos de Nación y Provincia.
Por si fuera poco, en los últimos meses el intendente frecuentó más seguido a vecinos de peso como Jesús Cariglino (Malvinas Argentinas) y Mario Ishii (José C. Paz), estrategia para sumar aliados en la región y despojar a los díscolos. A La Porta le sería difícil cruzar ese cerco.
Si la interna del PJ prospera, se descuenta otro ring para La Porta, De la Torre y tal vez Aldo Rico, triunfador en la partidaria de 2008. Pero el problema no está ahí, sino en la Legislatura: si Scioli no cesa en sus gestos de amor a De la Torre, La Porta seguirá revoltoso en su banca con el riesgo de demorar proyectos claves para el Ejecutivo, como la ampliación presupuestaria que comenzará a discutirse estos días. Pero su protagonismo máximo llegará en octubre, cuando comience a discutirse el presupuesto de 2011.
A La Porta le irritó siempre la escasa participación que le dieron en el gobierno, aún a riesgo de que pegara el portazo para ir al PJ disidente. Sin éxito, buscó participación en la Ceamse, que tiene una de sus plantas en San Miguel y desde que llegó Scioli lo comanda Raúl De Elizalde, un histórico colaborador del gobernador, reacio, como siempre, a tomar parte de trifulcas locales.
General Villegas
Alegre, el operador massista en el interior provincial
Tras soportar los embates de canales y radios nacionales por su posición equidistante ante el caso de violación de una vecina de su distrito, el intendente de General Villegas, Gilberto Alegre, reforzó su rol como referente de Sergio Massa en la Cuarta Sección Electoral. Así interrumpió la lealtad que había expresado hasta ahora con el ministro del Interior, Florencio Randazzo, padrino de la mayoría de los intendentes kirchneristas que en 2007 triunfaron en el interior bonaerense.
Alegre ya se había divorciado parcialmente de su padrino un año más tarde, cuando tomó distancia de la Casa Rosada durante la feroz disputa con el campo. Se asoció en esa postura a su ex colega de Carlos Tejedor Emilio Monzó, ahora diputado provincial.
Monzó, también confeso amigo de Massa, hizo público su divorcio de los K y se acercó a De Narváez, a quien hoy representa en sus recorridas por el interior. Alegre prefirió a Massa, que ahora ensaya un impasse con Kirchner, que dio señales de habilitar para una interna a todos los que se animen. En la contienda ya están anotados Scioli, Randazzo y Aníbal Fernández.
A diferencia de Massa, los ministros son más cautos. Esperarán al año que viene para oficializar sus candidaturas ante la dirigencia, por si antes no hay una contraorden de Olivos. En este lapso, todo lo harán por los medios.
Si nada cambia, Alegre será el más careado por Randazzo, que lo obligará a elegir entre su viejo padrino o su joven referente. La interna definirá al candidato, por lo que en esa elección no será bueno equivocarse.
Martín Insaurralde, el lomense K
Hace dos años, Martín Insaurralde ganaba repercusión como un revoltoso subalterno del entonces intendente de Lomas de Zamora, Jorge Rossi, de quien era secretario de Gobierno.
El joven funcionario había acompañado al jefe comunal hasta su llegada a la intendencia, en aquel movido 2003, y mantenía una relación oscilante con el presidente del Concejo Deliberante, Santiago Carasatorre.
Rossi venía de poner el cuerpo a la resistencia de Eduardo Duhalde en 2005, cuando puso toda la carne al asador para sostener su poder en la Provincia, ante la dura embestida de Néstor Kirchner; y de conseguir su reelección con menos del 17% de los votos, enfrentando a cuatro listas oficiales y a una convocante Coalición Cívica.
Pero en Lomas de Zamora la política siempre fue una industria en sí misma y todo puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Ahora, Insaurralde es el intendente del distrito tras su llegada al Concejo y la renuncia de Rossi. También es una de las figuras de la nueva generación de jóvenes K, en quienes Néstor Kirchner pone muchas fichas para 2011.
La foto que Insaurralde se tomó en Mar del Plata con (el ministro de Economía) Amado Boudou y (el director de la Anses) Diego Bossio lo catapultó entre la predilecta juventud kirchnerista. El ex presidente quiere sumar sub 40 a las listas y acompaña.
En este escenario, Insaurralde encajó justo y, como tantos por estos días, percibió la mejoría de la imagen del Gobierno nacional para desviar su militancia hacia esas filas.
Boudou y Bossio, que acompañan seguido a Kirchner en cada una de sus presentaciones, son el emblema de la renovación que Kirchner impone, y contrapone, a su vez, a la longevidad que predomina entre sus adversarios. Y lo expresó cuando levantó la organización de concejales o presentó a la Gestar, el nuevo centro de capacitación del PJ.
En 2011, Insurralde deberá enfrentar a un rival “de peso”, pero de bajas performances electorales: Fernando “Chino” Navarro, el diputado provincial y segundo del Movimiento Evita, quinto en la elección de 2007. También tiene aspiraciones en Lomas el titular de la Autoridad Federal de Aplicación de Servicios de Comunicación Audiovisual, Gabriel Mariotto, uno de los pocos que tuvieron una lista colectora K en 2007.
Y entre los díscolos, tiene enfrente a Gustavo Ferri, el diputado provincial y yerno de Duhalde, y Osvaldo Mércuri, que impulsa a su hijo Gabriel como posible postulante a la jefatura comunal.
La Porta vs De la Torre
San Miguel: una pelea local con repercusión provincial
Tal vez fue un error que el gobernador dejó pasar, pero que puede salirle caro. El diputado provincial Franco La Porta, aún en el Frente para la Victoria-PJ y nada menos que el presidente de la comisión de Presupuesto, acrecienta día a día su disputa con Joaquín De la Torre, intendente de San Miguel, todavía con amparo de la Gobernación y la Casa Rosada.
La Porta no trasladó su guerra local a las pujas por candidaturas provinciales y nacionales, pero la hace sentir en la Cámara de Diputados, donde sus discusiones con las autoridades del bloque no cesan. No es para menos: el hombre de San Miguel es quizás el único de los 37 que no tiene ni siquiera una puerta abierta en el universo K para las elecciones del año que viene.
Así lo hizo saber en el bloque el año pasado, cuando desde la Gobernación presionaron hasta el hartazgo para modificar el régimen impositivo para los puertos, una idea de los recaudadores sciolistas para asegurarse más fondos en un tramo final de la gestión con un Parlamento en minoría.
Quizá para acallarlo, al momento de repartir comisiones a La Porta nadie le tocó la estratégica de presupuesto, por donde pasa la información que garantiza el funcionamiento de la Provincia. Pero su situación política no mejoró: De la Torre, su enemigo, sigue con la puerta abierta en los despachos de Nación y Provincia.
Por si fuera poco, en los últimos meses el intendente frecuentó más seguido a vecinos de peso como Jesús Cariglino (Malvinas Argentinas) y Mario Ishii (José C. Paz), estrategia para sumar aliados en la región y despojar a los díscolos. A La Porta le sería difícil cruzar ese cerco.
Si la interna del PJ prospera, se descuenta otro ring para La Porta, De la Torre y tal vez Aldo Rico, triunfador en la partidaria de 2008. Pero el problema no está ahí, sino en la Legislatura: si Scioli no cesa en sus gestos de amor a De la Torre, La Porta seguirá revoltoso en su banca con el riesgo de demorar proyectos claves para el Ejecutivo, como la ampliación presupuestaria que comenzará a discutirse estos días. Pero su protagonismo máximo llegará en octubre, cuando comience a discutirse el presupuesto de 2011.
A La Porta le irritó siempre la escasa participación que le dieron en el gobierno, aún a riesgo de que pegara el portazo para ir al PJ disidente. Sin éxito, buscó participación en la Ceamse, que tiene una de sus plantas en San Miguel y desde que llegó Scioli lo comanda Raúl De Elizalde, un histórico colaborador del gobernador, reacio, como siempre, a tomar parte de trifulcas locales.
General Villegas
Alegre, el operador massista en el interior provincial
Tras soportar los embates de canales y radios nacionales por su posición equidistante ante el caso de violación de una vecina de su distrito, el intendente de General Villegas, Gilberto Alegre, reforzó su rol como referente de Sergio Massa en la Cuarta Sección Electoral. Así interrumpió la lealtad que había expresado hasta ahora con el ministro del Interior, Florencio Randazzo, padrino de la mayoría de los intendentes kirchneristas que en 2007 triunfaron en el interior bonaerense.
Alegre ya se había divorciado parcialmente de su padrino un año más tarde, cuando tomó distancia de la Casa Rosada durante la feroz disputa con el campo. Se asoció en esa postura a su ex colega de Carlos Tejedor Emilio Monzó, ahora diputado provincial.
Monzó, también confeso amigo de Massa, hizo público su divorcio de los K y se acercó a De Narváez, a quien hoy representa en sus recorridas por el interior. Alegre prefirió a Massa, que ahora ensaya un impasse con Kirchner, que dio señales de habilitar para una interna a todos los que se animen. En la contienda ya están anotados Scioli, Randazzo y Aníbal Fernández.
A diferencia de Massa, los ministros son más cautos. Esperarán al año que viene para oficializar sus candidaturas ante la dirigencia, por si antes no hay una contraorden de Olivos. En este lapso, todo lo harán por los medios.
Si nada cambia, Alegre será el más careado por Randazzo, que lo obligará a elegir entre su viejo padrino o su joven referente. La interna definirá al candidato, por lo que en esa elección no será bueno equivocarse.
Martín Insaurralde, el lomense K
Hace dos años, Martín Insaurralde ganaba repercusión como un revoltoso subalterno del entonces intendente de Lomas de Zamora, Jorge Rossi, de quien era secretario de Gobierno.
El joven funcionario había acompañado al jefe comunal hasta su llegada a la intendencia, en aquel movido 2003, y mantenía una relación oscilante con el presidente del Concejo Deliberante, Santiago Carasatorre.
Rossi venía de poner el cuerpo a la resistencia de Eduardo Duhalde en 2005, cuando puso toda la carne al asador para sostener su poder en la Provincia, ante la dura embestida de Néstor Kirchner; y de conseguir su reelección con menos del 17% de los votos, enfrentando a cuatro listas oficiales y a una convocante Coalición Cívica.
Pero en Lomas de Zamora la política siempre fue una industria en sí misma y todo puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Ahora, Insaurralde es el intendente del distrito tras su llegada al Concejo y la renuncia de Rossi. También es una de las figuras de la nueva generación de jóvenes K, en quienes Néstor Kirchner pone muchas fichas para 2011.
La foto que Insaurralde se tomó en Mar del Plata con (el ministro de Economía) Amado Boudou y (el director de la Anses) Diego Bossio lo catapultó entre la predilecta juventud kirchnerista. El ex presidente quiere sumar sub 40 a las listas y acompaña.
En este escenario, Insaurralde encajó justo y, como tantos por estos días, percibió la mejoría de la imagen del Gobierno nacional para desviar su militancia hacia esas filas.
Boudou y Bossio, que acompañan seguido a Kirchner en cada una de sus presentaciones, son el emblema de la renovación que Kirchner impone, y contrapone, a su vez, a la longevidad que predomina entre sus adversarios. Y lo expresó cuando levantó la organización de concejales o presentó a la Gestar, el nuevo centro de capacitación del PJ.
En 2011, Insurralde deberá enfrentar a un rival “de peso”, pero de bajas performances electorales: Fernando “Chino” Navarro, el diputado provincial y segundo del Movimiento Evita, quinto en la elección de 2007. También tiene aspiraciones en Lomas el titular de la Autoridad Federal de Aplicación de Servicios de Comunicación Audiovisual, Gabriel Mariotto, uno de los pocos que tuvieron una lista colectora K en 2007.
Y entre los díscolos, tiene enfrente a Gustavo Ferri, el diputado provincial y yerno de Duhalde, y Osvaldo Mércuri, que impulsa a su hijo Gabriel como posible postulante a la jefatura comunal.
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