El ex jefe de gabinete comenzó a juntar fondos del sector empresario para lanzar su campaña en territorio porteño. Está convencido de que va a ganar y prepara un discurso muy crítico hacia el kirchnerismo. El ex legislador Diego Kravetz encabeza el armado con su flamante consultora política.
Alberto Fernández no quiere desaparecer de la primera plana política, una empresa que lo obsesionó desde su partida del gobierno de Cristina Kirchner a mediados de 2008.
El ex jefe de gabinete trabaja a fondo en el territorio que siente como su casa: la Capital Federal.
En octubre del año pasado, Fernández reunió a su reducido grupo de hombres de confianza en su estudio y les anunció cuál que su objetivo para 2012 sería preparar la campaña para presentarse en las elecciones del año que viene, en las que espera consagrarse como senador nacional por la Capital.
Alberto está convencido de que va a ganar y ya empezó a hacer lobby en el sector empresario para juntar los fondos que le permitan instalarse en el complejo electorado porteño.
El armado de su campaña está a cargo del ex legislador Diego Kravetz, que luego de partir de la Legislatura porteña armó una consultora política con un par de comunicadores amigos que rodean los treinta años.
El primer cliente de la consultora fue el rabino Sergio Bergman, primer legislador del PRO en las listas de 2011.
Ese detalle encaja con el discurso muy crítico hacia el kirchnerismo que prepara el albertismo.
En este contexto, la gran duda es el sello que elegirá Alberto para competir, que no es un dato menor puesto que el ex jefe de gabinete tendrá que pelear con ambos gobiernos, el de Mauricio Macri y el de Cristina Kirchner.
Alberto Fernández no quiere desaparecer de la primera plana política, una empresa que lo obsesionó desde su partida del gobierno de Cristina Kirchner a mediados de 2008.
El ex jefe de gabinete trabaja a fondo en el territorio que siente como su casa: la Capital Federal.
En octubre del año pasado, Fernández reunió a su reducido grupo de hombres de confianza en su estudio y les anunció cuál que su objetivo para 2012 sería preparar la campaña para presentarse en las elecciones del año que viene, en las que espera consagrarse como senador nacional por la Capital.
Alberto está convencido de que va a ganar y ya empezó a hacer lobby en el sector empresario para juntar los fondos que le permitan instalarse en el complejo electorado porteño.
El armado de su campaña está a cargo del ex legislador Diego Kravetz, que luego de partir de la Legislatura porteña armó una consultora política con un par de comunicadores amigos que rodean los treinta años.
El primer cliente de la consultora fue el rabino Sergio Bergman, primer legislador del PRO en las listas de 2011.
Ese detalle encaja con el discurso muy crítico hacia el kirchnerismo que prepara el albertismo.
En este contexto, la gran duda es el sello que elegirá Alberto para competir, que no es un dato menor puesto que el ex jefe de gabinete tendrá que pelear con ambos gobiernos, el de Mauricio Macri y el de Cristina Kirchner.
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