(De la edición gráfica Nº 593 de Punto Cero del mes de abril de 2020). De donde viene, hacia donde va. ¿Cuánto tiempo va a durar este mal? ¿A quien va atacar? Cuántos van a morir? Y los que queden ¿Cómo van a sobrevivir?
Hace miles de años cuando los judíos quisieron dejar de ser esclavos de los egipcios se hicieron estas mismas preguntas, no todos creyeron que podría ser cierto que existía la libertad, nadie sabia cual era el precio de ella, por eso algunos prefirieron quedarse, otros emprendieron el cruce del desierto. Que fue bravo segun cuenta la historia.
Tal vez ayer como hoy esta situación pone en evidencia todas nuestra flaquezas y virtudes. Miedos, ignorancia, soberbia, fe, Etc.
Como seres humanos estamos frente a un espejo que nos muestra que quizás no somos como creíamos ser.
El planeta, la madre tierra, las otras criaturas que lo habitan se han enojado por nuestro mal trato, nuestra soberbia. Así como nosotros encerramos los animales hoy un diminuto bichito nos ha encerrado a cada cual en el lugar donde nos encontró, algunos en su casa, otros lejos de ella, solos sin medios ni para comer o para un techo; muchas veces olvidados y maltratados.
Pensemos cuantas veces nosotros dejamos de esa manera a nuestros padres, hijos incluso mascotas, creíamos que con un mensaje ya estaba. Nos olvidamos también de nosotros mismos
Y hoy encerrados nos damos cuenta que muchos no reconocemos ni a nuestros hijos.
Aquí, dicen los gobernantes, se reacciono a tiempo, en otros paises quizás no y hoy no tiene donde enterrar sus muertos, deben elegir a quien salvar y a quien dejar morir. Ya no existen paises del primer mundo y los otros.
Estamos todos igualados en el mismo lodo
Todos y cada uno a su manera nos estamos haciendo muchas preguntas.
Cuantos seremos los afectados, en la salud, en la economía, en el trabajo, en las relaciones para con los otros incluso para saber cada uno donde esta parado. Ni aquí ni en el mundo hay una respuesta
Nadie sabe ese bichito de donde viene y hacia donde va, a quien prefiere. Hemos caído todos en esta volteada, no se salvan ni ricos ni pobre ni blancos ni amarillos ni negros, ni inteligentes, ni burros, ni buenos ni malos.
Estamos en el horno, solo sabemos que no sabemos nada. Si aprendimos que ninguno estado esta preparado para hacer frente a los graves problemas ni de salud, ni económicos ni cuando la naturaleza estalla.
Solo creen algunos que queda aquello que han disfrutado y conseguido con esfuerzo y tenacidad para sobrellevar estos duros momentos.
Otros nunca se ocuparon de nada , ya que se acostumbraron a que los gobiernos de turno les lleve el plato de comida a la mesa, sopretexto de enojarse y cubrir las calles con su presencia en las grandes ciudades, reclamando sus derechos. Sin cumplir con sus obligaciones, que es la de trabajar para ganarse el pan. Eso fue así hoy y siempre.
Pero no son todos malas noticias, gracias a que los seres humanos no deben salir de sus lugares de cuarentena, el medio ambiente agradecido, los animales que se creían desaparecidos han vuelto a ocupar muchos espacios que le eran propios, el aire es mas puro, los peces en Venecia. Etc.´
El desafío? Recuperar la humildad, recuperar valores, barajar y dar de nuevo. Asumir que somos finitos y que nadie está exento de nada.
Siglo XXI problemático y febril.
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