Los precios de los alimentos en el Gran Buenos Aires registraron en marzo último el incremento más grande desde noviembre de 2019, cuando aún gobernaba Mauricio Macri, y aunque se ubicaron levemente por debajo del nivel general de precios, consolidaron una tendencia ascendente que se sostiene desde noviembre de 2020 con sucesivos incrementos respecto del período anterior. En cuanto a los alimentos que más aumentaron en el GBA, se destacan los productos frescos con bajo nivel de procesamiento, que en general quedan al margen de los programas de control de precios lanzados por el Gobierno.
jueves, mayo 06, 2021
PRECIOS DESCONTROLADOS EN EL CONURBANO: LOS ALIMENTOS FRESCOS SUBIERON HASTA 229% EN UN AÑO
Concretamente, en el GBA los alimentos anotaron una suba del 4,9 por ciento en marzo mientras que en los dos primeros meses del año el incremento había sido de 4 por ciento. En tanto que si se toman los últimos doce meses la suba del índice general de precios fue de 40,4 por ciento y el de alimentos y bebidas en particular fue de 41,2 por ciento. En ese mismo período algunos alimentos registraron subas extraordinarias que superan varias veces esos índices.
Puntalmente los productos frescos, y en espacial frutas y verduras subieron muy por encima del promedio. Por ejemplo, las naranjas en el GBA aumentaron 229 por ciento en un año, y las batatas, manzanas, limones y cebollas subieron entre 128 y 180 por ciento. También la carne registró alzas significativas. El asado, la paleta, la nalga y el cuadril, por caso, registraron incrementos anuales que van del 93 al 73 por ciento.
Los datos surgen de un estudio realizado por el Instituto para el Desarrollo Económico y Social de Buenos Aires (IDESBA) que depende de la CTA de la provincia de Buenos Aires y se concentra en analizar la evolución de los precios de los alimentos en el Gran Buenos Aires. En el trabajo, que lleva por título Los precios de los alimentos en el Gran Buenos Aires: un problema económico y social, se identifican los principales aumentos registrados en el último año y se exploran algunas de las causas y cursos de acción “para tratar de frenar este flagelo”.
Según el trabajo, en la región del Gran Buenos Aires la inflación minorista comenzó a acelerarse desde octubre del año pasado aunque en alimentos la tendencia venía observándose desde agosto, cuando los precios de los alimentos se incrementaron significativamente más que el nivel general, una tendencia que continuó en los primeros meses de este año. Recién en marzo los alimentos estuvieron un poco por debajo del índice general, aunque, como se dijo, batieron el récord de incremento mensual desde noviembre de 2019.
LA ESCALADA DE LOS PRODUCTOS FRESCOS
En cuanto al incremento anual de los alimentos en el GBA el estudio precisa que estuvieron encabezados por frutas y hortalizas (naranja, batata, limón, manzana, cebolla, papa, zapallo) y los cortes de carne vacuna, seguidos por los precios de otros productos frescos como el filet de merluza y el pollo.
“Cabe aclarar que si bien las subas están encabezadas por productos típicamente estacionales (como las frutas), al considerar un período anual este efecto queda descartado”, indica el informe, que luego aclara que “la estacionalidad puede explicar subas repentinas en algunos meses del año, pero no en todo el año”.
El trabajo también destaca que la mayoría de los alimentos que encabezan las subas son productos frescos no procesados. De los diecinueve que aumentaron sus precios más que el promedio del rubro, sólo cuatro no entran en dicha categoría (salame, tomate en conserva, vino y jamón). Esa situación, afirman, provoca consecuencias a nivel de la salud de la población “ya que estos precios relativos promueven una dieta con mayor contenido de productos procesados y envasados (arroz, fideos, harinas) que resultan menos saludables que los productos frescos”.
Si el periodo de análisis se recorta al último cuatrimestre (diciembre-marzo) se destaca el incremento del precio del tomate en el GBA con un alza de 80 por ciento, y la naranja, la lechuga, la cebolla y el filet de merluza, que acumulan subas de entre el 56 y el 27 por ciento. Luego aparecen el queso cremoso, la leche en polvo, el queso sardo, la paleta, el vino y la leche fresca con aumentos del 21 al 26 por ciento.
PRECIOS DESCUIDADOS
A partir de esos datos el informe de IDESBA señala que “a diferencia las frutas, hortalizas y los cortes de carne, se trata de productos procesados en los que en su producción y distribución suelen predominar industrias medianas y grandes”. Además, destaca que en el listado de los productos que más aumentaron en los últimos meses conviven los destinados casi exclusivamente al mercado interno con otros que además se exportan en proporciones considerables, como la carne vacuna, el filet de merluza y el limón, en tanto un solo producto es mayormente importado (banana).
Analizando los productos más afectados por la inflación el trabajo precisa que se trata en la mayoría de los casos de bienes con un nivel de concentración menor en la etapa de producción y en dónde el grado de industrialización es relativamente escaso, con la excepción de los lácteos, cuyos precios vinieron acelerándose en los últimos tres meses.
“Al contrario de lo que suele suponerse, los mayores aumentos de precios no se dieron en los alimentos procesados e industrializados en los cuales tienen un peso decisivo las grandes industrias sino en los productos frescos que generalmente presentan un nivel de concentración de producción y de mercado menor”, analiza el informe en sus conclusiones, y atribuye esas subas a las “mayores dificultades en su comercialización en el marco de la pandemia, a menores niveles de productividad y a que eran productos no contemplados en los distintos programas de acuerdos de precios vigentes (Precios Cuidados, Precios máximos), que, en cambio, involucran mayormente a productos de consumo masivo elaborados por grandes empresas y comercializados por las principales cadenas de supermercados”. (InfoREGION).
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