BUENOS AIRES, Diciembre 15, (PUNTO CERO-La Política OnLine) “Para un peronista no hay nada mejor que otro peronista”, solía decir El General en sus “Veinte verdades”, antes de modificarla ya en el regreso de los 18 años de exilio, cuando volvió como “león herbíboro”, por la más ecuménica consigna de que “Para un argentino no hay nada mejor que otro argentino”.
Ninguna de los dos versiones, la original y la remixada, parecen haber calado en el espíritu del ministro del Interior Aníbal Fernández, quien sin embargo suele hacer gala de su “ortodoxia” peronista, supuestamente forjada en los años duros y no estos de alfombras y presupuestos jugosos.
Lo cierto es que como confirmó Ambito Financiero en sus sabrosas “Charlas de Quincho” de este lunes, el tradicional encuentro que Cafiero solía encabezar en el tradicional salón del Círculo de Oficiales de Gendarmería fue vetado por el Poder Ejecutivo, rompiendo una tradición que se remonta a la presidencia de Carlos Menem y no enfrentó mayores objeciones en los sucesivos gobiernos hasta hoy.
Cafiero y otros peronistas –y no tanto- contaban siempre en sus encuentros con un “invitado especial”, siempre dentro del amplio marco del “movimiento”. Esta elasticidad les permitía a los asistentes, coincidir por ejemplo con “la necesidad de reorganizar el partido de una vez”, cuando el orador era Ramón Puerta, para transitar rápidamente junto a Carlos Kunkel a un efervorizado grito a favor de “apoyar al presidente Kirchner contra los gorilas”.
La sede de Paraguay 970, si bien un poco recargada de mármoles, dorados, maderas relucientes y los habituales helechos, contaba con la inestimable ventaja para bolsillos sensibles como los del bueno de “Antonio” de ofrecer un menú accesible por apenas 6 pesos, con el sobrio pero profesional servicio de los mozos de Gendarmería.Sin embargo, con su paranoia habitual, la Casa Rosada empezó a inquietarse por estos quinchos, que se daban el lujo de invitar a la luz del día a políticos como el ex ministro del Interior Carlos Corach, que como se sabe le hace numerosos favores al actual gobierno, pero claro, se trata de una relación “vergonzante” que no trasciende el ámbito de la clandestinidad.
Lo que más molestaba al parecer al gobierno –coherente con su lógica de enojarse sólo con lo que “trasciende”, es decir que llega al conocimiento del pueblo, o al menos de los periodistas- era que puntualmente lo allí debatido, era luego reflejado en las mencionadas “Charlas de Quincho” de Ambito Financiero.
“!Pero, otra vez salió Gendarmería en Ambito, hay que hacer algo!”, fue la primer frase que escucho el actual titular de esa fuerza, comandante General, Héctor Bernabé Schenone. El hombre un poco incómodo no supo que hacer frente a semejante pedido.
Pero como las presiones fueron in crescendo, finalmente entendió el mensaje y se comunicó con el responsable del Círculo de Oficiales de Gendarmería. El problema es que el titular del Círculo, elegido por el voto de todos los oficiales, era su antecesor en el cargo, el también comandante General, Lázaro Mieres.
Y resultó que Mieres, es uno de esos cada vez más raros hombres que privilegian el sentido común sobre la obsecuencia. “¿Pero cómo los voy a echar, pero si siempre vinieron, además porqué?”. Luego de la imaginable discusión, el bonachón de Mieres cortó por la sano: “Si quieren que los eche que me manden la orden por escrito”.
Y la orden finalmente llegó. Así, muy incómodo, en su próximo encuentro con Cafiero Mieres le mostró casi compungido la orden a Cafiero, según cuenta un abogado cercano al ex senador que suele hablar con algunos periodistas.
“Senador, yo ya no puedo hacer nada, hable usted con el Presidente o con el Ministro”, el dijo Mieres, a un atribulado Cafiero que nunca se imaginó que iba a caer en la ignominia de ser considerado un opositor. (PUNTO CERO-La Política OnLine).
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