MALVINAS ARGENTINAS, Diciembre 12, (PUNTO CERO) El nombre Jorge Hugo Canavesi, tal vez, no suene familiar para quienes no están dentro del mundo del básquet. Sin embargo, fue él quien estuvo a cargo de Pedro Bustos, Hugo del Vecchio, Leopoldo Contarbio, Raúl Pérez Varela, Vito Liva, Oscar Furlong, Roberto Viau, Rúben Menini, Ricardo González, Juan Carlos Uder, Omar Monza, Alberto López, Alberto Lozano, Ignacio Poletti, José Ventura y Jorge Nuré integrantes del equipo argentino de básquet campeón del mundo en 1950, hace exactamente 56 años. Fue un viernes 3 de noviembre, en el Estadio Luna Park cuando Argentina le ganó en la final a Estados Unidos, campeón olímpico y de tradicional prestigio mundial, por 64 tantos a 50. Terminó el campeonato sin haber perdido ningún encuentro pues venció a los cinco participantes restantes del Mundial. En la fase preliminar venció a Francia (56-40) y luego, en la rueda final, triunfó frente a Brasil (40-35), Chile (62-41), nuevamente Francia (66-41) y Egipto (68-33). Esa noche quedó inmortalizada como "La noche de las antorchas" porque toda la gente salió del estadio prendiendo fuego los diarios. Sin embargo, ese acontecimiento deportivo pudo concretarse en el país gracias a la grata impresión que dejó Argentina en los Juegos Olímpicos de Londres 1948. Allí, a pesar de quedar el puesto número 15, el conjunto nacional pierde con Estados Unidos apenas por un doble y el encuentro finaliza 55 a 57.
Pero cuando alguien trata de definir a Jorge Canavesi hay palabras que se repiten constantemente: docente, maestro, pasión, tenacidad, metas claras, son algunas de ellas. Porque es tal el aporte que él le ha hecho al básquet nacional que es reconocido de norte a sur, en todo el país.
Su nombre resuena en cada rincón a base de esfuerzo, empeño y dedicación. Porque luego de consagrarse Campeón del Mundo, ni Canavesi ni su equipo bajaron los brazos y las recompensas continuaron, dándole paso a la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de 1951, en Buenos Aires, y 1955, en México; del cuarto puesto en los Juegos Olímpicos de 1952, en Helsinki, entre otros destacables logros.
La parte triste
Pero no todas fueron rosas en la vida de este director técnico. Pues la caída del presidente Juan Domingo Perón le significó Jorge Canavesi y todos los jugadores campeones del mundo el mote de profesionales. Pues el General les regaló por el título mundial una orden a cada uno para importar un auto. Pero había que pagarlo, ellos tan solo estaban exentos de pagar el impuesto. Sin embargo, los que estuvieron en el momento de máximo apogeo del básquet eran los mismos que más tarde les daban la espalda y los tildaban de profesionales. Fue una traición que le dolió en lo más profundo, entonces decidió irse al sur con su mujer Margarita.
La vida en el sur
Hasta allí llegó Canavesi fines de la década del '50 como inspector general de educación física de la Región Patagónica. Iba precedido por la fama de haber sido el entrenador y técnico de la Selección Argentina de Básquetbol, campeona mundial en el año 50. Inmediatamente se constituyó en propulsor del básquet y además desarrolló una intensa y fecunda actividad docente. Fue técnico del único equipo local de básquetbol que logró ser, nada más y nada menos, que campeón provincial, con una camada de jugadores que durante años fueron referentes del básquetbol barilochense.
Deporte y Turismo
Pero no sólo de deporte vive el hombre, en consecuencia, fue pionero en la actividad turística de campings ya que puso en funcionamiento uno de los primeros de la zona: el Camping Argentino ubicado en el Km. 5.500 de Bustillo en lo que hoy en día es el predio del colegio Suizo. Además, fue de los primero en alojar a los alumnos que realizaban su viajes de estudios.
Se dedicó con gran empeño a impulsar los torneos intercolegiales tanto a nivel local como a niveles provinciales y regionales. Por otra parte, organizó numerosos torneos regionales, que contaban con organizaciones perfectas y que convocaban especialmente a profesores de toda la Patagonia, para que entre ellos haya un gran intercambio y conocimiento que ayudara a la expansión y crecimiento del básquet. Sin embargo, el apogeo de su aporte a la ciudad de Bariloche fue el Centro Nacional de Educación Física Nº 8 (CEF), que entre otros logros, se puede decir que fue la pionera en el desarrollo de la Educación Física y del deporte de Bariloche. Allí, Canavesi pudo lograr que se introduzca el handball, el vóley, el judo, el softbol, el hockey, la gimnasia artística y rítmica, las actividades físicas infantiles y, por último, las colonias de vacaciones. La primera directora del CEF, no fue otra que Margarita Lundberg de Canavesi, esposa de Jorge.
El regreso
Sin embargo, la familia Canavesi debió volver a Buenos Aires para acompañar a su hija, quien debía comenzar sus estudios universitarios, específicamente sociología. Luego de deambular y padecer por algún tiempo, la "locura" de Capital Federal decidieron recalar en Tortuguitas, donde actualmente viven. A pesar de su alejamiento del sur, es tal el afecto y la admiración que se mantiene intacta que a fines de octubre Jorge Canavesi y su mujer han regresado a Bariloche, pues el CEF Nº 8 le brindó un merecido homenaje a ambos.
De nuevo en Buenos Aires, estuvo a cargo de la Dirección Nacional de Educación Física del Ministerio de Educación de la Nación y Director Nacional de Educación Física. Pero hoy, la mayor preocupación de Canavesi son las falencias que ve acerca de la ocupación sana del tiempo libre de los más pequeños. Es por ello, que trabaja y presenta proyectos para que haya trabajos serios en torno al deporte, para que los dirigentes sean concientes "de que el deporte debe ser una política de Estado". Es más, los desatinos se encuentran en el trabajo de base, "faltan escuelitas infantiles, que tengan la infraestructura necesaria y por supuesto constancia" argumenta Canavesi. Una de sus máximas peleas con los dirigentes políticos, se basa en los Torneos Bonaerenses y los recientes Juegos Nacionales Evita. Pues en un par de días se reúne a una numerosa cantidad de jugadores, que luego no hacen nada más. Es decir, no tiene ninguna contención luego de jugar sus correspondientes partidos. Si se le habla de la medalla dorada que alcanzó el equipo nacional integrado Emmanuel Gi-nóbili, Luis Del-fino, Ignacio Sánchez, entre otros en los Juegos Olímpicos de Atenas, Ca-navesi destaca que ese es un logro mucho más importante que el que él ha conseguido en 1950. Sus argumentos son válidos y lo dice desde su experiencia: participó de dos JJ.-OO. y sabe que "son más importantes que un Mundial, porque hay diversas disciplinas y el prestigio internacional que uno adquiere es inigualable". De la misma, manera destaca la labor del DT Ru-bén Magnano "ha sabido integrar a jugadores que se destacan en el extranjero, sabe como tratarlos".
Pura vitalidad
Sus 86 años, no lo detienen, es un hombre con una vitalidad envidiable que se nutre de objetivos, de metas. Es más, realizó un Manual de Operatividad donde se explaya acerca de cómo mancomunar a la escuela con el club de barrio. Como si fuera poco actualmente también desarrolla su actividad como presidente de la Casa del Básquet, una entidad que nuclea a deportistas y entidades, que aspira a llevar adelante un museo de dicho deporte. Canavesi, es sin dudas, un docente de alma con principios inalterables. (PUNTO CERO).
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