En la Provincia de Buenos Aires unos 2.158 pacientes se encuentran inscriptos en lista de espera para recibir un trasplante de riñón, un órgano vital cuyo daño irreversible es frecuente porque suele ser causa de enfermedades prevalentes, como la diabetes o la hipertensión.
Pero además de esos pacientes en espera, otros 3.236 residentes de la Provincia de Buenos Aires se someten a diálisis pero están en proceso de inscripción a la lista de espera porque deben cumplimentar una serie de estudios para determinar si están en condiciones de recibir un trasplante renal.
Para incrementar la disponibilidad de órganos y acelerar la inscripción de los pacientes que se dializan a la lista de espera para un trasplante de riñón, el Ministerio de Salud de la Nación anunció una inversión inicial de 15 millones de pesos, con los que pondrá en marcha el Plan de Desarrollo de Trasplante Renal. De ese monto total, alrededor del 40 por ciento será asignado al Centro Único de Ablación e Implante de la Provincia de Buenos Aires (CUCAIBA), dependiente del ministerio de Salud provincial.
"La idea es que con los 15 millones de pesos de inversión que decidió hacer el Ministerio de Salud de la Nación, más los recursos del Fondo Solidario de Trasplantes con que cuenta el INCUCAI, se pueda conformar un fondo único que vaya a las provincias para el financiamiento de los estudios necesarios para determinar si los pacientes pueden ingresar o no a lista de espera y la compra del equipamiento necesario para que el sector público esté en condiciones de acompañar este proceso”, especificó Mario Koltan, subsecretario de Gestión de Servicios Asistenciales del Ministerio de Salud de la Nación.
Ocurre que no todos los pacientes con insuficiencia renal se encuentran en condiciones de recibir un trasplante, porque en algunos pacientes la combinación de esta patología con otras enfermedades, como cáncer o VIH, deriva en una contraindicación del trasplante porque puede empeorar aún más el estado general del afectado.
Según detalló Alberto Maceira, presidente del Cucaiba, con los fondos que aportará el gobierno nacional, “se espera subir del 20 al 35 por ciento los pacientes en diálisis que ya están incluidos en lista de espera para trasplante”. Asimismo, detalló que en el Cucaiba “esperamos pasar de 12 a 18 donantes de órganos por millón de habitantes para fines del año próximo”.
El Plan de Desarrollo de Trasplante Renal fue consensuado durante la reunión del Consejo Federal de Salud (COFESA), que se realizó en Santiago del Estero el viernes y sábado pasado, y en la que participó el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Alejandro Collia.
Según detallaron especialistas del Ministerio de Salud provincial, se estima que unos dos millones de argentinos padecen algún grado de enfermedad renal pero no lo saben. Ocurre que esta afección puede dañar los riñones gravemente sin dar síntomas hasta etapas avanzadas, cuando ya se requiere diálisis y eventualmente un trasplante de riñón.
Sin embargo, un simple análisis de orina y sangre permite detectar en forma temprana la insuficiencia y evitar que avance hasta destruir la función renal. Los grupos de riesgo para este tipo de afección, entre los que figuran las personas con hipertensión y diabetes, deben someterse en forma periódica a este tipo de controles para recibir un diagnóstico y tratamientos oportunos.
“La presión arterial elevada, muchas veces subestimada por la población, puede ser el primer indicio de enfermedad renal debido a que se produce la acumulación de agua y sal y se altera la producción de una hormona, llamada renina, que regula la presión arterial”, explicó Mónica Calvo, jefa del servicio de Nefrología del hospital provincial Simplemente Evita de La Matanza.
Por otra parte, el exceso de glucemia en sangre, propio de la diabetes, altera la estructura de las arterias, incluso aquellas que irrigan a los riñones. El aliciente es que resulta posible evitar llegar a la fase terminal de la enfermedad renal crónica merced a los controles tempranos y al tratamiento oportuno.
Pero además de esos pacientes en espera, otros 3.236 residentes de la Provincia de Buenos Aires se someten a diálisis pero están en proceso de inscripción a la lista de espera porque deben cumplimentar una serie de estudios para determinar si están en condiciones de recibir un trasplante renal.
Para incrementar la disponibilidad de órganos y acelerar la inscripción de los pacientes que se dializan a la lista de espera para un trasplante de riñón, el Ministerio de Salud de la Nación anunció una inversión inicial de 15 millones de pesos, con los que pondrá en marcha el Plan de Desarrollo de Trasplante Renal. De ese monto total, alrededor del 40 por ciento será asignado al Centro Único de Ablación e Implante de la Provincia de Buenos Aires (CUCAIBA), dependiente del ministerio de Salud provincial.
"La idea es que con los 15 millones de pesos de inversión que decidió hacer el Ministerio de Salud de la Nación, más los recursos del Fondo Solidario de Trasplantes con que cuenta el INCUCAI, se pueda conformar un fondo único que vaya a las provincias para el financiamiento de los estudios necesarios para determinar si los pacientes pueden ingresar o no a lista de espera y la compra del equipamiento necesario para que el sector público esté en condiciones de acompañar este proceso”, especificó Mario Koltan, subsecretario de Gestión de Servicios Asistenciales del Ministerio de Salud de la Nación.
Ocurre que no todos los pacientes con insuficiencia renal se encuentran en condiciones de recibir un trasplante, porque en algunos pacientes la combinación de esta patología con otras enfermedades, como cáncer o VIH, deriva en una contraindicación del trasplante porque puede empeorar aún más el estado general del afectado.
Según detalló Alberto Maceira, presidente del Cucaiba, con los fondos que aportará el gobierno nacional, “se espera subir del 20 al 35 por ciento los pacientes en diálisis que ya están incluidos en lista de espera para trasplante”. Asimismo, detalló que en el Cucaiba “esperamos pasar de 12 a 18 donantes de órganos por millón de habitantes para fines del año próximo”.
El Plan de Desarrollo de Trasplante Renal fue consensuado durante la reunión del Consejo Federal de Salud (COFESA), que se realizó en Santiago del Estero el viernes y sábado pasado, y en la que participó el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Alejandro Collia.
Según detallaron especialistas del Ministerio de Salud provincial, se estima que unos dos millones de argentinos padecen algún grado de enfermedad renal pero no lo saben. Ocurre que esta afección puede dañar los riñones gravemente sin dar síntomas hasta etapas avanzadas, cuando ya se requiere diálisis y eventualmente un trasplante de riñón.
Sin embargo, un simple análisis de orina y sangre permite detectar en forma temprana la insuficiencia y evitar que avance hasta destruir la función renal. Los grupos de riesgo para este tipo de afección, entre los que figuran las personas con hipertensión y diabetes, deben someterse en forma periódica a este tipo de controles para recibir un diagnóstico y tratamientos oportunos.
“La presión arterial elevada, muchas veces subestimada por la población, puede ser el primer indicio de enfermedad renal debido a que se produce la acumulación de agua y sal y se altera la producción de una hormona, llamada renina, que regula la presión arterial”, explicó Mónica Calvo, jefa del servicio de Nefrología del hospital provincial Simplemente Evita de La Matanza.
Por otra parte, el exceso de glucemia en sangre, propio de la diabetes, altera la estructura de las arterias, incluso aquellas que irrigan a los riñones. El aliciente es que resulta posible evitar llegar a la fase terminal de la enfermedad renal crónica merced a los controles tempranos y al tratamiento oportuno.
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