Tras los comicios de 2011, en los que financió campañas propias y ajenas, Francisco De Narváez inició un proceso de ajuste en su estructura política y empresaria. Se desprendió del predio de La Rural y negocia la venta de una compañía de publicidad de vía pública. También desarmó su equipo de comunicación, frenó proyectos de su Fundación y planea su partida de Las Cañitas.
La semana pasada se supo que la concesión del predio de La Rural en Palermo cambiaba sorpresivamente de manos: luego de una década de gestión, Francisco De Narváez anunció su traspaso a Fénix Entertainment Group, una firma especializada en la organización de recitales. Pero esta noticia es sólo una decisión más dentro de un proceso de "ajuste" en el grupo del empresario y político.
"El Colorado" jugó muy fuerte en los comicios de 2011, financiando campañas propias y de aliados, y otros cuatro años como opositor lo habrían convencido de que la "sintonía fina" también le había llegado. "El año pasado puso mucha plata. Ahora no nos está pasando un peso, pero la verdad es que tampoco le estamos pidiendo porque no es un año electoral", admitió uno de sus dirigentes del Conurbano.
"Recuerdo alguna palabra suya en relación a lo comprometido que estaba su patrimonio por formar parte de la oposición. Sus empresas lejos de ser beneficiadas, son asfixiadas. Pero habrá que ver qué hace el año que viene. No sería bueno dejar de invertir en campañas, si lo que quiere es ganar la Provincia", consideró otro de sus hombres bonaerenses.
Lo cierto es que el ajuste comenzó a principios de año, cuando decidió achicar sensiblemente su estructura política del bunker de Las Cañitas. Lo primero que desarmó fue su equipo de comunicación, una mesa redondo integrada por -costosos- profesionales de fuste. Uno de los más reconocidos, el publicista Ramiro Agulla, ya trabaja para el gobernador José Manuel De la Sota.
También frenó la mayoría de los proyectos que había prometido realizar con la Fundación Francisco De Narváez en la Provincia de Buenos Aires. Sus coordinadores, Nicolás Ducote y Diego Valenzuela, dejaron el equipo del diputado nacional.
"No me extraña, es un gastador compulsivo. Se ve que ahora está recogiendo el barrilete", aseguró con ironía un dirigente que suele frecuentarlo.
En las últimas semanas, De Narváez también habría iniciado la venta de otros de sus activos: querría desp4renderse del 40% de las acciones que posee en Clan Comunicación e Imagen, una firma de cartelería de vía pública que adquirió para pagar más baratos los anuncios durante su campaña. Algo que finalmente no sucedió: sus socios le cobraban más caro de lo que conseguía en el mercado.
Estos movimientos se suman a su pérdida de control de la línea editorial del canal de televisión América, luego de algunos cortocircuitos con Daniel Vila y José Luís Manzano. En La Red tampoco tiene incidencia.
Mientras tanto, entre sus allegados crecen los rumores sobre su posible moderación en los aportes para financiar las futuras campañas. Comentan que sólo aceptaría dirigentes que puedan costearse sus propias estructuras. "No quiere ser más el financista de otros dirigentes", explican.
Pero según pudo saber LPO, De Narváez no tiene ninguna dificultad real económica; es su ingeniería financiera la que presenta algunas complicaciones. "El Colorado" tendría cientos de millones de dólares en el exterior, y traerlos al país implicaría un importante costo fiscal por el pago de impuestos.
Además, desde su entorno se quejan de la permanente y exhaustiva fiscalización del Gobierno y, específicamente, de la AFIP, que controla cada uno de sus movimientos. Por eso en los últimos meses habría incrementado las propiedades, empresas y fondos a nombre de sus hijos.
Frente al ahogo de la AFIP, el diputado solía pedir dinero prestado a empresarios cercanos, a los que luego se las devolvía con sus fondos del exterior. Manuel Antelo -dueño de Car One-, su hermana y su tío habrían sido sus principales prestamistas últimamente. Pero la AFIP comenzó a detectar algunos de esos movimientos, y cada vez accede a menos "créditos" de amigos.
Los "favores" incluían el alquiler por hora de vuelo de los dos aviones que possen su hermana y su tía, para que De Narváez pueda recorrer el país y, sobre todo la provincia de Buenos Aires, en plena campaña.
Además de achicar gastos, la idea de desprenderse de sus compañías sería un modo de esquivar las presiones del Gobierno a través del fisco. Algunos especulan, incluso, con que la venta de La Rural al Grupo Fénix sería un traspaso "maquillado", parte de la misma estrategia para salta el cerco de la AFIP.
En esa línea, también se desprendería de su famoso bunker de Las Cañitas. "Está fuera de época, ahora hay que ir por algo más popular", repiten los hombres que lo rodean. (La Política OnLine).
La semana pasada se supo que la concesión del predio de La Rural en Palermo cambiaba sorpresivamente de manos: luego de una década de gestión, Francisco De Narváez anunció su traspaso a Fénix Entertainment Group, una firma especializada en la organización de recitales. Pero esta noticia es sólo una decisión más dentro de un proceso de "ajuste" en el grupo del empresario y político.
"El Colorado" jugó muy fuerte en los comicios de 2011, financiando campañas propias y de aliados, y otros cuatro años como opositor lo habrían convencido de que la "sintonía fina" también le había llegado. "El año pasado puso mucha plata. Ahora no nos está pasando un peso, pero la verdad es que tampoco le estamos pidiendo porque no es un año electoral", admitió uno de sus dirigentes del Conurbano.
"Recuerdo alguna palabra suya en relación a lo comprometido que estaba su patrimonio por formar parte de la oposición. Sus empresas lejos de ser beneficiadas, son asfixiadas. Pero habrá que ver qué hace el año que viene. No sería bueno dejar de invertir en campañas, si lo que quiere es ganar la Provincia", consideró otro de sus hombres bonaerenses.
Lo cierto es que el ajuste comenzó a principios de año, cuando decidió achicar sensiblemente su estructura política del bunker de Las Cañitas. Lo primero que desarmó fue su equipo de comunicación, una mesa redondo integrada por -costosos- profesionales de fuste. Uno de los más reconocidos, el publicista Ramiro Agulla, ya trabaja para el gobernador José Manuel De la Sota.
También frenó la mayoría de los proyectos que había prometido realizar con la Fundación Francisco De Narváez en la Provincia de Buenos Aires. Sus coordinadores, Nicolás Ducote y Diego Valenzuela, dejaron el equipo del diputado nacional.
"No me extraña, es un gastador compulsivo. Se ve que ahora está recogiendo el barrilete", aseguró con ironía un dirigente que suele frecuentarlo.
En las últimas semanas, De Narváez también habría iniciado la venta de otros de sus activos: querría desp4renderse del 40% de las acciones que posee en Clan Comunicación e Imagen, una firma de cartelería de vía pública que adquirió para pagar más baratos los anuncios durante su campaña. Algo que finalmente no sucedió: sus socios le cobraban más caro de lo que conseguía en el mercado.
Estos movimientos se suman a su pérdida de control de la línea editorial del canal de televisión América, luego de algunos cortocircuitos con Daniel Vila y José Luís Manzano. En La Red tampoco tiene incidencia.
Mientras tanto, entre sus allegados crecen los rumores sobre su posible moderación en los aportes para financiar las futuras campañas. Comentan que sólo aceptaría dirigentes que puedan costearse sus propias estructuras. "No quiere ser más el financista de otros dirigentes", explican.
Pero según pudo saber LPO, De Narváez no tiene ninguna dificultad real económica; es su ingeniería financiera la que presenta algunas complicaciones. "El Colorado" tendría cientos de millones de dólares en el exterior, y traerlos al país implicaría un importante costo fiscal por el pago de impuestos.
Además, desde su entorno se quejan de la permanente y exhaustiva fiscalización del Gobierno y, específicamente, de la AFIP, que controla cada uno de sus movimientos. Por eso en los últimos meses habría incrementado las propiedades, empresas y fondos a nombre de sus hijos.
Frente al ahogo de la AFIP, el diputado solía pedir dinero prestado a empresarios cercanos, a los que luego se las devolvía con sus fondos del exterior. Manuel Antelo -dueño de Car One-, su hermana y su tío habrían sido sus principales prestamistas últimamente. Pero la AFIP comenzó a detectar algunos de esos movimientos, y cada vez accede a menos "créditos" de amigos.
Los "favores" incluían el alquiler por hora de vuelo de los dos aviones que possen su hermana y su tía, para que De Narváez pueda recorrer el país y, sobre todo la provincia de Buenos Aires, en plena campaña.
Además de achicar gastos, la idea de desprenderse de sus compañías sería un modo de esquivar las presiones del Gobierno a través del fisco. Algunos especulan, incluso, con que la venta de La Rural al Grupo Fénix sería un traspaso "maquillado", parte de la misma estrategia para salta el cerco de la AFIP.
En esa línea, también se desprendería de su famoso bunker de Las Cañitas. "Está fuera de época, ahora hay que ir por algo más popular", repiten los hombres que lo rodean. (La Política OnLine).
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