Un Mario Kirlis tranquilo, distendido, abierto... y que habla con soltura, con sencillez.... con la calma que brinda la trayectoria, la experiencia y sin subirse nunca al pedestal de los dioses del Olimpo.
Periodista: -¿cuál es el balance del primer semestre del año y como se vislumbra lo que resta?-
Mario Kirlis: -Estuvimos haciendo presentaciones en el interior y en el exterior y aca mismo, en Colette y en Tierra Santa como siempre. Mostrando por muchos lados esta música y con muchos proyecto a concretar para este segundo semestre, seguimos con todo lo de Colette y Tierra Santa y nos vamos a Japón. tenemos actividad en Venezuela. Este año se perfilan bastante cosas.-
P.: -Es muy bueno poder vivir de lo que se ama hacer... pero... cuándo eso ya se transforma en una obligación, contratos, compromisos, fechas... ¿Cómo se compatibiliza el placer de hacerlo, con la presión de cumplir y estar aunque no se este en un buen día, cuando se para?-
M. K.: -Si, pasa, de hecho... es muy grande la responsabilidad, muy grande el compromiso, con el tema de las fechas. Esto es lo que tiene este trabajo.
Pero de hecho, aproveche uno de estos viajes y me tome unos días para mi. A veces nos tomamos unos ratos para nosotros, sino no se podría seguir.-
P.: -Usted es una persona con una vasta trayectoria e inclusive le ha dado una mano a mucha gente para que se consolide y llegue... cuando lo hacen? ¿Cómo se vive eso?-
M. K.: -Por mi edad inclusive, veo gente, varias generaciones de gente que está en el arte y es una gran alegría ver gente que va mejorando, que se va perfeccionando y logran un nivel artístico bueno, muy bueno y eso es algo muy lindo. Eso se aprecia acá mismo, en el ciclo de Colette, donde tenemos más de diez años y vemos el caso de bailarines, bailarinas que han progresado de una manera increible.-
P.: -En su momento, asumir el desafio de lunes, martes, jueves en Colette, no fue nada sencillo, no había hábito. Diez años después cómo se lo vive, sabiendo que es un lugar al que muchos quieren llegar?-
M. K.: -Son cosas que se fueron desarrollando a través del tiempo, a través de los años y es una satisfacción muy grande que la gente quiera venir acá y bailar con la orquesta vivo en . Y si, es una gran alegría ver el entusiamos de la gente por venir aqui.-
P.: -¿Cómo se maneja el ego, cuándo uno sabe que es reconocido a nivel mundial?-
M. K.: -No se si será tan asi, pero bueno, simplemente el hecho que la música de uno llegue a lugares lejanos ya es una satisfacción. Se lo debemos también a cosas tecnológicas, como internet. Pero si, es una satisfacción enorme, ya desde hace años, cuando empezaba a ver que la música de uno era conocida en otros lugares del mundo, es si, una gran satisfacción.-
P.: ¿Cómo se siente, por ejemplo... de Japón a Bernal?-
M. K.: -A veces se disfruta mucho más Bernal, generalmente, porque uno, es de acá... Por ejemplo, Gastón, siempre va a Claypole..., Alejandro va mucho por Villa Urquiza, Villa Pueyrredón... somos gente de Buenos Aires, de la Argentina y disfrutamos nuestras raíces, nuestros lugares. Por supuesto que es un placer ir a otros lugares, conocer otras culturas, pero me quedo con Bernal.-
P.: -En todos lados hay guerras de divismos carteles, quien es mejor, Etc. Etc. y se debe haber cansado de ver situaciones... Pero dentro de eso... Alguna anécdota que hoy recuerde y le cause gracia?-
M. K.: -jajajajajajaja... en estos momentos no se me ocurre... pero hay un montón de cosas.... se imagina... Es un ámbito fundamentalmente de mujeres que tienen en su personalidad la pasionalidad y a veces hay muchos celos que son muy tontos, que no tienen fundamentos y a veces son divertidos y a veces no, a veces son graves... pero bueno... jajajaja... hay un montón... pero ahora no se me ocurre cual pondría de ejemplo.-
Luego de su gira internacional, Mario Kirlis y su orquesta, el 27 de julio estarán en la gala internacional que organiza el centro cultural Shamsia Shazady que dirige la profesora y bellydancer María Shams, en el teatro Hindú Club de Don Torcuato, luego del seminario que se brindará en San Miguel.
Carlos Pogonza.
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