lunes, agosto 05, 2013

Dios nos ampare de resentidos. Por Lic. Amalia I. Pastén.

Deberes y obligaciones son palabras muy trilladas, dichas sin ton ni son en muchas oportunidades, pero debieran ser usadas con  más criterio y responsabilidad por todos y cada uno de los ciudadanos de esta nación.
En general se escucha más una que otra, pareciera ser que algunas personas sienten que tienen más derechos que obligaciones, cuando en realidad por cada derecho hay una obligación .
Como dice la canción de «No es lo mismo vivir que honrar la vida».
La vida es un derecho que el sumo creador nos la ha dado, depende de cada una de nosotros honrarla.
¿Como  se honra la vida? Nos preguntamos.
Principalmente cuidando nuestro salud física, mental y espiritual, amando y respetando al prójimo, alegrándonos de los logros de los otros, ayudando al crecimiento de los que están a nuestro alrededor. Dejando de lado las envidias, los malos humores y las quejas vanas, que solo logran ensuciar nuestra aura, y hacen que se nos vea como personas hurañas que nada hacemos ni dejamos que otros hagan .
La vida es un gran camino, amplio y largo; todos tenemos el derecho y el libre albedrío de recorrerlo, pero sabiendo que no estamos solos. Otros tiene los mismos derechos y obligaciones que nosotros.
   En nuestro ambiente socio político, con la conformación de las listas de concejales y consejeros escolares para las próximas elecciones primarias, se han dado algunas reacciones que distan mucho de generar buenas perspectivas, se han puesto de manifiestos las diferencias y enconos que existen en ciertas áreas entre compañeros y entre direcciones.
En muchos casos las balas picaron cerca de la malicia y el desencanto.
Muchos han mostrado su hilacha, realmente han perdido una gran oportunidad de cerrar su boca.
Para algunos de los  elegidos la sorpresa fue mayúscula y el agradecimiento mucho; por el reconocimiento al trabajo constante, verdadero y silencioso donde se necesitara, a sabienda que cumplían con su trabajo y en la confianza que en algún momento este sería recompensado.
Dios no deja de pagar nunca y lo hace con creces, pero además no avisa ni cuando ni donde lo hace, esto es algo que nunca debiéramos olvidar ya que es la mejor manera de recorrer el camino y así honrar la vida, dejar huellas y saber con respeto y humildad enseñar a transitarla con hechos, no con palabras.
Solo le pido a Dios que nos ampare de los resentidos.

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