Los coloridos colectivos que en la década de los 90 llegaron al distrito de la mano de la empresa Atlántida para brindar un servicio innovador para la época –diferencial, directo y de alta gama para unir Pilar con la ciudad de Buenos Aires- hoy son depositarios de quejas de quienes lo utilizan con regularidad sin ninguna otra alternativa posible.
A principios de este año, el servicio Pilar Express aumentó su tarifa de Pilar a Plaza Italia un 66%. La misma se ubica ahora en los 21 pesos (con tarjeta SUBE), situación que desde entonces viene reactivando las quejas, siempre a la orden del día, por la calidad del servicio.
El mal estado de las unidades, la falta de higiene, la poca frecuencia que ofrece el servicio y en los últimos días, una inesperada invasión de mosquitos son los reclamos más recurrentes.
Desde hace casi 10 años, el abogado Sebastián Dolera utiliza diariamente el servicio ida y vuelta –lo que le representa unos 880 pesos mensuales- y es testigo del deterioro que fue afectando a las unidades hasta llevarlas al estado actual: “Los asientos están rotos, ninguno se puede reclinar, hay olor a pis, en teoría los tienen que desinfectar pero no se quién lo controla”, detalló el pilarense.
En este sentido, sumó que en los últimos días “los colectivos parecen un criadero de mosquitos, parece una pavada pero es muy molesto viajar así”.
Por su parte el pilarense Juan Manuel Alonso, que utiliza la línea con regularidad, advirtió que “desde que empezó el Pilar Express no mejoró nada, ni el servicio ni la frecuencia ni las condiciones de los coches, pero el precio siguió aumentando”.
“En el interior de estos colectivos te podés encontrar un montón de cosas porque no se limpian, los días que llueve mucho te inundás y los asientos están rotos”, sentenció y aseguró que los inconvenientes también alcanzan a la parte mecánica: “He viajado con un coche totalmente inclinado por la Panamericana porque se le rompió la suspensión”.
Baja frecuencia
La baja frecuencia del servicio que obliga a los pasajeros en horas pico a viajar parados y en ocasiones a no poder subir a los móviles es la queja más resonante entre los usuarios.
La arquitecta Lucrecia Loselli utiliza el servicio los fines de semana, experiencia que durante la ola de calor se volvió una travesía: “Los sábados es impresionante la gente que viaja porque muchos van a pasar el fin de semana a Pilar. Yo lo tomo en Plaza Italia y aun así viajo parada”.
Así, recordó que “a mediados de enero, uno de los sábados más calurosos, con 40 grados, viajé prácticamente contra el chofer. Era asfixiante, no se podía respirar”.
En el mismo sentido, Dolera aportó que “en horas pico se viaja como ganado. Por mi trabajo a la vuelta yo lo tomo en Cabildo y Congreso pero a veces prefiero retroceder hasta Plaza Italia porque salen tan llenos desde ahí que después no paran en Cabildo ni en Puente Saavedra”. “Después de las 17 –resumió- olvidate de viajar sentado”.
“Hay veces que tenés que dejar pasar 3 o 4 colectivos para poder subirte por lo llenos que van”, sumó Alonso.
A esta situación se le suma la frecuente omisión de varias de las paradas de la Panamericana, que obliga a la gente que aguarda en los puentes a multiplicar el tiempo de espera.
“En las paradas intermedias no es raro que sigan derecho y no bajen en los puentes”, aseguró el abogado.
Sin competencia
A la descripción de estas situaciones le sigue, en todos los casos, el reclamo más profundo y tal vez más inabordable, que se resume en la palabra “monopolio”.
La línea 57 es la única habilitada para unir el recorrido Pilar con la ciudad de Buenos Aires. Si bien la provincial 203 llega hasta Puente Saavedra, no tiene permitido el ingreso a la Capital.
En cuanto a esta situación, el presidente de la Comisión de Transporte del Concejo Deliberante, Fabio Gómez, ofreció una explicación que excede a la órbita local: “Hace unos 15 años que el Estado no habilita la apertura de nuevas líneas nacionales”.
“A falta de otras líneas terminás muriendo en la 57, eso es lo que debería cambiar”, reprochó Alonso.
Las mismas palabras se reflejan en los habituales grupos de la red social Facebook creados por los propios usuarios para descargar sus quejas. “Pilar Express” y “Usuarios Pilar Express” son dos de los que más reclamos recolectan.
Frase
“Desde que empezó el Pilar Express no mejoró nada, ni el servicio ni la frecuencia ni las condiciones de los coches, pero el precio siguió aumentando”, Juan Manuel Alonso, usuario.
Sin jurisdicción
El Municipio, solo un intermediario
Inhabilitados para ofrecer soluciones directas, teniendo en cuenta que al tratarse de una línea de transporte nacional el control y las sanciones recaen sobre la órbita nacional, desde el Municipio se brindan como intermediarios para elevar las quejas.
“Le pedimos a la gente que nos alcance la denuncia y nosotros cuando tenemos una cantidad considerable las elevamos a la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT)”, aseguró el concejal Fabio Gómez, presidente de la comisión de Transporte del HCD.
Así, explicó que “el año pasado lo hemos hecho en tres o cuatro oportunidades y supimos que hubo una sanción contra la empresa en el tema de los puntajes para el subsidio”.
De todos modos, reconoció que “a juzgar por los resultados, no se han hecho demasiadas gestiones”.
No obstante, el edil insiste con la importancia de acercar las quejas, siempre firmadas, que incluso pueden ser elevadas vía correo electrónico a la dirección fabiogomez@live.com. (Pilar a Diario, Celeste Lafourcade c.lafourcade@pilaradiario.com).
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