Se ha producido un hito relevante en la historia de la humanidad. Por primera vez, el hombre que vive en ciudades ha superado a quienes viven en los espacios rurales. Muy recientemente hemos alcanzado ya los 7.600 millones de seres humanos y en pocos años más, llegaremos a los 9.500 millones. En muchos países del mundo la concentración urbana superará el 80 %. Este fenómeno de urbanización creciente tendrá impactos importantes en cuanto a la estabilidad, gobernabilidad y principalmente en la demanda y uso sustentable de recursos y servicios ambientales para que las ciudades puedan seguir funcionando. Es conocido que la urbanización está vinculada a procesos de degradación ambiental y social, en donde millones de seres humanos nacerán y vivirán en zonas marginales. Confrontar estas realidades, asumir el reto y proponer caminos sustentables de vida para los millones de argentinos que hoy viven, migran o vivirán en nuestras ciudades, coloca a la componente ambiental como el principal reto para el desarrollo de sus vidas de manera plena y armónica. Por lo tanto, las cuestiones ecológicas y territoriales en los términos de una verdadera sustentabilidad dan paso a un conjunto de instrumentos y abordajes para enfrentar y colaborar en la resolución de estos desafíos. Las infraestructuras verdes son los recursos naturales definidos como la red estructural natural sobre la cual reposa y de la cual se nutre la vida. Esta red, compuesta de espacios naturales - llamados también espacios verdes es la médula y, al mismo tiempo, el armazón de los cuales depende la sustentabilidad económica, social y ambiental de las comunidad. El desarrollo de las infraestructuras verdes contempla a las áreas verdes como espacios multi-funcionales, innovadores y sustentables. Es así que revaloriza al paisaje pensado en términos de forma y función. El concepto infraestructura verde se relaciona con una matriz de inter conectividad de espacios verdes que en conjunto brindan servicios ecológicos, económicos y sociales. Es evidente la notoria escasez de áreas verdes o lugares públicos arbolados y el deterioro que han experimentado en las ciudades del país. Sin embargo, el árbol urbano representa un patrimonio paisajístico por su valor estético y ambiental; patrimonio social, por la mejora que aporta al espacio vital y su papel climático; patrimonio histórico como elemento de acompañamiento de la arquitectura y hechos ligados a él y patrimonio botánico. Por lo tanto, el arbolado público es lo que otorga carácter a una ciudad, eleva su perfil y ofrece calidad de vida a sus habitantes.
Prof. Jorge E. Quiroga.
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