jueves, septiembre 08, 2016

El tratamiento del dolor, un derecho de la humanidad. Por Leonardo Coscia.


Especialistas advirtieron que muchos pacientes no acceden a un buen tratamiento de su dolor, lo que perjudica su calidad de vida. Trabas burocráticas atentan contra la provisión de los medicamentos
Gran cantidad de pacientes no acceden a un buen tratamiento de su dolor, lo que afecta su calidad de vida, su rendimiento, produce ausentismo laboral, limita la realización de actividades cotidianas y genera un perjuicio económico para quien lo sufre.

El dolor es uno de los motivos que se presenta con mayor frecuencia en la consulta médica pero, llamativamente, no siempre se le da la entidad que merece y muchas personas terminan
conviviendo con su sufrimiento como un aspecto natural e inevitable de la afección que padecen.

En contrapartida, los especialistas afirman que "ningún paciente debe convivir con su dolor" ya que se dispone de una variada gama de medicaciones diseñadas específicamente para diferentes tipos de dolencias con muy buenos niveles de seguridad y eficacia.

"La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP, por sus siglas en inglés) define "dolor" como experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada o no a daño real o
potencial de un tejido o descripto en términos de daño. Estableciendo que el tratamiento del dolor es un derecho de la humanidad", afirmó Gustavo Blanco, jefe de la Unidad de
Diagnóstico y Tratamiento del Dolor de Neurociencias de la Fundación Favaloro.

En función de su duración, el dolor se clasifica en crónico o agudo, el cual se origina por una agresión o daño externo o interno y su intensidad se correlaciona con la del estímulo que lo
desencadena. En tanto, el dolor crónico es aquel que se extiende en el tiempo, abarcando componentes tanto físicos como psicológicos, como ansiedad, movilidad reducida, alteraciones del sueño y del apetito y hasta depresión.

Ambos, pero sobre todo el dolor crónico, y la discapacidad asociada al sufrimiento, tienen un potencial efecto sobre la calidad de vida de la gente y afectan su rendimiento, generando
ausentismo laboral, reducción de la vida social, limitación en la realización de las tareas cotidianas y hasta un perjuicio económico, tanto para el paciente como para el sistema de salud en
su conjunto.

Sin embargo, muchas veces por desconocimiento de los equipos de salud o debido a trabas de tipo burocrático, el acceso de los pacientes a ciertas medicaciones, como por ejemplo los opioides, es deficiente y limitado. Para poder prescribirlos, los profesionales de la salud deben tramitar un recetario especial, que a su vez es diferente en cada provincia de la Argentina.

"El tratamiento del dolor es una cuestión de salud pública: el Estado debería implementar programas educativos acerca del manejo
del dolor, así como elaborar regulaciones que faciliten la provisión de drogas y tratamientos a los distintos centros de salud", indicó Blanco.

Por su parte, Matías Najún, jefe de Cuidados Paliativos del Hospital Universitario Austral, opinó que "otra de las instancias en las que el dolor suele estar muy presente es en etapas avanzadas de distintas enfermedades, como el cáncer" por lo que
destacó que la función de los médicos paliativistas "es brindar un abordaje multidisciplinario, priorizando el alivio del dolor y la calidad de vida del paciente".

Según el Instituto Nacional del Cáncer, entidad dependiente del Ministerio de Salud de la Nación, un buen indicador de la accesibilidad a los medicamentos para el dolor está dado por el
consumo anual de opioides por habitante. Si bien la Argentina presenta una cantidad superior a la de otros países de la región (13,83 miligramos per cápita contra 9,11 de Uruguay o 4,04 de Perú) dista mucho de los valores alcanzados por países como Canadá (722,76 mg) o España (290,04 mg).

"Muchas veces nos encontramos con personas que no tienen un adecuado tratamiento para su dolor, y es llamativo cómo luego de optimizar su analgesia, escuchar sus historias de vida y de
conocer en detalle su enfermedad, se puede realmente aliviar su sufrimiento e incluso en los casos de los pacientes polimedicados, reducir las dosis o cantidad de medicamentos que estaban recibiendo", subrayó Najún, que también integra el Área de
Cuidados Paliativos de FUNDALEU.

Tipos de dolor.
Entre otros, existen varios tipos de dolor, como por ejemplo dolor oncológico, neuropático y postoperatorio.
Mientras que según su intensidad se dividen en:
- Dolor leve a moderado, generalmente tratados con analgésicos antiinflamatirios -AINES- más algún medicamento coadyuvante (para
el tratamiento de los efectos secundarios a la medicación o de los síntomas asociados al dolor o para potenciar el alivio al dolor).
- Dolor moderado a severo desde el inicio, con indicación de opioides débiles y eventualmente coadyuvantes.
- Dolor severo desde el inicio, que se trata con opioides potentes más coadyuvantes. (Asteriscos TV).

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