BUENOS AIRES, Julio 05, (PUNTO CERO-La Política OnLine) “Acá no manda Néstor ni Cristina, acá mandan los focus group y las encuestas”, se sinceró un altísimo funcionario del gobierno al explicar la estrafalaria posibilidad del reemplazo del sólido Ginés González García por el medido de las dietas Alberto Cormillot, en una eventual presidencia de Cristina Kirchner.
Al parecer, Cormillot “mide bien” en las encuestas quela Casa Rosada consume con adicción. El pensador frances Régis Debray suele criticar esta tendencia mundial de gobernar en base a lo que dicen los sondeos y utiliza una metáfora divertida: “Sería como un piloto de avión que decide el destino según el parte meteorológico ¡Vamos donde reine el buen tiempo!”.
Como se sabe “el buen tiempo” social que reflejan las encuestas es aún más volátil que el clima, así que nada garantiza el éxito si además de “medir bien” los funcionarios elegidos no cuentan con cuestiones mínimas como un plan de gestión, un equipo idóneo y la capacidad de conducirlo. La política argentina se podría decir, siguiendo a Pareto, es un extenso cementerio de celebridades mediáticas.
Pero volviendo al punto en cuestión, Ginés González García debería conformarse con asumir su banca de concejal porteño en un eventual mandato de Cristina, que optaría por rodearse de ministros que “midan bien” y sean “conocidos”, casi una versión remixada de los denostados noventa.
Cormillot de todas maneras no es un negado de la función pública ya que fue secretario de Salud del hoy denostado Carlos Grosso, por entonces una promesa brillante del peronismo “progresista” y “democrático”, o “renovador”, que compartía cartel francés con José Manuel dela Sota , Antonio Cafiero y Carlos Menem. Mucho agua pasó bajo el puente, pero al parecer no toda la necesaria. (PUNTO CERO-La Política OnLine).
Al parecer, Cormillot “mide bien” en las encuestas que
Como se sabe “el buen tiempo” social que reflejan las encuestas es aún más volátil que el clima, así que nada garantiza el éxito si además de “medir bien” los funcionarios elegidos no cuentan con cuestiones mínimas como un plan de gestión, un equipo idóneo y la capacidad de conducirlo. La política argentina se podría decir, siguiendo a Pareto, es un extenso cementerio de celebridades mediáticas.
Pero volviendo al punto en cuestión, Ginés González García debería conformarse con asumir su banca de concejal porteño en un eventual mandato de Cristina, que optaría por rodearse de ministros que “midan bien” y sean “conocidos”, casi una versión remixada de los denostados noventa.
Cormillot de todas maneras no es un negado de la función pública ya que fue secretario de Salud del hoy denostado Carlos Grosso, por entonces una promesa brillante del peronismo “progresista” y “democrático”, o “renovador”, que compartía cartel francés con José Manuel de
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