BUENOS AIRES, Agosto 27, (PUNTO CERO-Empresas News) El superávit comercial se ubicará este año en torno a los 10.000 millones de dólares, 2.300 millones menos que en 2006, debido al impacto de la crisis energética y el menor dinamismo del sector industrial, estima la consultora Ecolatina en su último informe semanal.
Según la proyección de la entidad, el saldo comercial de la Argentina representará este año un 3,9 por ciento del PBI, contra el 5,8 por ciento de 2006.
"La contracción -señala- responde, básicamente, al impacto de la situación energética y al menor dinamismo del sector industrial, pese a que las materias primas mantienen un sólido saldo positivo". Como consecuencia de la crisis energética, la Argentina pasó de tener superávit en el comercio de electricidad a ser importador neto.
Advierte luego que "el superávit comercial, uno de los pilares del modelo económico, muestra un marcado deterioro a pesar los muy elevados precios internacionales de las materias primas y de la cosecha récord" (el saldo comercial se redujo 1.640 millones de dólares en el acumulado hasta julio en comparación con el mismo período del año pasado).
En la primera mitad del año -precisa después- el balance comercial hubiera sido de 3.962 millones de dólares en lugar de 5.126 millones, de haberse mantenido los precios de 2006.
Asimismo, el saldo comercial de la manufacturas de origen industrial no sólo es negativo, sino que aumentó 32,4 por ciento en la medición interanual en el primer semestre del año. El superávit acumulado hasta julio es 3,1 por ciento menor al del año pasado y 64 por ciento inferior al máximo registrado cuatro años atrás.
"La situación es particularmente preocupante para el sector industrial. El mismo es el único que cuenta actualmente con una balanza comercial deficitaria, que ya supera 2.100 millones de dólares con China", alerta Ecolatina. "Desde 2001 el balance comercial con el país asiático es superavitario y en lo que va del año ronda 550 millones de dólares. Sin embargo, exhibe una tendencia decreciente desde 2003", indica la consultora.
Agrega que "la crisis energética empeoró los síntomas: se enfrentan crecientes gastos por subsidios y por la utilización de combustibles alternativos, mientras se aceleraron las importaciones de combustibles, electricidad y bienes que dejaron de producirse por las restricciones".
Según la proyección de la entidad, el saldo comercial de la Argentina representará este año un 3,9 por ciento del PBI, contra el 5,8 por ciento de 2006.
"La contracción -señala- responde, básicamente, al impacto de la situación energética y al menor dinamismo del sector industrial, pese a que las materias primas mantienen un sólido saldo positivo". Como consecuencia de la crisis energética, la Argentina pasó de tener superávit en el comercio de electricidad a ser importador neto.
Advierte luego que "el superávit comercial, uno de los pilares del modelo económico, muestra un marcado deterioro a pesar los muy elevados precios internacionales de las materias primas y de la cosecha récord" (el saldo comercial se redujo 1.640 millones de dólares en el acumulado hasta julio en comparación con el mismo período del año pasado).
En la primera mitad del año -precisa después- el balance comercial hubiera sido de 3.962 millones de dólares en lugar de 5.126 millones, de haberse mantenido los precios de 2006.
Asimismo, el saldo comercial de la manufacturas de origen industrial no sólo es negativo, sino que aumentó 32,4 por ciento en la medición interanual en el primer semestre del año. El superávit acumulado hasta julio es 3,1 por ciento menor al del año pasado y 64 por ciento inferior al máximo registrado cuatro años atrás.
"La situación es particularmente preocupante para el sector industrial. El mismo es el único que cuenta actualmente con una balanza comercial deficitaria, que ya supera 2.100 millones de dólares con China", alerta Ecolatina. "Desde 2001 el balance comercial con el país asiático es superavitario y en lo que va del año ronda 550 millones de dólares. Sin embargo, exhibe una tendencia decreciente desde 2003", indica la consultora.
Agrega que "la crisis energética empeoró los síntomas: se enfrentan crecientes gastos por subsidios y por la utilización de combustibles alternativos, mientras se aceleraron las importaciones de combustibles, electricidad y bienes que dejaron de producirse por las restricciones".
Según cifras oficiales, las importaciones alcanzaron en julio el récord histórico de 4.124 millones de dólares y el superávit se achicó a 479 millones, la mitad del alcanzado en el mismo mes de 2006. (PUNTO CERO-Empresas News).
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