BUENOS AIRES, Setiembre 06, (PUNTO CERO-La Política OnLine) Hasta hace poco tiempo, aparecía como la mejor carta, el ancho de espadas del gobierno, apuntado como el jefe de campaña de Cristina Kirchner y como el estratega de las listas que se colgarán debajo del nombre de la primera dama. Hoy, ese mismo poder que tanto regocijo le dio al jefe de Gabinete Alberto Fernández podría transformarse en un boomerang que amenaza con volver recargado y con una sola inscripción: peronismo.
De a poco, referentes de diversos sectores que responden a esta línea empezaron a notar que con Alberto como cabeza del kirchnerismo la cuestión no iba por los rieles planeados, por lo que de a poco empiezan a jugar por detrás para restarle poder y así bajarle el copete a quien asomaba con ser un ministro todopoderoso en caso de que la senadora llegue al gobierno nacional.
El primero en cruzar a Fernández fue Hugo Moyano, quien se cruzó a Cristina en el coloquio de Idea, donde ambos coincidieron. Allí cruzaron un frío diálogo cuando la candidata oficialista terminó su discurso:
-"¿Qué tal estuve, Moyano?", preguntó ella.
-"Muy bien Cristina. El discurso fue muy abarcativo", respondió el gremialista.
Lo curioso, es que un rato antes Moyano había recibido un llamado del propio Néstor Kirchner, quien lo indagó por lo que entendía era una operación del moyanismo contra Alberto. El "López Rega de Kirchner" llaman al jefe de Gabinete en el círculo íntimo del líder sindical.
Según señaló La Nación, Moyano enfoca en Alberto al responsable de la derrota en Santa Fe y de la crisis en Córdoba, y lo ven como una "influencia nociva" en el gobierno. "Con este tipo, perdemos todas las provincias, nos quedamos afuera" comentaron voceros gremiales a La Política Online.
Aquí entra en juego otro actor clave: el ministro de Planificación Julio De Vido, el "pingüino" enfrentado al albertismo que justamente es el mayor respaldo de Moyano en el gabinete.
Desde el devidismo, si bien no gozan con la caída de Alberto, aseguran que tras todo lo ocurrido debería seguirse una premisa del peronismo: quien conduce una campaña y pierde una elección, debe abandonar ese lugar. Los más centrados dicen que debería seguir, pero que sólo maneje gestión y caja, pero lejos de campañas electorales.
Sin sindicatos ni provincias
Con este fuerte cortocircuito con Moyano, Alberto también sumó fuertes rechazos de dirigentes provinciales de neto corte peronista. El más arriesgado fue Juan Schiaretti, que metido en la crisis que atraviesa Córdoba acusó al jefe de ministros de apoyar a Luís Juez y de enviar "empleadas oligarcas" a operar allí.
Pero lo raro fue que de la vereda de enfrente, el juecismo también le bajó el pulgar al vocero presidencial, negando su supuesto apoyo. "Ni una tutuca me dio Alberto Fernández y ahora me hablan por teléfono cuando en 50 días me veían como un loco con piojo".
Ni lerdo ni perezoso, viendo como un amplio sector peronista se volvía contra Alberto, algo muy práctico para el perfil que pretende para su campaña, el candidato a presidente Alberto Rodríguez Sáa salió a públicamente a pedir una reunión con Moyano, intentando cooptar el goteo que cae de un funcionario en pleno derretimiento.
"Nuestro candidato brindará detalles del programa peronista de gobierno ante el movimiento obrero, aunque sólo pedimos el lugar para que vaya el que quiera" de los integrantes cegetistas, puntualizó el portavoz del gobernador de San Luís, el ex senador entrerriano Héctor Maya.
De a poco, referentes de diversos sectores que responden a esta línea empezaron a notar que con Alberto como cabeza del kirchnerismo la cuestión no iba por los rieles planeados, por lo que de a poco empiezan a jugar por detrás para restarle poder y así bajarle el copete a quien asomaba con ser un ministro todopoderoso en caso de que la senadora llegue al gobierno nacional.
El primero en cruzar a Fernández fue Hugo Moyano, quien se cruzó a Cristina en el coloquio de Idea, donde ambos coincidieron. Allí cruzaron un frío diálogo cuando la candidata oficialista terminó su discurso:
-"¿Qué tal estuve, Moyano?", preguntó ella.
-"Muy bien Cristina. El discurso fue muy abarcativo", respondió el gremialista.
Lo curioso, es que un rato antes Moyano había recibido un llamado del propio Néstor Kirchner, quien lo indagó por lo que entendía era una operación del moyanismo contra Alberto. El "López Rega de Kirchner" llaman al jefe de Gabinete en el círculo íntimo del líder sindical.
Según señaló La Nación, Moyano enfoca en Alberto al responsable de la derrota en Santa Fe y de la crisis en Córdoba, y lo ven como una "influencia nociva" en el gobierno. "Con este tipo, perdemos todas las provincias, nos quedamos afuera" comentaron voceros gremiales a La Política Online.
Aquí entra en juego otro actor clave: el ministro de Planificación Julio De Vido, el "pingüino" enfrentado al albertismo que justamente es el mayor respaldo de Moyano en el gabinete.
Desde el devidismo, si bien no gozan con la caída de Alberto, aseguran que tras todo lo ocurrido debería seguirse una premisa del peronismo: quien conduce una campaña y pierde una elección, debe abandonar ese lugar. Los más centrados dicen que debería seguir, pero que sólo maneje gestión y caja, pero lejos de campañas electorales.
Sin sindicatos ni provincias
Con este fuerte cortocircuito con Moyano, Alberto también sumó fuertes rechazos de dirigentes provinciales de neto corte peronista. El más arriesgado fue Juan Schiaretti, que metido en la crisis que atraviesa Córdoba acusó al jefe de ministros de apoyar a Luís Juez y de enviar "empleadas oligarcas" a operar allí.
Pero lo raro fue que de la vereda de enfrente, el juecismo también le bajó el pulgar al vocero presidencial, negando su supuesto apoyo. "Ni una tutuca me dio Alberto Fernández y ahora me hablan por teléfono cuando en 50 días me veían como un loco con piojo".
Ni lerdo ni perezoso, viendo como un amplio sector peronista se volvía contra Alberto, algo muy práctico para el perfil que pretende para su campaña, el candidato a presidente Alberto Rodríguez Sáa salió a públicamente a pedir una reunión con Moyano, intentando cooptar el goteo que cae de un funcionario en pleno derretimiento.
"Nuestro candidato brindará detalles del programa peronista de gobierno ante el movimiento obrero, aunque sólo pedimos el lugar para que vaya el que quiera" de los integrantes cegetistas, puntualizó el portavoz del gobernador de San Luís, el ex senador entrerriano Héctor Maya.
De seguir este andamiaje, algo queda claro: si bien parece difícil que alguien le quite la presidencia a Cristina en octubre, el desgaste de una continuidad será ya una situación difícil de encarar. Si a esto se le suma un Alberto Fernández que planeaba erigirse en el futuro gabinete como el hombre de máximo poder, ahora con el rechazo de las provincias y los sindicatos, habrá que ir pensando en un nuevo armado que facilite la trayectoria sin sobresaltos del gobierno cristinista. (PUNTO CERO-La Política OnLine).
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