RAUCH, Octubre 30, (PUNTO CERO-Infoazuldiario) Cerca de 110 personas se congregaron para recorrer el Establecimiento La Elvira que posee un modelo de invernada intensiva en suelos típicos de la cuenca del Salado. La jornada fue organizada por el INTA Cuenca del Salado para los productores Cambio Rural de la zona.
Sobre el Balneario Municipal de Rauch se encuentra el Establecimiento La Elvira, un campo de 35 hectáreas arrendado por el Claudio Franchino, veterinario de profesión y productor por interés.
En esa pequeña superficie de tierra, el suelo posee sectores con severas limitaciones de uso agrícola (capacidad de uso clase IV-USDA) y otros de uso netamente ganadero (clase VI), presentando valores promedio de Ph de 6,9; materia orgánica 4%, y riesgos de anegamiento. Allí, Franchino mantiene una invernada de 3 a 4 animales (machos y hembras de peso promedio de ingreso de 200 kg/cab) por hectárea con variaciones entre 105 a 140 cabezas totales, dependiendo de la época del año. Un manejo intensivo por donde se lo mire.
Franchino pertenece a Cambio Rural, está dentro del grupo Miranda-Rauch, y ha logrado llevar adelante una estrategia exitosa en gran parte gracias al asesor del grupo, Cristian Bagnardi. Corría 2005 cuando Franchino tenía apenas 25 vacas, 22 terneros y un toro en campo natural. Luego que el veterinario ingresó a Cambio Rural, sus objetivos fueron otros. “La idea era armar un sistema simple y de bajo costo, sobre todo porque el que se ocupa de todo es el mismo productor en sus ratos libres, es decir, bien temprano a la mañana y a la tarde cuando regresa,” cuenta el asesor, al mismo tiempo que compara el tiempo dedicado a este manejo como de “media persona”.
Desarrolla exitosamente un ciclo de invernada corto de compra: el ternero entra en marzo/abril con 200 kg. y se vende en julio/agosto con un peso aproximado de 340 kg . En agosto/septiembre se repite el ciclo con salida en febrero/marzo. El planteo arroja un resultado económico por hectárea de U$S 200. “Aunque este año fue atípico porque los precios eran malos y se terminó vendiendo a precios peores” explica el productor.
El manejo del establecimiento se basa en el pastoreo diario de parcelas de avena y pasturas base alfalfa, lotus corniculatus y pasto ovillo; por las noches la hacienda se encierra con libre disponibilidad de silo de sorgo, bajo el sistema de autoconsumo. “El planteo se sustenta en el silo. Se tienen que comer al menos 20 cm. por día, sino aumenta su temperatura y pierde calidad,” aclara Bagnardi. En invierno las dietas son aproximadamente 50 % de pasto y 50% de silo, pero cuando en la primavera comienza a aumentar la oferta de pasto, el silo se cierra.
El forraje producido actualmente proviene de 8 ha de alfalfa, cebadilla, pasto ovillo y lotus corniculatus; 8 ha de rye grass perenne, trébol rojo y blanco y 18 ha de avena las cuales, luego de su pastoreo, se preparan en barbecho para sembrar el sorgo para silaje. Se busca maximizar la producción de forraje con praderas y verdeos y aprovechar al máximo la oferta primaveral, que es “el pasto barato” como afirman tanto productor como asesor.
A pesar de que este planteo se realiza en una muy pequeña superficie de campo, lo que se quería mostrar a otros productores es que aún con variables poco favorables, se pueden lograr casos rentables. “El objetivo fue mostrar a productores Cambio Rural una alternativa de modelo de invernada intensiva con una muy buena producción de kilos de carne por hectárea y altos márgenes en el resultado de la actividad,” puntualizó Santiago Balda, Agente de Proyecto de Cambio Rural de INTA Cuenca del Salado.
Sobre el Balneario Municipal de Rauch se encuentra el Establecimiento La Elvira, un campo de 35 hectáreas arrendado por el Claudio Franchino, veterinario de profesión y productor por interés.
En esa pequeña superficie de tierra, el suelo posee sectores con severas limitaciones de uso agrícola (capacidad de uso clase IV-USDA) y otros de uso netamente ganadero (clase VI), presentando valores promedio de Ph de 6,9; materia orgánica 4%, y riesgos de anegamiento. Allí, Franchino mantiene una invernada de 3 a 4 animales (machos y hembras de peso promedio de ingreso de 200 kg/cab) por hectárea con variaciones entre 105 a 140 cabezas totales, dependiendo de la época del año. Un manejo intensivo por donde se lo mire.
Franchino pertenece a Cambio Rural, está dentro del grupo Miranda-Rauch, y ha logrado llevar adelante una estrategia exitosa en gran parte gracias al asesor del grupo, Cristian Bagnardi. Corría 2005 cuando Franchino tenía apenas 25 vacas, 22 terneros y un toro en campo natural. Luego que el veterinario ingresó a Cambio Rural, sus objetivos fueron otros. “La idea era armar un sistema simple y de bajo costo, sobre todo porque el que se ocupa de todo es el mismo productor en sus ratos libres, es decir, bien temprano a la mañana y a la tarde cuando regresa,” cuenta el asesor, al mismo tiempo que compara el tiempo dedicado a este manejo como de “media persona”.
Desarrolla exitosamente un ciclo de invernada corto de compra: el ternero entra en marzo/abril con 200 kg. y se vende en julio/agosto con un peso aproximado de 340 kg . En agosto/septiembre se repite el ciclo con salida en febrero/marzo. El planteo arroja un resultado económico por hectárea de U$S 200. “Aunque este año fue atípico porque los precios eran malos y se terminó vendiendo a precios peores” explica el productor.
El manejo del establecimiento se basa en el pastoreo diario de parcelas de avena y pasturas base alfalfa, lotus corniculatus y pasto ovillo; por las noches la hacienda se encierra con libre disponibilidad de silo de sorgo, bajo el sistema de autoconsumo. “El planteo se sustenta en el silo. Se tienen que comer al menos 20 cm. por día, sino aumenta su temperatura y pierde calidad,” aclara Bagnardi. En invierno las dietas son aproximadamente 50 % de pasto y 50% de silo, pero cuando en la primavera comienza a aumentar la oferta de pasto, el silo se cierra.
El forraje producido actualmente proviene de 8 ha de alfalfa, cebadilla, pasto ovillo y lotus corniculatus; 8 ha de rye grass perenne, trébol rojo y blanco y 18 ha de avena las cuales, luego de su pastoreo, se preparan en barbecho para sembrar el sorgo para silaje. Se busca maximizar la producción de forraje con praderas y verdeos y aprovechar al máximo la oferta primaveral, que es “el pasto barato” como afirman tanto productor como asesor.
A pesar de que este planteo se realiza en una muy pequeña superficie de campo, lo que se quería mostrar a otros productores es que aún con variables poco favorables, se pueden lograr casos rentables. “El objetivo fue mostrar a productores Cambio Rural una alternativa de modelo de invernada intensiva con una muy buena producción de kilos de carne por hectárea y altos márgenes en el resultado de la actividad,” puntualizó Santiago Balda, Agente de Proyecto de Cambio Rural de INTA Cuenca del Salado.
“Quedamos muy conformes con el desarrollo de la jornada, y además, se pudieron ver otros manejos, conocer otras formas de trabajo; creemos que por esta vía del intercambio de experiencias, les damos una excelente herramienta al productor”, finaliza Balda sonriente. (PUNTO CERO-Infoazuldiario).
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