martes, octubre 04, 2011

La elección de octubre se municipalizó. Por José Angel Di Mauro.

Todo tipo de eufemismos utiliza la oposición para referirse a una elección que desde hace un mes y medio ya está definida. Obviamente no pueden decirlo públicamente. Muchos radicales juran que no le perdonarán al presidente de su Comité Nacional, Ernesto Sanz, haber dicho después del 14/08 algo así como que a los comicios de octubre había que tomarlos como parlamentarios y apuntar estrictamente a evitar un hegemonismo K en Diputados.

Precisamente el atribulado candidato presidencial de ese sector no sabe qué hacer para sostener su campaña, que mantiene contra viento y marea, y fundamentalmente contra todos los pronósticos. Sigue desarrollando actos en los que detalla puntualmente sus planes en cada rubro -educación, energía, políticas de género-, pero se decepciona al ver que nadie repara en ellos. Más tiempo que en explicar sus ideas debe gastar espacio en los medios justificando a cada candidato de su partido que llama a cortar boleta en detrimento suyo, o a aliados que acuerdan con otros candidatos. “Todo suma”, explica el hijo de Raúl Alfonsín, aunque ni él se lo cree.

El titular del bloque macrista de Diputados, Federico Pinedo, le aportó sinceridad a la discusión cuando dijo este fin de semana que la del 23 de octubre “es una elección ya definida, entonces hay muy poca expectativa”. Se entiende su situación, si se quiere más distendida: el Pro no lleva candidato presidencial y él encabeza la lista de diputados en el distrito donde su partido es más fuerte, Ciudad de Buenos Aires. Por eso su discurso a votar diputados no kirchneristas, pues el macrismo espera incluso que votantes de Cristina corten boleta a favor del Pro.

Es un secreto a voces que el macrismo ha resuelto hacer las paces con el kirchnerismo. La tregua se mantendrá con seguridad hasta las elecciones, aunque está por verse si perdura más allá de las mismas. Cristina se ha convencido de que no es negocio seguir peleándose ahora con Mauricio Macri, y el jefe de Gobierno escucha la recomendación de su asesor estrella, el ecuatoriano Jaime Durán Barba, que fue el primero en hablar, hace meses, de los votantes porteños del Pro que votarían a Cristina a nivel presidencial.

Se asegura que semanas atrás el mismo Durán Barba -que ha elogiado reiteradamente a CFK- ingresó a la residencia presidencial de la mano de un conspicuo jefe de La Cámpora. No es que el hombre esté planeando cambiar de “cliente”; más bien se vio esa movida como un puente entre ambos sectores.

Ya sin posibilidad de reelección, Mauricio Macri no le esquivará esta vez al desafío presidencial en 2015. Razón por la cual planea abocarse decididamente a la gestión en su distrito, fundamentalmente en los dos primeros años, tiempo en el cual -como ya hemos dicho aquí- buscará establecer una relación lo más armónica posible con la Nación. No se sumará a la transversalidad K, pero adoptará una actitud más parecida a la de Hermes Binner con la Presidenta. Pasadas las legislativas de 2013, profundizará su perfil opositor.

Mientras tanto, las señales de distensión son cada vez más notorias en la Ciudad, donde el Pro ha tomado al kirchnerismo como referente para negociar. Hay módicas monedas de cambio, como cargos en la Auditoría porteña, en detrimento del venido a menos Proyecto Sur. También se dan las señales a nivel nacional, donde las referencias al proyecto de Presupuesto 2012 no han sido críticas. Federico Pinedo nuevamente aquí dio señales en ese sentido, no sólo moderando críticas, sino considerando incluso que “parece una propuesta más seria que otras anteriores e indicaría un cambio en la política económica buscando menos inflación”.

Si algo le faltaba al perfil monocolor que va adquiriendo el país a nivel político, la última elección provincial previa a las elecciones generales marcó la pérdida de otra provincia radical a manos del FpV. Sólo le queda a la UCR Corrientes, la única provincia cuya elección de autoridades está desfasada del resto del país. Partidos provinciales gobiernan Neuquén y Tierra del Fuego, el socialismo Santa Fe y el Pro Capital Federal. El Frente Cívico que gobierna Santiago del Estero no es el FpV, pero es intrínsecamente kirchnerista.

La UCR tiene grandes posibilidades de ganar en Mendoza, pero más allá de eso y ante el panorama descripto se entiende por qué los principales partidos de oposición se refugian hoy en el Congreso y, fundamentalmente, en los municipios.

La curiosa forma de votar este año ratificó una condición que viene acentuándose: al contrario del aluvión K a nivel nacional, el triunfo de la oposición en las principales ciudades. De hecho, las cuatro más importantes son o serán gobernadas por la oposición: Capital Federal (Pro), Córdoba (UCR), Rosario (PS) y Mendoza (UCR). A ellas hay que sumar Santa Fe, Río Gallegos, Santa Rosa y Resistencia, a manos del radicalismo, por citar sólo a capitales en manos de la oposición.

Tan definida parece estar la elección presidencial que las mayores expectativas están puestas en la pelea en algunos municipios. En la provincia, con un Daniel Scioli subiendo más en las encuestas, a Francisco de Narváez sólo le queda la ambición no sólo de consolidar su segundo puesto de las primarias, sino de elevar si fuera posible diez puntos ese magro porcentaje, de modo tal de mantenerse como referente de la oposición provincial.

Así las cosas, la pelea bonaerense está dada en lo que suceda en algunos municipios con final abierto. Todos los ojos se han puesto en Vicente López, donde el radical K Enrique “Japonés” García ya perdió en las primarias y en el marco de su desesperación ha conseguido que el kirchnerismo bajara su candidato, lo mismo que el sabbatellismo. También busca un acuerdo para que el radical Norberto Erro renuncie a su candidatura.

Mientras tanto, el ganador de las primarias en ese distrito, Jorge Macri, consiguió que Luis Parodi -el candidato de la Coalición Cívica, miembro de Unión por Todos, la fuerza de Patricia Bullrich- deje de lado su postulación y lo apoye a él. Pero más allá de esas abdicaciones, “se huele” en el distrito la posibilidad cierta de que después de 28 años el oficialismo local pierda la intendencia. Alguien del entorno del “Japonés” García confió a parlamentario.com que esa es la sensación que perciben y palpan guiándose ya no por encuestas sino por el nivel de concurrencia que se da a los actos de cada candidato.

Caliente también está la elección en Malvinas Argentinas, donde el gobierno nacional ha decidido jugar fuerte a favor de su candidato Luis Vivona, contra el duhaldista Jesús Cariglino, quien asomó en su momento como la punta del iceberg que podría significar el traspaso de más intendentes al terreno opositor. Exodo que el resultado de las primarias -en las que el propio Cariglino ganó ajustadamente- dejó sin efecto.

La pelea por las intendencias pone al desnudo otras cuestiones, como el clima de fragmentación que se vive hoy en la Coalición Cívica, muchos de cuyos candidatos están desertando, como es el caso citado de Parodi, pero en general para apoyar a los postulantes del FAP. No son pocos los que auguran para después del 23 de octubre una fuerte disgregación en el partido de Elisa Carrió hacia el Frente Amplio Progresista, el Pro y el radicalismo. (Parlamentario.com).

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